Dolores Fonzi: “No tener poder es no tener posibilidades de ser libre”

La actriz es una de las protagonistas de “La Cordillera”, la nueva película de Santiago Mitre que tiene a Ricardo Darín como protagonista. El filme estrena el jueves próximo y Estilo charló en exclusiva con ella, que encarna a la hija de este personaje, p

Su protagónico en “La Patota”, la segunda película de Santiago Mitre, le valió a Dolores Fonzi un sinfín de reconocimientos nacionales e internacionales y fue el puntapié de su trabajo con el director.

Ahora, la actriz se enfrentó a un nuevo y rico desafío, el de ponerse en la piel de Marina Blanco, la hija del presidente de Argentina Hernán Blanco, el personaje que Ricardo Darín protagoniza en “La Cordillera”. Y Fonzi contribuye a darle ese velo de misterio e intriga al drama, con tintes de thriller político, que no solo muestra las relaciones de poder del mandatario nacional en plena cumbre de presidentes, sino que deja al descubierto la vida privada del personaje. La relación de Blanco con su hija es también controversial: ella es una joven perturbada, con problemas psicológicos.

La tercera película de Santiago Mitre, en la que comparte guión con Mariano Llinás, se postula como una gran producción a nivel técnico, que intenta dar verosimilitud al mundo del poder y sus recovecos. A las figuras de Ricardo Darín y Dolores Fonzi, se suma un gran reparto: Érica Rivas, Gerardo Romano, la actriz chilena Paulina García y el mexicano Daniel Giménez Cacho.

A días del estreno en todas las salas del país, Mitre y Dolores Fonzi (ambos pareja en la vida real) iniciaron una gira de promoción. Mendoza fue el primer destino hace tres semanas, cuando los artistas llegaron para brindar conferencias de prensa y entrevistas exclusivas.

En ese marco, la actriz charló con Estilo sobre la cinta, que tuvo excelentes críticas en el Festival de Cannes en mayo pasado.

“Estamos ansiosos porque ahora el estreno es en nuestro país. Cada vez que sale un tráiler nuevo hay mucha expectativa. Pero ahora hay que confiar que le guste al público. La película es buenísima”.

- ¿Qué te gustó de tu personaje?

- La iba a hacer de cualquier manera, sea el personaje que sea. Fue el que me tocó y no puse ninguna objeción. Me gusta la película y Santiago como director. Era trabajar de nuevo con Ricardo y este gran elenco. No es un guión que me viene como una actriz normal.

- Tu personaje atrapa por la debilidad de esta hija frente a su padre Presidente…

- Ese personaje parece como un animalito indefenso, en el medio de unos monstruos de la política, y me gustaba esa vulnerabilidad con el padre. Que viene a decir lo que nunca nadie dice, le pone nombre a lo que nadie nombra.

- Hay una dualidad entre la verdad y la mentira, con una intriga que se mantiene hasta el final.

- Es las ganas de Santiago de volver loca a la gente que ve la película (ríe). Es interesante hasta para actuarlo, al personaje. Quien tiene la verdad, esa rareza de lo que está pasando, es él.

-Incluso entre ambos personajes hay una afinidad muy bien lograda…

- Nos conocemos hace mil años con Ricardo y eso sirvió para definir que yo haga de su hija.

- ¿Te imaginaste alguna vez en el papel de la hija del Presidente, con todo lo que eso implica en nuestro país?

- De alguna manera suena horrible. Hijos del poder, es feo. Obviamente que hay hijos del poder de distintos poderes. Por ejemplo: hijos de actores conocidos, también es un poder y una complicación. Ser mejor que tu padre actuando es complejo. Pero ser hijos de la política es distinto, porque es un mundo con recovecos. De hecho han muertos hijos de poderosos.

- ¿Te interesa la política y el poder que ella implica?

- No el de la política, pero sí el poder. Creo que el poder es libertad. Es importante tener poder, cualquiera que tengas. Y si lo podés usar en función de algo que valga la pena, está bueno. No tener poder, es no tener posibilidades de ser libre. No es solo poder económico. El poder es libertad, el hombre tiene más poder que la mujer. La mujer sigue en desigualdad de condiciones y eso no nos conviene. No estoy desapegada de la idea, es lo que te da la libertad de poder hacer en función del bien común. Que algunos usen el poder para el propio beneficio, es otra cosa.

- Vos empezaste muy joven y tu carrera en cine tuvo un camino exitoso. El reconocimiento con "La Patota", ahora esta nueva película. ¿Esperás ese reconocimiento con "La Cordillera"?

- Tengo expectativas con la película de que el público la vaya a ver, y de que camine en cuanto a números. A mí no me influye en ese sentido. A la vez siento que hice películas grandes, también chicas. “Plata quemada” fue una de las primeras que hice. Luego la ópera prima de Damián Szifron (“El fondo del mar”), “El Aura”... Estoy acostumbrada a trabajar con películas de mucha infraestructura.

- Pero de tus últimos trabajos, con "La Patota" hubo un reconocimiento más grande, y justamente fue una película de Santiago. Se generó una yunta importante.

- Con “La Patota” gané como quince premios como actriz. Fue un desfasaje (ríe). Decía: “¿Qué hago con esto?” Lo puse en la chimenea y algunos me critican. Y solo por “La Patota”. Los que van a mi casa, algunos me critican como si fuera una ostentación. Pero, ¿dónde los meto si no?

- Volviste a la tele con "La leona". ¿Tenés algún proyecto nuevo para la televisión?

-En “La leona” la pasé bárbaro, lo volvería a hacer. El Árbol es una productora muy buena. Me han tentado con algo, pero no lo hice. Este año fue raro, porque decidí no hacer algunos trabajos por elegir otros. Y los que sí elegí, se cayeron. El Instituto del Cine está muy complicado. Todo lo que se dijo es verdad: está parado. Están suspendidas casi todas las producciones, algunas se retrasan, se filma el 20 por ciento de lo que estaba planeado. Hace poco Joaquín Furriel habló de esto en la mesa de Mirtha Legrand y lo compartí en Twitter, porque es verdad. Tengo una película para fin de año y también teatro.

- ¿Volvés al teatro?

- Sí. Estamos armando una obra con Ezequiel Díaz, Cecilia Roth y falta el cuarto actor. Está dirigida por Martín Flores Cárdenas, que dirigió “Otelo” y “Entonces bailemos”. Tenía ganas de hacer teatro, hace dos o tres años que no hacía.

- Y en cine, ¿nos podés adelantar algo sobre el proyecto?

- Poco, porque todavía no se sabe. Es una película de Miguel Cohan.

- ¿Qué es lo que te mueve para trabajar en el cine: el personaje o el director?

- Lo que más me importa es trabajar con directores y actores que me gusten. Y no hay un personaje que sienta que tengo pendiente. Además los personajes pueden ser parecidos, pero el asunto es cómo están escritos. Lo que más me gusta es trabajar con gente talentosa, los personajes se construyen en función del equipo que te rodea.

Al contrario de lo que proyecta su personaje en el filme, Dolores Fonzi es fresca, divertida y dueña de una belleza natural imponente. A sus 39 años se muestra como una mujer madura, que desde muy joven comenzó a construir su carrera de actriz y hoy es una de las artistas con mayor proyección en la escena audiovisual.

- Como mujer, ¿cómo te llevás con el paso del tiempo?

- Es más una cuestión de salud. Entrás en cierta conciencia, la de la buena alimentación, el estado físico. Respeto el tema del paso del tiempo, lo siento. Pero trato de actuar en consecuencia. Me cuido la cara, no soy obsesiva; como mucho, me gusta comer, no lo voy a dejar jamás. Me gusta cocinar, tomar vino, eso no lo voy a cambiar por nada. Pero compenso con entrenamiento, tampoco tanto como debería. Igual el cuerpo te lo dice.

- Tu presente es muy positivo y próspero. Tal vez pisar los 40 tenga que ver con esa maduración…

- Sí. Yo a los 20 era pura incertidumbre. Ahora sé lo que quiero, cómo, lo que puedo dar, lo que no. Uno no tiene tantas ganas de cambiar en este momento.

Estás tranquila con lo que va saliendo. Ahora no me voy a poner a esquiar cuando no lo hice en mi vida. Uno renuncia a ciertas cosas por prudencia. No hay nada que no quisiera hacer, que no hago.

- Sos activa en las redes sociales, ¿no tenés prejuicio para mostrar tu intimidad?

- Muestro lo que quiero, poco en realidad. Me parece que es algo medio adictivo y te llena un vacío en algún momento del día. No soy fan de mostrar todo, pero es un canal de comunicación personal que es importante tener. Saltear a los medios me parece bueno. Me gusta decir lo que yo pienso cuando quiera, donde quiera.

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