Cristina busca ganar y preservar el kirchnerismo

La ex presidenta va por fuera del PJ, pero ganar le servirá para convertirse otra vez en la conductora del peronismo nacional.

Igual que hace doce años, pero distinto. Cristina Fernández de Kirchner buscará desde hoy volver a construir poder luego de dos presidencias consecutivas y por la misma vía que en 2005: como primera candidata a senadora nacional por una fuerza electoral sin el aparato del PJ.

Pero la diferencia sustancial respecto de 2005, cuando en nombre del Frente para la Victoria (FPV) y con Néstor Kirchner en la Casa Rosada le dio pelea a la candidata del PJ, Hilda González de Duhalde, está en que en esta ocasión lo hará a partir del frente Unidad Ciudadana (UC) y luego de la derrota electoral de 2015.

La ex presidenta, como en aquella ocasión, no contará con el aparato del PJ, en una jugada de último momento que dejó sin posibilidad de dar la pelea interna a su ex ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, obligado a ir con el sello partidario en el Frente Justicialista Cumplir.

Sin embargo, cerca de 90 por ciento del peronismo del mayor distrito electoral del país (36% del padrón nacional) se alineó detrás de su precandidatura, sobre todo aquellos dirigentes con representatividad territorial (los intendentes, particularmente los del Gran Buenos Aires).

“Ellos fueron los que presionaron fuertemente para que fuera candidata y poder frenar al gobierno de (Mauricio) Macri, dada la intención de voto que ella concita en la provincia”, dijo a este diario un encumbrado dirigente de vasta trayectoria en el peronismo granbonaerense.

Sabedora de que esa intención de voto tiene “un techo y un piso” próximos, su estrategia electoral consistió en ladear en el armado de la lista de precandidatos a figuras históricas del kirchnerismo, en muchos casos diputados a los que se les vencerán sus mandatos en diciembre próximo, para colocar en los primeros lugares “caras nuevas” que no generan rechazo social.

Los históricos PJ aparecen en posiciones menos expuestas dentro de la lista de precandidatos a diputado, como Daniel Scioli y el jefe del PJ provincial, Fernando Espinoza, mientras que su segundo al Senado es el ex canciller Jorge Taiana, referente del Movimiento Evita que así quedó fragmentado pues oficialmente apoya a Randazzo.

La estrategia se completó con la adopción de un nombre para el frente que busca trascender los límites partidarios, aun cuando lo integren fuerzas no peronistas que conforman el kirchnerismo. Unidad Ciudadana quedó así en consonancia con que los protagonistas fuera “las víctimas” de los 20 meses de gobierno macrista.

La precandidatura de Cristina apunta, por un lado, a evitar la disolución del kirchnerismo como corriente política, luego de la derrota en la última presidencial. Y desde allí ocupar, por otro lado, un lugar en la pelea por la reconstrucción y el liderazgo del peronismo a nivel nacional de cara a 2019.

El resultado que obtenga hoy será clave para las elecciones de octubre, sea en el caso de un triunfo, y con cuánta diferencia, como de una derrota.

En ese sentido, una polarización con el precandidato Esteban Bullrich de la oficialista Cambiemos podría jugarle en contra; el mejor escenario, evalúan en Unidad Ciudadana, sería que hubiera una fuerte disputa entre Cambiemos y el frente 1País de Sergio Massa.

Observadores sostienen que la clave estará en los resultados que se den en la primera sección electoral, que incluye a los municipios del norte del Gran Buenos Aires, con una cantidad de votantes ligeramente inferior a los de la tercera sección (en torno a los 4.500.000 cada una).

La especulación es que Cristina podría beneficiarse en caso de una fuerte disputa por los votos en la primera sección entre Massa y Bullrich dado que allí está la fortaleza del tigrense, ganador en la legislativa de 2013 cuando participó en alianza con el Pro, que a su vez ganó en 2015.

“Un voto de advertencia al Gobierno en esa sección no irá nunca a Cristina, por lo que de ir a Massa podría ser un elemento a favor para la Unidad Ciudadana”, evaluó aquel dirigente, que descartó de plano un “Cristinazo” y vaticinó un resultado “incierto” la noche del viernes: “Ganemos nosotros o gane el Gobierno, será por poca diferencia”.

Massa corre riesgo de volver a ser tercero

Con una coalición novedosa, Sergio Massa afrontará hoy su tercera PASO fuera del kirchnerismo, espacio político que dejó con un portazo en 2013. Ese año se candidateó con un rejunte de peronistas ortodoxos (gran parte del duhaldismo), kirchneristas desencantados e independientes, más un acuerdo con macristas desperdigados que, por entonces, no lograban vertebrar el Pro más allá de la General Paz.

Su debut en aquellas primarias no pudo ser más exitoso. Con casi 35 puntos, Massa le sacó cinco al candidato K. En las legislativas, dos meses después, la ventaja se estiró a unos asombrosos 10 puntos: el 44% de los votos bonaerenses.

Pero Sergio Massa, 45 años, no pudo reeditar en 2015 la performance electoral anterior. Ya no fue como candidato a diputado nacional sino como candidato a presidente: quedó, lejos, detrás de Daniel Scioli y Mauricio Macri.

Aquel sabor amargo obligó al fundador del Frente Renovador a barajar y dar de nuevo. Su concepto de “ancha avenida del medio” para diferenciarse de Cambiemos y del kirchnerismo, se había reducido a una calle angosta.

Sorprendió entonces ofreciendo una alianza a Margarita Stolbizer, la ex radical y líder de un espacio político propio, el GEN. Juntos dieron forma a 1País, apostaron fuerte para octubre, y hoy, con el resultado de las PASO, sabrán si van bien rumbeados o no.

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