EEUU, México y Canadá renegocian su libre comercio

Presionados por Donald Trump, que considera al pacto “un desastre”, los representantes norteamericanos buscan actualizar el intercambio entre 500 millones de personas.

México, Estados Unidos y Canadá comenzaron ayer a renegociar el acuerdo que hace 23 años abolió sus fronteras aduaneras y que es crucial para la economía mexicana, pero al cual el presiodente estadounidense Donald Trump considera un “desastre”.

Al lanzar la primera ronda de conversaciones en Washington, negociadores de los tres países coincidieron en la necesidad de actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan o Nafta, por sus siglas en inglés) firmado en 1994, que abarca a casi 500 millones de personas y representa un cuarto de la economía mundial.

Cambios para sobrevivir

Pero EEUU, a cuyo impulso se lanzó esta revisión luego de las amenazas de Trump de abandonar el pacto, fue enfático en la necesidad de cambios.

“Las opiniones del presidente sobre el TLCAN -que comparto por completo- son bien conocidas. Quiero dejar en claro que él no está interesado en un mero ajuste de algunas disposiciones, y unos pocos capítulos actualizados”, destacó el jefe negociador de Estados Unidos, el representante de Comercio Exterior Robert Lighthizer.

“Sentimos que el TLCAN ha fallado fundamentalmente para muchos, muchos estadounidenses y necesita mejoras importantes”, añadió.

Trump hizo del tema un caballito de batalla de su campaña electoral: “Haremos grandes cambios o nos libraremos del TLCAN para siempre”, ha reiterado incluso desde la Casa Blanca.

Washington cuestiona el déficit de su balanza comercial con México, que desde la firma del pacto en 1994 pasó de un excedente de 1.300 millones de dólares a un déficit de 64.000 millones. Además, critica la pérdida de empleos de calidad por el cierre de fábricas que se instalaron en México para aprovechar la mano de obra barata.

“Muchos que perdieron trabajos encontraron nuevos, pero ganan un 20% menos, mientras que en México los salarios han caído un 9% desde el TLCAN, por lo que los mexicanos no puedan comprar más bienes estadounidenses”, dijo esta semana a periodistas el congresista demócrata Tim Ryan.

“El TLCAN está a prueba”, afirmó por su parte el jefe de la delegación mexicana, el ministro de Economía Ildefonso Guajardo, optimista sobre la posibilidad de “renovar la alianza norteamericana”.

“El proceso que inicia hoy no se trata de ver hacia el pasado, sino de ver hacia el futuro”, dijo, instando a “no romper aquello que ha funcionado”.

El TLCAN es clave para México, que multiplicó exponencialmente sus ventas a EEUU, a donde envía el 80% de sus exportaciones, en particular bienes manufacturados y productos agrícolas.

“México y Estados Unidos son como un huevo revuelto: ya no hay cómo separar la clara de la yema”, subrayó en una reciente conferencia Duncan Wood, director del Instituto de México en el centro de análisis Wilson Center, citando a un empresario mexicano que resumió así la interdependencia entre ambas economías.

Sin embargo, el riesgo de que Estados Unidos abandone el TLCAN es real, recordó en la misma conferencia Fred Bergsten, director emérito del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE).

“El fracaso es una opción. No nos gusta decir eso. No nos gusta pensar eso, pero es verdad. Y eso significa que es muy importante para Canadá y México mantener en mente lo costoso que sería para Estados Unidos”.

"Más progresista"

Canadá, por su parte, llamó a hacer “más progresista” el acuerdo, con previsiones sobre trabajo, género, poblaciones autóctonas y medio ambiente.

“Tenemos un poderoso interés compartido en llegar a acuerdos mutuamente beneficiosos”, dijo la ministra canadiense de Exteriores, Chrystia Freeland.

La revisión del mecanismo de regulación de controversias comerciales, conocido como el “Capítulo 19”, que permite arbitrar litigios relativos al dumping, se anuncia como otro tema espinoso.

Favorable a Canadá, en particular con relación al sector de la madera de construcción, es resistido por Estados Unidos, que buscará suprimirlo. 
México, en tanto, aprobó el mes pasado una resolución para que sus negociadores resistan cualquier posible eliminación.

La revisión del TLCAN no tiene fecha límite, pero las partes prevén entre siete y nueve rondas y esperan logros antes de las elecciones generales y parlamentarias en México (julio de 2018) y legislativas en Estados Unidos (noviembre de 2018), que pueden entorpecer los debates. La segunda ronda está prevista en México a partir del 5 de setiembre, antes de una tercera en Canadá, cuya fecha aún no fue anunciada.

Cinco puntos críticos en discusión

De los más de 100 objetivos que Estados Unidos se planteó para la renegociación del Nafta, hay por lo menos 5 que pueden sacar chispas en las discusiones con México y Canadá.

Déficit: La gran meta de Trump es reducir el déficit comercial. Su obsesión son los U$S 64.000 millones de desequilibrio con sus vecinos mexicanos. "México se ha aprovechado de EEUU", aseveró Trump. México responde que el déficit no es malo por sí mismo. Entre otras cosas señala que México es el principal proveedor de muchas industrias estadounidenses que gracias a ello son competitivas en el mundo.

Cápitulo 19: "Eliminar el capítulo 19 de resolución de controversias", dice de manera escueta el documento de prioridades de EEUU. Este punto anticipa una batalla. Lo que Washington pretende es borrar del mapa un mecanismo trilateral que interviene cuando hay diferendos. Trump busca hacer valer directamente las decisiones de instancias estadounidenses. Para Canadá esa podría ser una línea roja infranqueable. México también se opone. El mecanismo garantiza una mayor imparcialidad.

Comercio electrónico: Este tema se va a introducir en las discusiones. El sector no era relevante cuando se negoció el Nafta original. EEUU quiere que suba el límite de importación libre de impuestos de productos comprados en tiendas online. Canadá aplica un impuesto a las compras superiores a los U$S 20 y México a las mayores de U$S 50. En EEUU el monto libre de impuestos es U$S 800.

Barreras a la agricultura: EEUU pretende que se eliminen las "barreras a la agricultura". En la mira está en gran medida Canadá. Los productores estadounidenses de leche y otros del sector agrícola acusan a ese país de usar distintas regulaciones para proteger su mercado. El objetivo de EEUU es que se deseche todo tipo de medidas no arancelarias que afecten las exportaciones estadounidenses, "entre ellas las barreras discriminatorias, la administración restrictiva de cuotas arancelarias y otras medidas injustificadas que limitan injustamente el acceso al mercado de productos estadounidenses".

Reglas de origen: Otro de los objetivos de EEUU es fortalecer las reglas de origen. Es decir, limitar los componentes chinos o de otros países en 
los productos norteamericanos. México advierte que es un tema que se debe discutir con cuidado, aunque reconoce que en algunas fracciones arancelarias se han ido relajando las reglas. Buena parte de los componentes de las pantallas 
planas que se fabrican en México y se exportan a EEUU, por ejemplo, son chinos.

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