Cómo mejorar el destete precoz

“Manejar la edad al destete es una herramienta de coyuntura, no un sistema. Para tener vida larga debe trabajar sobre otros puntos”

En el medio del revuelo que van causando las experiencias de cría confinada a un corral, investigadores de la Universidad de Nebraska de Estados Unidos están comparando la performance de pares vaca-ternero, alimentados en corral en forma restringida con raciones de calidad (Burlanda + rastrojo de maíz molido, lo mismo para vaca y ternero) donde la diferencia evaluada es el destete a los 90 días versus el destete convencional a los 205 días. Publicaron ya algunos reportes preliminares de esta experiencia que dura varios años. No pudieron encontrar diferencias en condición corporal o en porcentaje de concepción de los vientres como tampoco en el peso de los terneros a los 205 días, ni en la cantidad total de alimento consumido por el par (eficiencia en el uso de la energía del par completo) entre ambos grupos.

Estos vientos, que en algún momento soplaran en nuestras tierras, circunscriben la decisión del momento del destete en rodeos estratégicamente bien manejados desde la nutrición, a un problema simple, el costo del alimento.

Pero con los pies sobre la tierra, nuestra estadística dice que esos rodeos no abundan en nuestra realidad (50% a 55% de destete), aunque es verdad que en un extremo de la dispersión sí existen, y en definitiva la regla en el promedio es que los pares de nuestros rodeos luchan contra la escasez de alimento.

El manejo y la ciencia proveen herramientas de largo plazo para solucionar esos déficits, incorporar apotreramientos aunque fueran mínimos, solucionar la disponibilidad de aguadas, calzar los momentos del rodeo a la curva de pastos, incorporar suplementación en forma estratégica, adecuaciones de tamaño de animal, la incorporación del vigor híbrido a través de madres, cruza entre otras, son todas cuestiones que hacen a nuestras habilidades y comportamientos como “pastores” y que son las que deberían regir nuestros objetivos finales como productores de cría.

Pero en el “aquí y ahora”, nos estamos jugando la zafra de terneros del período 2017-2018. Muchísima evidencia muestra que vientres en condición corporal menor que 4 en el servicio (escala de 1 a 9), tienen tasas de concepción muy por debajo de las que están en 4 o por arriba. Éste es un dato que un “verdadero pastor” no relativiza y por el contrario correlaciona esa probabilidad de concepción con lo que ocurre en su rodeo. Consciente de que su situación no es la de las vacas encerradas de Nebraska, mida la frecuencia en sus vacas cuando está por echar los toros.

Si la lectura le muestra una realidad preocupante, le está diciendo que la comida no alcanza y que hay que tomar un curso de acción. Una herramienta para enfrentar esa situación es adelantar el momento del destete.

Desde el punto de vista del vientre esa práctica tiene 3 impactos. Primero disminuye los requerimientos porque cesa la producción de leche. Además, después de los 90 días, dependiendo de dónde vayan a parar los terneros, elimina la competencia del ternero por el recurso forrajero y además, sobre todo en la lactancia temprana, libera a la vaca de la influencia negativa del amamantamiento sobre el reinicio de la actividad sexual, esencial para la repreñez.

Desde el punto de vista del ternero, por la etapa de crecimiento en que se encuentra es un muy eficiente convertidor de alimento en carne y podría, llegado el caso, justificar que sea uno el que hace el trabajo y no la vaca. No es gratis: trasladar ese potencial de crecimiento a un invernador, realmente no suena a gran negocio. Por eso esta práctica es realmente una opción cuando el criador tiene el equipo humano preparado para manejar grupos de terneros. Siempre caemos en eso: “Pastores entrenados”, sensibles y organizados para la vigilancia de grupos concentrados de animales de corta edad, a más corta edad más necesidad en ese sentido.

No es tan difícil: no se olvide que en la lechería se separan las crías el día mismo del nacimiento. Al lado de ese desafío lo que nos toca con terneros de 45 o más días es juego de niños, pero difícil comparado con que el trabajo lo haga la vaca. Desde el punto de vista del ternero, abundan las fuentes donde recurrir para establecer la práctica. Simplemente tenga en mente tratar de no trasladar las ventajas de eficiencia de conversión de las crías al próximo eslabón de la cadena.

Si el problema no es de condición de sus vientres, y la preñez del momento no es un problema, considere dirigir la atención de los terneros cuando estos se conviertan en un competidor por forraje dentro del par a otros alimentos, como sería el caso de algún balanceado mediante la metodología del creep feeding. Allí aprovechará el potencial de eficiencia de conversión del ternero usted logrando, según el caso, entre 10 a 20 kilos de diferencia en peso al destete muy probablemente con alrededor de 60 kg de balanceado, y vende un ternero que sabe comer y sobre el que se puede pelear un mejor precio.

En el largo y mediano plazo, trabaje en opciones que le permitan contener el estado de nutrición del par, en regularidad, si en el momento del inicio del servicio, su situación es a ese respecto crítica. Primero mida cuán crítica es a través de la frecuencia real de condición corporal de sus vientres. Con eso en la mano decida si descomprime todo el rodeo o sólo los pares comprometidos por la condición corporal del vientre. Si conviene descomprimir la carga por el consumo potencial de forraje del ternero a través de separar terneros o de descargar pares completos, haga sus cuentas.

Pero siempre considerando que manejar la edad al destete es una herramienta de coyuntura, no un sistema. En nuestra condición, el sistema para tener vida larga debe trabajar sobre otros puntos de largo aliento que ya enunciamos, al menos hasta que lleguen los corrales.

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