Daniel Caro: “La posibilidad que repunte del negocio de la ciruela, pasa por las exportaciones”

El productor sureño asegura que los valores pagados por la fruta esta temporada no alcanzaron para cubrir los costos. Estima que es necesario trabajar con esquemas mixtos de comercialización para colocar producto en el exterior.

Produce ciruela para deshidratar. Tiene poco menos de 40 hectáreas plantadas con D'Agen en una propiedad ubicada entre Los Compartos y El Ceibo, a pocos kilómetros de la ciudad de General Alvear. Daniel Caro advierte que la superficie implantada sigue en baja (hasta hace unos años tenía el 50% más), debido a las reiteradas pérdidas de producción por accidentes climáticos, y a los bajos precios del producto.

-¿Qué rendimientos han logrado en los últimos años?

- Cuando teníamos 60 hectáreas en producción, llegamos a cosechar un máximo de 1.600.000 kilos, con promedios de algo más de 26.000 kilos por hectárea. Algunos cuarteles muy productivos llegaron a dar cerca de 40.000 kilos por hectárea. Pero eso fue en las buenas épocas, en los años 1994/95/96.

-¿Esas fueron las buenas épocas para la actividad?

-Vinieron otros años buenos, entre el 2003 y el 2008. Se cosechó bien, valía la fruta, y pudimos crecer. Teníamos mucha gente trabajando.

Llegamos a tener hasta 180 cosechadores. Normalmente (fuera de esas temporadas excepcionales) producíamos 1 millón, 1 millón 100 mil kilos.

-¿Ahora, con casi 40 hectáreas, cuándo están produciendo?

- Estamos cosechando entre 700.000 y 800.000 kilos. Lo que pasa es que de las 40 hectáreas que quedaron, hay alrededor de 10 que son nuevas, algunas tienen un año y otras dos años de plantadas, porque hemos ido renovando los montes.

-¿Pero han seguido apostando a la ciruela, a pesar de los problemas con el clima y los mercados?

-Es que no queda otra. Las opciones son abandonar para dedicarse a otra cosa, o seguir; y si se sigue, hay que hacerlo de la mejor manera posible. Uno siempre tiene la esperanza que esto cambie, que la situación vuelva a ser parecida al menos, a lo que fue en esos buenos años. Todas las industrias tienen sus altibajos. La uva los tiene. Hay años que no vale, y otros que sí. Esto también.

-¿Qué debería ocurrir para que se recupere esta actividad, al margen del problema climático?

-La posibilidad que repunte el negocio de la ciruela, pasa por las exportaciones. El mercado interno es chico. Si tuviéramos que limitarnos al mercado interno, nos sobraría el 90% de la mercadería. Si bien el año pasado la ciruela se heló prácticamente en toda la provincia y no hubo cosecha, nos está costando vender la fruta que nos había quedado del anteaño pasado.

-Parece que, de no variar las condiciones, hay que producir, pero no tanto…

-Es así. Estamos rogando que podamos cosechar algo este año, pero también estamos rogando que no cosechemos el cien por ciento.

Porque si no, no sé qué va a pasar con la mercadería. Si tuviéramos una cosecha completa, creo que perderíamos la mitad. No vamos a tener mercado, no hay gente para cosechar, y produciendo menos es posible que valga un poquito más, y con la gente que tenemos nos alcanzaría para no tener que dejar ciruela en las plantas.

-¿Cuánto se pagó la ciruela fresca, de la cosecha 2017?

- El promedio anduvo entre $ 4,50 y $ 5,50 el kilo. A mí me pagaron un poquito más porque hace muchos años que le entrego a la misma empresa, y como uno cumple todos los años, hay algún beneficio.

- Considerando los costos de producción primaria, ¿ese número le cerró al productor?

-No, para una producción “cero” prácticamente -porque no sé si llegó a cosecharse el 10%- es un número tremendamente bajo. Hace tres o cuatro temporadas, cuando también tuvimos mucho daño por heladas, se llegó a pagar hasta 7 pesos el kilo, al contado. Está claro que fuimos para atrás. Deberíamos haber vendido a 8 o 9 pesos, y la vendimos a 5 pesos promedio.

-¿Cómo ve el negocio hacia adelante?

-Si lográramos comercializar nosotros, en forma directa, la perspectiva puede llegar a ser bastante mejor. Nos hemos reunido un grupo de unos 20 productores, estamos conversando con la Municipalidad de General Alvear para ver la posibilidad de aprovechar la infraestructura industrial de Emixa (la Empresa Mixta Alvear, con capital estatal mayoritario), y allí poder agregarle valor a la materia prima. Por otra parte, hemos tenido un primer contacto con la gente de Pro Mendoza para ver de qué manera podríamos exportar en forma directa. Si no, vamos a seguir yendo a menos. No vamos a poder sostenernos.

Perfil

Daniel Caro (57). Dirige la empresa familiar de la que participa su hermano Gustavo. Cultivan montes de ciruela D'Agen en una finca de General Alvear, y secan el producto en hornos propios, en la localidad de Bowen.

Hace 25 años, junto a su padre Alberto, se volcaron a la producción de ciruela de industria, luego de haber pasado por el cultivo de alfalfa, vid y duraznos.

Fuerte deterioro del precio del producto

El fruticultor alvearense Daniel Caro se refirió al retroceso que ha tenido, en los últimos años, el precio de la ciruela para deshidratar, en relación con la evolución que ha experimentado el valor de algunos insumos para la producción.

“En 2003-2004 -recordó- se llegó a pagar el valor que tenía un litro de gasoil. Hoy en día un litro de gasoil ya pasó los 20 pesos, y la ciruela este año se pagó 5 pesos en promedio. En el año 2004 - 2005 cubrimos 16 hectáreas con malla antigranizo, y valía $ 23.600 la hectárea.

En uno de los sectores de la quinta cosechábamos 40.000 kilos por hectárea y me pagaban $ 1,20 el kilo. O sea que ese año el valor de la producción de una hectárea me daba para pagar la malla, me quedaba dinero para mantenerla, y todavía que quedaba dinero para mí”.

El productor señaló que “hoy, suponiendo que cosechara 40.000 kilos, a 5 pesos, son 200.000 pesos”. Estimó que “la malla debe estar costando 230.000 ó 240.000 pesos”, de manera que “tenía que poner plata encima, no tendría para mantener esa hectárea y no me quedaría un peso para mí”. Señaló que “hoy, para mantener esa proporción, una hectárea debería dejarme 520.000 ó 530.000 pesos”.

Caro aclaró que “tampoco pretendemos recuperar esa relación, pero si por lo menos el productor hubiera podido vender a 7 pesos por ejemplo, (y cosechado entre el 60% a 70%, que es lo que normalmente se cosecha, porque siempre hay pérdidas por heladas, por granizo, por la “mancha roja”), alcanzaría para pagar la malla y quedaría un resto para cubrir una parte de los costos de llevar el cultivo el resto del año”. Porque “hoy, la industria está exigiendo muy buena calidad, y para lograrlo hay que invertir en todo lo que necesita el cultivo”, finalizó.

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