El fiscal general de Tucumán ratificó ayer que descree que la muerte del sacerdote que había denunciado el avance del narcotráfico se haya producido por un suicidio, mientras la Iglesia apuntó a "mafias" del crimen organizado y afirmó que el cura había sido amenazado.
Fuentes judiciales dijeron que los investigadores comenzaron a trabajar sobre la posibilidad de que alguien haya inducido al sacerdote Juan Viroche a quitarse la vida, después de que la autopsia reveló que murió por asfixia y no presentaba golpes en el cuerpo.
Asimismo, informaron que tampoco se descarta la hipótesis de que el suicidio haya sido producto de una “presión externa”, a raíz de una supuesta relación que el sacerdote habría mantenido con una mujer, por lo que se ordenaron pericias en las redes sociales para determinar la existencia de mensajes intimidatorios contra Viroche.
El fiscal general de Tucumán, Gustavo Gómez, rechazó esa hipótesis de investigación, al advertir que pretenden “ensuciar” la imagen de Viroche, mientras que vecinos y familiares negaron que el sacerdote haya llevado una “doble vida” y reclamaron justicia durante su sepelio.
“Es otro caso Nisman. Por eso ahora salen a ensuciarlo y a tratar de instalar en la opinión pública que se trató de un suicidio”, sostuvo Gómez, e insistió en cuestionar la orientación que pretende darle al caso el fiscal de la investigación, Diego López Ávila.
El fiscal López Ávila dijo, por su parte, que los informes periciales hacen “pensar que se trató de un suicidio”, pero aseguró que “se siguen buscando pruebas para confirmar o descartar que lo hayan inducido a quitarse la vida”.
En tanto, referentes de la Pastoral de la Drogadependencia de la Iglesia aseguraron que Viroche fue víctima de “mafias” por hablar “claro” contra el narcotráfico.
“Más allá de la autopsia, de los resultados que tenga, nosotros estamos con Juan (Viroche), y creemos en su compromiso de vida, su trabajo, su esfuerzo, y en que él realmente fue víctima de la mafia”, aseveró el sacerdote José María “Pepe” Di Paola, quien también recibió amenazas de muerte de bandas del narcotráfico en los años que Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires.
El arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, presidió la misa de exequias del sacerdote en una capilla de la localidad de Wenceslao Posse, donde confirmó que Viroche había pedido ser trasladado de su parroquia porque estaba “angustiado, deprimido, con miedo y amenazado”.
El prelado, a quien la feligresía responsabiliza por ”haber dejado solo” a Viroche en su lucha contra el narcotráfico, precisó que el 28 de setiembre recibió al sacerdote y dos días firmó la autorización para su traslado, pero dijo que el cura “quiso quedarse” hasta terminar la novena que había empezado.
Los vecinos de la localidad de Ingenio La Florida, donde Viroche tenía a cargo la parroquia, también descreen de la hipótesis de un suicidio que maneja la justicia y exigieron que se esclarezca el caso.
“Estamos pidiendo justicia por la muerte del padre. Queremos que se esclarezca su muerte y que no se repita. Estamos cansados de la injusticia que hay acá”, dijo a la prensa Silvia Galván. “Para nosotros, el padre no se suicidó, lo mataron.
Y que quede en claro, había sido amenazado. No queremos seguir viviendo más con esta impunidad. Todos los días se ve cómo los chicos se drogan, y nadie hace nada”.
Miles reclamaron justicia y culparon a Alperovich
Miles de vecinos reclamaron “justicia” y protección a las autoridades tucumanas durante el sepelio del sacerdote Juan Viroche, quien el miércoles fue encontrado ahorcado en su parroquia tras denunciar el avance del narcotráfico y haber sufrido amenazas.
A las 15, el féretro salió de la capilla Nuestra Señora del Carmen, de la localidad tucumana de Wenceslao Posse, y fue llevado en un coche fúnebre seguido por una caravana de automóviles y motos al cementerio de Cevil Pozo, donde los restos del sacerdote fueron inhumados. “Justicia, justicia”, exigían a los gritos los vecinos, mientras el ataúd, envuelto en una bandera papal y otra del Club San Martín de Tucumán, equipo del que el sacerdote era simpatizante, era llevado en andas por un grupo de hombres.
“No lo vamos a olvidar nunca”, dijo una mujer que sufrió una crisis de nervios y debió ser asistida por personal sanitario. Otra mujer advirtió que con la muerte de Viroche la comunidad de Ingenio La Florida, donde está la parroquia que tenía a cargo el sacerdote, quedó “desprotegida” y “presa de la delincuencia”.
“El responsable directo de esta situación es el actual gobierno y del anterior de (José) Alperovich, que hizo la vista goda para que el narcotráfico se instale en la zona”, sostuvo otra mujer en declaraciones al canal TN.
Entre lágrimas y expresiones de pesar, miles de personas dieron el último adiós al “padre” Viroche en la capilla de Wenceslao Posse, donde se realizó el velatorio del sacerdote tucumano.
Poco antes de las 10 llegó a esa localidad el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, quien fue increpado por un grupo de vecinos que lo responsabilizó por “haber dejado solo” a Viroche en su lucha contra las “mafias” del narcotráfico.