"El comercio de fauna silvestre continúa vigente en la Argentina, con el agravante de que ahora se ha incorporado la red social Facebook, transformado a este medio electrónico en cómplice de ilegalidades", aseguró la dirigente ambiental Jennifer Ibarra, presidente de las organizaciones Cullunche y Renacer.
Esta afirmación se escuchó también en la reciente reunión de la Red Argentina Contra el Tráfico de Especies Silvestres, realizada en Mendoza. Las conclusiones del encuentro fueron diversas y se vienen repitiendo año a año, sin arribarse a soluciones. También se lamentó en la reunión la casi nula presencia de representantes estatales, especialmente de la Dirección de Recursos Naturales Renovables (DRNR), salvo un guardaparques del departamento de San Martín.
Ahondando en el tema del crecimiento del comercio de fauna en medios on line, la mendocina dijo que se debe, "entre cosas a que los comerciantes relegados de los puestos de venta callejeros se vuelcan cada vez más a estas formas de venta. Las denuncias en el mismo sitio no dan resultados, dado que la Ley de Fauna 22.421 es vieja y no contempla el delito en este marco en estos medios de transacción".
Ibarra planteó que ya hay por lo menos 18 grupos en Facebook que operan de esta manera. "El problema -dijo la defensora ambiental- es que la Justicia y también las fuerzas de seguridad en general, no tienen conocimientos suficientes sobre la problemática del comercio de fauna silvestre y por tal razón instamos a la capacitación e instrucción en estas importantes áreas, aplicando las leyes en vigencia a la hora de combatir el flagelo del comercio de fauna". Al cierre de esta edición, y a pesar de los intentos, resultó imposible obtener la opinión de la red social.
La mesa de gestión de la red exhortó a las autoridades judiciales y organismos nacionales y provinciales "al rápido tratamiento de las denuncias y expedientes por caza o venta de restos y/o subproductos de yaguareté (Panthera onca), ambos ilegales, así como de todas las especies nativas protegidas, con particular énfasis en aquellas declaradas Monumento Natural Nacional o en peligro de extinción".
Otra alerta que lanzaron (repitieron se debería decir) fue sobre los cotos de caza. "No tienen ningún tipo de control una vez habilitados y en algunos casos ofrecen animales en peligro de extinción puertas adentro. Son, asimismo, fuente de contaminación por dispersión plomo en el ambiente a lo largo de todo el país, particularmente en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, con casos concretos comprobados de saturnismo en seres humanos".
Recordó que "en el Congreso de la Nación se encuentra inmóvil el proyecto de ley por el cual peticionamos la prohibición de abrir nuevos cotos de caza. Esperamos que salga en el nuevo período de Gobierno”. En Mendoza no se ha resuelto la situación de cotos de caza de ciervos colorados de Tupungato, lugares de los cuales -según los proteccionistas- se han escapado animales, “que se convierten en fuente de dispersión de especies exóticas invasoras". Sobre estos lugares se pidió "la reconversión de los establecimientos de caza existentes hacia lugares para efectuar actividades fotográficas, senderismo y avistaje de especies".
Una preocupación que corresponde a Mendoza y que forma parte de viejas demandas o resta por hacer, "es la comercialización de aves silvestres (sietecuchillos, cardenales y otros) que se ofrecen sin mayor problema en El Algarrobal, y en el mercado del usado y la feria del carril Godoy Cruz y Mitre", ambos lugares de Guaymallén.
En cuanto a los monumentos naturales nacionales, previstos por el artículo 8 de la Ley 22.351, el puma americano y el cóndor entre otros, se exigió "la persecución de quienes atenten contra ellos (casa y/o venta de restos y/o subproductos”.
Una pretensión más de los ambientalistas, casi una exigencia, es que “cada provincia cuente con instalaciones para poder recibir fauna incautada, ya que en la actualidad los animales son llevados a zoológicos estatales o privados, que no cuentan con la capacitación ni estructura para albergar ni tratar a los animales”.
La Red Argentina contra el Tráfico de Especies Silvestres (Ractes) adhirió al manifiesto de la Red Nacional de Acción Ecologista (Renace). Dentro de los temas que le competen, en su capítulo “De la fauna”, el Renace pidió “acompañar la lucha contra el tráfico de fauna silvestre, y de denunciar la depredación sin control de la fauna oceánica y continental.
La pérdidas de ecosistemas producen desplazamientos de especies hacia zonas urbanizadas generando situaciones como la cacería y matanza sistemática de pumas, habiéndose realizado muchas reuniones y pedidos, presentado miles de firmas pidiendo la derogación de esas legislaciones desactualizadas y sin embargo, el exterminio continúa.
Es imperioso hacer estudios serios sobre el daño real que haga este felino a la ganadería, así como censos fidedignos del estado de las poblaciones y medidas integradas de control y planes de manejo que no impliquen necesariamente su matanza”.