El complejo mundo de los oficios

La demanda exige personas calificadas que cumplan su trabajo. También están cuestionados los costos por realizar sus servicios en algunas actividades. El problema de los que se emplean por la necesidad de tener una rápida salida laboral.

El complejo mundo de los oficios
El complejo mundo de los oficios

Arreglar un calefón roto, cambiar un disyuntor, pintar una casa, destapar un caño, son algunos de los diferentes problemas que surgen diariamente en cualquier casa de familia.

Ahora, la dificultad para encontrar un trabajador de confianza, que llegue a horario, o que llegue simplemente y que la labor que realiza no exceda el presupuesto, son algunos de los desafíos que aparecen al momento de levantar el teléfono y lograr que el plomero, gasista o electricista arribe al hogar.

Según las empresas de Recursos Humanos, cada vez es más valorado este perfil de trabajador y si la economía finalmente se reactiva, la demanda aumentará. Sin embargo, el problema que surge es que no siempre son fáciles de hallar, sobre todo en el caso de los trabajadores afectados a la construcción.

El inconveniente para encontrar personal calificado abre algunos frentes. Por un lado, el oficio en la gran mayoría de los casos se aprende de generación en generación. Con respecto a esto, son cada vez menos los jóvenes aprendices que continúan el trabajo familiar. Y por el otro frente, encontramos la poca capacitación, cursos y casas de estudios que enseñan algunos de los oficios más demandados y valorados.

De este modo es que, según Fernando Podestá, director de Manpower Argentina, los sindicatos y cámaras empresariales deberían pensar cómo retener y profesionalizar el trabajo de algunos de los oficios manuales calificados, como pueden ser plomeros, gasistas, albañiles, personal de mantenimiento y electricistas. Éstos no sólo son demandados en Argentina, “sino también en países como Chile, Canadá, Estados Unidos.

Lo que quiero remarcar es que es un problema mundial”. Es así que Podestá acentuó la importancia de la capacitación en trabajos manuales. “La cadena de transmitir el oficio se perdió. Hay que buscar otras alternativas para retener a estos trabajadores”.

Sobre este panorama coincidió Ernesto Ferioli, director Regional Cuyo de Adecco: “Algunos perfiles, como el del soldador, no sólo son difíciles de encontrar, sino que al ser un trabajo muy específico para la metalmecánica, petróleo y vitivinicultura, no hallamos personal calificado”.

Otro de los oficios que adelantó el directivo es el del chofer de autoelevadores. Al igual que Podestá, dijo que los colegios técnicos en Mendoza han desaparecido y es importante eficientizar esta estructura ya que la demanda de oficios tradicionales continúa siendo importante.

Mitos y verdades
La competencia desleal, "presupuestos" dispares entre colegas, "profesionalismo" de "oído" son algunas de las realidades que observan no sólo los consumidores a la hora de contratar un servicio, sino también entre colegas.

En el caso del electricista, el gasista y el plomero, son competencias que para trabajar en obras o firmar planos necesitan estar matriculados. Pero esto no quita su mayor o menor competencia. Es que según contaron desde Ledesma Service, para matricularse hay que hacer un curso que no dura ni un mes y algunos de los oficios directamente sólo hay que tramitarlos sin hacer ningún tipo de capacitación.

“Esto provocó que algunos hagan muy mal su trabajo y cobran como si hubieran hecho un gran service. Por este tipo de trabajadores es que luego uno llega a la misma casa y se da cuenta que han realizado una mala labor y cobraron lo que quisieron, lo que nos deja mal parados a todos”, remarcaron.

Esto mismo contó el gasista matriculado consultado por este medio, que además sumó que hay “mitos” de cuánto se debe cobrar por un trabajo específico. Pero acá surge otro inconveniente, según explicó. “La gente no entiende que a nosotros los repuestos nos aumentan en igual o mayor porcentaje que la inflación y algunos de ellos están atados al dólar.

Además trabajamos con materiales muy caros”. Coincidió Walter Lúquez, de Frío Ambiental, quien ejemplificó que “las bombas de vacío con las que trabajamos cuestan $ 8.000, así como las balanzas y otras herramientas”.

Sin embargo, según los diferentes trabajadores consultados por Los Andes, de a poco se busca estandarizar los precios con el objetivo de darle seriedad al rubro, ya sea porque se juntan en la Cámara, en los sindicatos, o se va "tocando de oído sobre cómo se mueve el mercado".

Todo se puede arreglar
Esta es la premisa que hoy reina en los hogares argentinos. Frente a los aumentos de costos de los diversos electrodomésticos es que hoy las personas agotan todas las alternativas para reparar, cualquiera fuera el inconveniente, antes de comprar uno nuevo.

Recordemos que, según el informe anual de la Federación Económica de Mendoza (FEM), tanto en Mendoza como en el país, electrodomésticos y artículos electrónicos encabezaron la caída anual con un -6,94% en sus cantidades vendidas. Este panorama desalentador para los comercios fue alentador para los reparadores de aires, heladeras, computadoras, calefones, etc.

Sucede que a pesar de las promociones con tarjetas, la caída del salario y los aumentos de costos llevaron al consumidor a reparar sus productos antes de renovarlos.

Según cuenta Walter Lúquez, de Frío Ambiental, la reparación es la alternativa más buscada. Sin embargo, remarcó que en algunos casos los repuestos sujetos al dólar aumentaron tanto que a veces el consumidor opta por hacer el esfuerzo y comprar uno nuevo. Pero “estos casos son los menos”.

Además del aire, este trabajador también repara y coloca lavarropas y cuenta que arreglar ha pasado a ser la opción más buscada.

En base a esto es que, ante la crisis económica, muchos de los trabajadores han tenido mayor demanda, mientras que otros han quedado relegados ya que no forman parte de la primera necesidad de los consumidores, como es el caso de los pintores, señaló Cristián Tótola.

Los de la nueva era

Con el avance de la tecnología y los nuevos comportamientos del consumidor es que las marcas debieron innovarse y con esto aparecieron oficios que antes no estaban en el paraguas de las empresas de Recursos Humanos, pero hoy aparecen en el ranking de búsquedas.

Entre ellas se destaca todo lo que implica personal de call center, el “customer service” o atención al cliente, y el vendedor de planes de ahorro.

En el caso del primero de ellos, Ricardo Oliva, de la consultora Rosetto, Oliva & Asociados, contó que a diferencia de los demás oficios de larga tradición, es que los nuevos fueron llegando en base a la aparición de nuevas necesidades, al auge de las marcas y la atomización de las mismas.

En este sentido es que contó que son cada vez más los call center, por ejemplo, que aparecen con el objetivo de ofrecer productos, cobrar facturas impagas o simplemente para preguntar sobre cómo se desarrolló la venta.

Con respecto a esto, desde Adecco indicó su director regional que por lo general “el perfil de este trabajador son jóvenes que están dispuestos a realizar esta labor, pero ante el estrés que les genera dejan de hacerlo a los dos o tres meses de haber iniciado. Por lo que la rotación y la demanda es grande”.

Luego está el customer service. En algunas empresas que destinan sus productos al mundo, el servicio de atención al cliente o proveedores es uno de los puntos claves. “En estos casos, a un licenciado de Comercio Exterior le queda chico el puesto. Es por esto que se busca gente con algunas habilidades, pero en la mayoría de las veces sólo han terminado el secundario y no se han especializado en nada más.

Es un oficio que deben aprender de la diaria y que se lo transmite otro que estaba en el mismo puesto”, explicó Oliva. Al tiempo que detalló que el customer service es el que se asegura que el cliente obtenga el producto en el momento y lugar adecuado y se asegure un uso correcto del mismo.

Por otro lado, en el caso de los vendedores de planes de ahorro, el proceso educativo es desordenado y por lo general “todo este tipo de trabajadores se manejan por el pragmatismo sin ninguna preparación y formación previa. Al igual que el de call center, lo que se tiene en cuenta son sus habilidades, que pueden potenciarse.

Sin embargo, muchos de ellos no logran explotarlas y al trabajar por rendimiento y al no cumplirlos, se da una gran rotación en este tipo de oficios”.

Además, finalizó, que “por lo general ante la falta de profesionalismo, estos puestos se cubren con jóvenes o trabajadores que no han estudiado y ante la crisis optan por diversos oficios que aparecen tentadores ante el paraguas contenedor que ofrecen, como es el caso de una obra social, un sueldo fijo, aportes, entre otras cosas. Pero al no ser de su total agrado, es que se van, y aquí es cuando aparece el hueco de la falta de oferta”.

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