Donald Trump y Hillary Clinton: la grieta se expresa en Hollywood

En el histórico día de las elecciones del presidente número 45 de Estados Unidos, el mundo del espectáculo se viene manifestando públicamente a favor y contra de los dos candidatos, y se amontona en el borde de los dos costados contrapuestos; dejando a millones de indecisos despolitizados como los protagonistas de una definición histórica.

Muchas celebridades apoyan a Hillary Clinton por ser mujer y por ostentar una larga experiencia política. Por otro lado, muchos se sienten seducidos por Donald Trump, porque no viene justamente de la política enmarañada de Washington y creen que, por ser millonario, está capacitado para mejorar las condiciones económincas de 6 de cada 10 hogares que se encuentran bajo el umbral de la pobreza en Estados Unidos.

De todas maneras, ¿las celebridades todavía son agentes de cambio de la opinión pública o ya es una presunción sobrevalorada?

"Love Trumps Hate"

Del lado de Hillary, a la cabeza de la aristocracia de la Academia de Hollywood, se destacan Meryl Streep, Robert De Niro, George Clooney, Sigourney Weaver, Leonardo DiCaprio, Matt Damon, Richard Gere, Ben Affleck, Sarah Jessica Parker, James Franco, Will Ferrell y Tom Hanks; personalidades que nunca disimularon en público su costado progresista o esquivaron sentirse más cercanos a la izquierda. Eso sí: siempre al modo "american way" estadounidense.

Allí también sobresale una lista de personalidades populares, y educadas en la universidad, como Lena Dunham, Anne Hathaway, Drew Barrymore, Kerry Washington y Ellen DeGeneres.

Y como era predecible, del lado de las minorías, que están muy bien definidas y envasadas en el país del norte, "Con ella" -apelando a uno de los lemas de campaña-, Clinton también tiene de su lado a actores de origen latino; como Salma Hayek, Jennifer López, America Ferrera y Eva Longoria, enlazados a la campaña "Latinos for Hillary", además de los afroamericanos Jay-Z, Snoop Dogg y Beyoncé.

El apoyo los cantantes también incluye al pop. Allí se enrolan Katy Perry -que en Halloween se disfrazó de Hillary para una fiesta-, Madonna, Marc Anthony, Miley Cyrus -que salió a tocar puertas en las ciudades universitarias por el estado de Virginia, para entusiasmar a los más jóvenes-, Justin Timberlake, Ariana Grande, Britney Spears y Cher.

Muchos de estos artistas incluso se han organizado para realizar conciertos gratuitos, para ayudar a definir sus preferencias políticas, a esa gigantesca franja de indecisos que parece que finalmente definirá el futuro del país a lo largo del día.

También se incluyen en esta lista Stevie Wonder y Jon Bon Jovi -ambos realizaron recitales de apoyo el fin de semana pasado-, Demi Lovato y Alicia Keys.

De todos los conciertos pro-Clinton, los que más público captaron fueron los de Jennifer López y Marc Anthony en Miami (el sábado) y el que realizaron Beyoncé y su marido y rapero Jay Z  (el viernes en Cleveland).

Además, poderosas y exitosas mujeres de la pantalla chica como Kim Kardashian y Oprah Winfrey no escatiman en explicitar sus cariños demócratas, frente a cualquier micrófono que se les va cruzando por el camino.

Incluso la británica Adele, que aunque no puede votar en Estados Unidos, invitó en varias oportunidades a que sus seguidores se manifiesten a favor de Clinton y contra Trump.

Uno de los últimos en inclinarse públicamente, el domingo pasado, en apoyo a la primera candidata femenina a la Casa Blanca ha sido el jugador de baloncesto del equipo de Cleveland Cavalieres, Bron Raymone James.

Del otro lado del ring

En este box, desde el comienzo de las campañas, a Trump le ha costado afiliar personalidades dentro de la industria del entretenimiento; aunque sin embargo no tardó en sumarse gente que, por su conocida retórica política, era obvio que apoyaría al Partido Republicano; como los actores Clint Eastwood, Charlie Sheen, Rosanne Barr y Jon Voight.

Otros, aunque del lado de los deportes, que creen que el millonario Donald puede "hacer Estados Unidos grande otra vez", son el luchador  Hulk Hogan, el ex boxeador Mike Tyson, el ex jugador de baloncesto Dennis Rodman, la estrella del fútbol americano Tom Brady y el jugador de béisbol Paul O'Neill. Ellos ya son estrellas de la farándula del norte.

Tampoco llama la atención que del lado de Trump esté la ex gobernadora de Alaska, Sara Palin y la rapera Azealia Banks, quien hace hace unas semanas amenazó con apuñalar a Russell Crowe en una fiesta a la que definió “de blancos aburridos”.

En esta troupe también se incluyen estrellitas pasajeras, y de tercera línea de la televisión, como Tila Tequila -popular por sus tuits racistas-; el cazador de patos protagonista de su propio reality show, Willie Robertson; y Omarosa Manigault, aquella consultora política que trabajó para el vicepresidente Al Gore durante su campaña.

También se acreditaron a favor del condutor de “El aprendiz” la actriz Kirstie Alley y los dos actores que interpretaron el personaje de "Superman" en la TV: Stacey Dash y Dean Cain; así como Stephen Baldwin, Scott Baio (de la sitcom “Happy Days”) y el modelo italiano radicado en Los Ángeles Antonio Sabato Jr.

Por el lado de la música, entre quienes empatizan con Trump está el miembro de la banda KISS, Gene Simmons; el ex de Pamela Anderson, Kid Rock; y los conocidos intérpretes del género country Loretta Lynn y Ted Nugent.

Sin entrar en controversias, al menos llama la atención que en esta lista se destaquen personalidades polémicas que ostentan un amplio rango de escándalos públicos y problemas legales. También se encuentran deportistas denunciados por evadir impuestos y al borde de bancarrotas económicas.

Tampoco es de extrañarse que empresarios poderosos como Johnny Damon, uno de los magnates más influyentes de Las Vegas, se sumen a Trump por sus obvios intereses en común. ¿Verán estas celebridades que apoyando a un millonario se les asegurarán sus inversiones en la bolsa, o podrán mejorar sus rebajadas progresiones económicas y de popularidad?