A una semana de las elecciones provinciales, el candidato a gobernador del Frente Cambia Mendoza (FCM), Alfredo Cornejo, aparece consolidado arriba en las preferencias de los mendocinos, con 47,61% de intención de voto. Esto es ocho puntos por encima de su rival del Frente para la Victoria (FpV), Adolfo Bermejo, que cosecha la adhesión del 39,37%.
Bastante lejos ha quedado la postulante del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), con 9,08%.
En tanto, el panorama nacional de cara a las PASO de agosto y la general de octubre muestra al frente al precandidato presidencial del FpV, Daniel Scioli, acompañando el crecimiento de valoración que ha tenido el oficialismo a nivel provincial. Segundo está el referente del Pro, Mauricio Macri.
Estos datos surgen de una encuesta hecha para Los Andes por la consultora Reale-Dalla Torre. El relevamiento se hizo desde el 6 al 10 de junio, después de la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuyo respaldo y promesas apuntalaron a los candidatos oficialistas en Mendoza e incluso al propio gobierno provincial, según refleja este estudio.
El escenario mendocino
El radical que encabeza el FCM, según estos datos, casi duplica la diferencia que le sacó a todo el FpV en las PASO de abril. En aquella oportunidad, el postulante del Frente Cambia Mendoza había obtenido el 43,38% de los votos. Mientras que el oficialismo, sumando a los tres precandidatos que se presentaron en esa instancia, sumó 38,72%, según el escrutinio definitivo.
O sea que aquella diferencia de 4,6 puntos se ha estirado a 8,2. Las dos primeras conclusiones es que Cornejo sumó los votos de algunas de las opciones opositoras que no lograron en las primarias el piso de votos necesario para competir en la general.
La segunda es que Bermejo logró agrupar detrás de sí a los votantes de sus ex rivales internos y sumar un punto más para el peronismo. Barbeito, en tanto, está 2,2 puntos arriba de lo que captó en las PASO.
Cuando se consulta por espacios y no por candidatos, entonces el Frente Cambia Mendoza baja a 45,22%, el FpV crece un punto respecto de Bermejo y llega a 40,22%, y el FIT también muestra algo más de adhesión que Barbeito, con 9,97%.
Un dato que llama la atención es que entre los empleados públicos se amplía la brecha a favor de Cornejo (46% a 36%), pese a la campaña peronista que acusa al radical de propiciar un “ajuste”, y crece la intención de voto del FIT al 11%.
Cambiantes
Entre el 19 de abril y ahora mucha agua pasó bajo el puente y esto se puede observar viendo la evolución de los números.
Reale-Dalla Torre también midió la intención de voto en Mendoza del 30 de abril al 6 de mayo. Como ya se explicó en aquel momento, con el impacto del triunfo provincial y la gran diferencia que obtuvo en Capital y San Carlos el frente opositor, pero también con el impulso que le daban las victorias del Pro (su principal aliado hoy) en las primarias de Santa Fe y Capital Federal, Cornejo por entonces había crecido y superaba los 50 puntos de intención de voto.
Bermejo, en tanto, aún no reorientaba la campaña y sólo había logrado captar el apoyo de la mitad de los votantes de Guillermo Carmona y Matías Roby, ubicándose apenas por encima del 30%. A eso se sumaba que por esos días aún estaba abierta la pelea en Guaymallén entre los precandidatos oficialistas Lobos y Abraham por irregularidades en la votación.
En tanto, Barbeito tenía 8,86%, apenas dos décimas por debajo de la última medición.
Con la visita presidencial (reforzada el jueves por la de Scioli), Bermejo terminó de encolumnar a todo el peronismo y goza ahora del efecto de ese respaldo. Aunque para crecer y ganar, debido a que el número de indecisos es muy bajo (2,3%) y a que los votantes del FIT parecen abroquelados, sólo le queda como opción sacarle votos al radical en la semana que resta hasta la elección.
El “efecto Cristina” también beneficia al gobernador, Francisco Pérez. Así, su gestión que a principios de mayo era considerada buena por el 25,56% de los mendocinos, regular por el 39,77% y mala por el 34,67%, hoy ha repuntado y es vista como buena por el 33,94%, regular por el 36,66% y mala por el 27,27%.
Incluso, su imagen personal mejoró: la positiva pasó de 28,48 a 35,97%, la regular de 37,51 a 32,54% y la negativa de 31,07 a 29,41%.
Creció el apoyo al gobierno K
El impacto positivo que parece haber tenido la visita presidencial en el peronismo mendocino está atado a la suba que ha experimentado la valoración local del gobierno y las figuras nacionales del Frente para la Victoria.
Daniel Scioli, que a principios de mayo tenía 28,08% de intención de voto y estaba segundo, creció casi 6 puntos hasta 33,75%. Mientras que Mauricio Macri, que en las últimas semanas protagonizó una “novela” sobre la alianza o no con Sergio Massa, bajó casi siete puntos: de 34,92% a 28,01%.
Massa, líder del Frente Renovador, siguió en Mendoza el mismo derrotero que a nivel nacional y el 13,75% anterior se transformó en 8,24% ahora.
Este número lo ubica peleando el tercer puesto con el otro precandidato del Frente para la Victoria, Florencio Randazzo, que capta 7,25%, más del doble que en la medición anterior (tenía 3,33%), y confirma el repunte peronista en el electorado local.
El radical mendocino Ernesto Sanz, que competirá en las PASO con Macri, bajó también un punto: su 4,33% de mayo pasó a 3,38% ahora.
Superadas las primarias del 9 de agosto, y ya mirando a la general del 25 de octubre, Scioli sube al 43%, Macri llega al 33%, Massa no pasa la barrera de los 10 puntos y Altamira queda cuarto con 5%.
¿Cómo se entiende esto? Simplemente porque muchos mendocinos parecen haber cambiado su posicionamiento respecto del gobierno de Cristina Kirchner, quizás influidos por el cierre de paritarias y la desaceleración del ritmo inflacionario.
Así, en apenas cinco semanas, el 49,33% que quería un “cambio brusco” de rumbo a nivel nacional se redujo a 38,41%; los que pretenden un cambio moderado se mantuvieron sin alteraciones en el 25% y los que pretenden la continuidad de las políticas actuales pasaron de 24,67% a 35,58%.
Esto se expresa también en que hoy el 45,55% considera buena la gestión K, el 23,89% piensa que es regular y el 30,15% dice que es mala. A principios de mayo, el apoyo era del 31,91%, para el 30,16% era regular y el rechazo llegaba al 37,93%. A nivel personal, Cristina pasó de 37,01% de imagen positiva a 46,79, la regular bajó de 23,56% a 19,93 y la negativa de 39,27% a 32,31.