Correo para De Marchi: el Papa le envió una carta

Cuando Francisco aún era el cardenal de Buenos Aires Jorge Bergoglio y el actual intendente de Luján, Omar De Marchi, era diputado nacional, nació una relación cimentada en algunos encuentros a solas que se  ha mantenido en los últimos años con un vínculo epistolar esporádico.

El último de estos capítulos se escribió hace unos días. De Marchi envió, el sábado 16, un e-mail a un sacerdote que oficia como colaborador del Papa y hace de mediador en su relación. En ese texto, el lujanino además de contarle sobre su presente, le hace la pregunta que muchos se hacen en el país: cuándo viene. Y de paso, le aclara que sería un orgullo recibirlo en Luján.

La respuesta llegó vía e-mail apenas unos días después, pero a diferencia de los anteriores, en los que el secretario citaba la respuesta papal, está vez el mensaje contenía una imagen escaneada de la carta escrita a mano por el propio Francisco. Está fechada el 17, al otro día de la  nota enviada por De Marchi.

En el breve texto (que puede verse en la foto), con una letra chiquita, apretada y cursiva, el Papa agradece el correo del lujanino, dice alegrarse de recibir noticias suyas y halaga su "actitud constructiva". Pero evade una respuesta sobre su visita a la Argentina, como tantas otras veces. 

Antes de esta, hubo otras comunicaciones entre ambos.  La primera fue la más emocionante para De Marchi. Ocurrió hace cuatro años, a meses de haber asumido Bergoglio como jefe de la Iglesia católica.

Hoy aún recuerda las fechas: el 23 de setiembre envió el correo electrónico al secretario papal y un par de semanas después, un domingo al mediodía, recibió en su celular un llamado de un número privado que atendió con desconfianza. Del otro lado estaba Francisco, que habló con él, su esposa y sus dos hijos durante más de diez minutos.

Hubo otro intercambio escrito tiempo después y hace un año De Marchi repitió el proceso, aunque para pedirle al Papa que rezara por un amigo sanjuanino que tenía una enfermedad grave. La respuesta lo sorprendió: el pontífice llamó a su amigo y luego, por mail, le dijo al lujanino: “Me hizo trabajar de cura”.

“Está claro que no olvida su origen. Debe recibir millones de cartas y que se tome aunque sea un minuto para responderme es todo un gesto”, define agradecido De Marchi.