El joven detenido por la violación y muerte de Natasha Prieto (13) había sido condenado por un caso de idénticas características: a Mauro Escudero (20) la Justicia lo encontró responsable de abusar sexualmente y asesinar a su prima, de 10 años, en un hecho ocurrido en 2012. Sin embargo, como en ese entonces tenía 17 años, se le impuso una serie de medidas tutelares que cumplió "de manera excelente" por lo que evitó ir a la cárcel.
Hasta hace una semana, Escudero no tenía antecedentes penales ni ningún rasgo en su personalidad que hiciera suponer algo extraño. “Se mostraba encantador”, dijeron con tono irónico las fuentes consultadas. Pese a haber estado “limpio” judicialmente, hace tres años había sido acusado por abuso sexual agravado seguido de muerte.
La víctima fue su prima, Verónica Escudero, quien el 11 de mayo de 2012 fue hallada muerta a orillas del río Tunuyán, donde fue arrojada aún con vida. Pericias inmediatas determinaron que la niña había sido violada y el perfil genético arrojó que el agresor era un familiar: pronto se señaló a gente de su entorno hasta que se constató que el atacante sexual había sido su primo (y vecino), por entonces de 17 años.
El adolescente quedó en manos de la Justicia Penal de Menores: primero estuvo en la comisaría para chicos de su edad y después pasó al ex Cose. La estadía en ambos lugares fue corta; mientras estuvo en esa situación de “encierro” fue evaluado por psicólogos y trabajadores sociales. “Se portaba fantástico. Era divino y respondió perfectamente al tratamiento”, dijeron.
Con esos informes, el menor logró rápidamente salidas transitorias durante las cuales visitaba a sus padres. Un dato a destacar en este caso es que tanto el chico como Verónica vivían en el pasaje Italia, ubicado en la zona céntrica de Tunuyán. Ambos ocupaban terrenos cercanos que pertenecían a la familia Escudero. Tras el crimen, la familia de Verónica debió mudarse al Gran Mendoza.
En libertad
La conducta del sospechoso era tan buena que llegó a juicio en libertad. La Cámara Penal de Menores de San Rafael (tiene jurisdicción en Tunuyán) lo citó a debate cuando tenía 18 años. Ese momento fue clave para Escudero: podía obtener el beneficio de continuar con las medidas tutelares o ser condenado a cumplir prisión efectiva por el abuso seguido de muerte.
Pero su evolución durante el tratamiento había sido considerada tan favorable que a los jueces no les quedó otra que otorgarle la condena más flexible: la sentencia indicó que debía seguir tutelado, con varios puntos que debía cumplir, entre otros, terminar la escuela -cosa que hizo- y mantener una conducta buena, cosa que no cumplió.
Mismo delito
Por estas horas es el único mayor imputado por la violación y la muerte de Natasha Prieto, quien fue hallada sin vida el domingo pasado en su casa de Colonia Las Rosas, también de Tunuyán.
La chica vivía sobre ruta provincial 92, a unos 30 kilómetros de donde está la casa de los Escudero, donde conoció a Mauro. Es que hace años ella también había vivido en el pasillo de calle Italia donde tiene su terreno la familia del sospechoso.
Por estas horas se cree que ambos se reencontraron ya que él trabajaba en una obra en construcción cercana a la casa de Natasha. Como la adolescente el fin de semana pasado estuvo sola en su casa, los investigadores analizan si pactaron un encuentro. De hecho hay vecinos que dicen que ella fue a comprar algo para tomar el sábado por la tarde. El domingo, a las 16.30 su padre la encontró muerta en su habitación, vestida sólo con ropa interior. La puerta no había sido forzada ni faltaba nada.
Las pericias determinaron que fue abusada sexualmente y que su muerte se produjo porque se broncoaspiró con su vómito.
El juez a cargo del caso es Oscar Balmes quien también se encargó de la investigación del caso de Verónica Escudero. Además del imputado tiene a un menor en la mira y a un posible novio de Natasha. También imputó a su madre por abandono de persona, agravado por el vínculo ya que el fin de semana del asesinato la menor estaba sola en su casa.
Las víctimas se conocían desde pequeñas
La muerte de la niña Natasha Prieto ocurrida en Colonia Las Rosas, no deja de aportar datos que sorprenden a la vez que conmocionan a la comunidad de Tunuyán. Después de darse a conocer que el mismo sujeto fue considerado responsable de la muerte y violación de Verónica Escudero, ahora trascendió que las niñas se conocían e incluso que hasta eran amigas.
Verónica y Natasha vivían en el mismo pasaje Italia, que se encuentra ubicado en un barrio de la villa cabecera de Tunuyán. De hecho, justo en la esquina de ese pasaje con calle Roca fue vista por última vez la niña Escudero.
Cuando fue asesinada, Verónica tenía 10 años, la misma edad que Natasha debía tener para entonces. Otro dato importante es que en 2012 Mauro Escudero también residía en una casa aledaña a la vivienda de la primera víctima.
El dato ayer fue el centro de los comentarios en el pueblo de Tunuyán, pero más tarde fue corroborado por un abogado allegado a la causa.
A nivel judicial, trascendió que hace unos días Escudero habría interactuado con Natasha porque estaba trabajando en una obra en construcción, cerca de su domicilio en Colonia Las Rosas. Pero la amistad de las víctimas abre un nuevo interrogante en la causa, sobre todo teniendo en cuenta que eran vecinas del acusado.
Por su parte, consultados algunos habitantes de Colonia, coincidieron en que la familia Prieto no es oriunda del lugar. Dicen que se mudó años atrás a vivir allí. Todavía afectados por la noticia, marcaron la falta de contención que padecía la chica, quien “cada tanto aparecía con golpes o moretones”.
Cuando la tarde del jueves Escudero fue notificado de los cargos de los que se lo acusan en el Primer Juzgado de Instrucción de Tunuyán, salió corriendo del edificio, intentando escapar del control policial.
Minutos después, los uniformados lograron recapturarlo por las calles céntricas de Tunuyán y lo devolvieron al Juzgado. Según fuentes policiales, es inminente su traslado a un penal. / Gisela Manoni