Cómo influye la alimentación en tu humor

El famoso dicho “somos lo que comemos” resulta cierto cuando descubrimos que los alimentos tienen un papel importante en nuestros estados de ánimo. Sí: la comida favorece o perjudica nuestro humor. En esta nota te contamos cómo.

Quizás ya lo sabías o quizás no. La alimentación no solo nos da nutrientes y vitalidad, sino que también es la razón de ser de nuestros estados emocionales. Lo que ingerimos y su cantidad tiene consecuencias significativas en nuestro organismo: "cómo es el ritual alimentario, la cantidad de comida que ingerimos y sobre todo lo que comemos, tiene repercusión en nuestro cuerpo y en nuestras emociones", asegura la nutricionista Magalí Sánchez. Y es que, ni comer mucho es sano, ni comer poco nos hace bien. Es importante lograr un control en ese difícil equilibrio; pero también reconocer que hay alimentos que nos afectan más que otros.

Comer mucho nos deja "pesados", cansados y nos genera sueño. Vamos directo al sillón o a la cama, cortando así el proceso digestivo. "Esto nos irrita fácilmente, pues el cuerpo hace el doble de trabajo gastando más energía de lo normal", enfatiza la especialista.

Por el contrario, comer poco, también genera malhumor; ya que quedamos con hambre, y la ansiedad comienza a ocupar terreno en nuestro ánimo, haciendo que -si estábamos cumpliendo una dieta- terminemos dejando de lado cualquier conducta saludable.

Increíblemente, el exceso o la escasez repercuten en el humor. No cabe duda que el tipo de alimento que se consume tiene mucho que ver, al igual que la cantidad y la periodicidad en la que nos alimentamos; pero, si comer genera satisfacción, ¿cómo puede esto cambiar nuestro humor? "Somos un cuerpo perfecto y como tal, todo va a repercutir en nuestros estados de placer y estabilidad. Si la comida da energía al cuerpo, también se encarga de nutrir nuestro 'cuerpo' emocional", añade la profesional, que también se especializa en alimentación saludable.

Por ejemplo: cuando una persona hace dieta y la ansiedad es más fuerte, termina rompiendo esa promesa y esto -obviamente- genera malestar emocional, baja la autoestima y lleva al mal humor.

"La persona siente decepción consigo misma e inevitablemente esto lo reproduce en sus relaciones cercanas", dice la psicóloga Amalia González. Ni mencionar cuando los demás le recuerdan esa promesa de "hacer dieta". "Esos comentarios se transforman en una mirada externa que afecta mucho a la persona. El picotear a cada rato tiene todo un trasfondo, nos habla de un mal manejo de la ansiedad y por lo tanto de las emociones", continúa la psicóloga. Poder controlarlo tiene que ver con reconocer qué nos pasa en el interior.

Los alimentos como la carne, embutidos o la ingesta de alcohol, alteran las emociones. "Hasta se estima que provocan agresión o alteración en los estados emocionales", agrega la nutricionista.

Esta afirmación surge en comparación con aquellas personas que no consumen carne, o lo hacen de manera moderada. Éstas últimas se caracterizan por ser más serenas y equilibradas. Cabe destacar que este balance se dará de acuerdo a la cantidad que se consuma.

Otro aspecto a considerar es el "cómo comemos": ¿le dedicamos tiempo?, ¿comemos velozmente o de manera pausada?, ¿repetimos el plato o nos conformamos con el que acabamos de comer? Todo tiene que ver. Aquel que come velozmente, lo hace presionado por su ambiente social próximo.

"Alimentarse de esta manera hace que esa persona -que se siente observada- repita el plato o se avergüence y se retire de la mesa. Aquí podemos estar frente a una situación de miedo e inseguridad que se exteriorizará con aislamiento, posiblemente", completa González.

Cuando la alimentación está equilibrada, se dice que se logra una sintonía entre el humor interno de la persona y el humor en el ambiente social próximo en el que se encuentra inserta. Lo que vale es reconocer si la alimentación que llevamos cotidianamente nos genera buen humor, o todo lo contrario: lo empeora.

Según la Sánchez, hay alimentos que mejoran el humor. Lo que vale es considerar que, cuando el día no va bien, o notamos que llevamos días sintiéndonos poco satisfechos o con poca alegría, hay alimentos que nos cargan de energía emocional y por lo tanto despiertan el buen estado anímico. La serotonina es el neurotransmisor encargado de actuar en el cerebro y relacionarse con el humor, "por lo tanto para generar este neurotransmisor hay alimentos que pueden colaborar, como la presencia de azúcares, grasas, vitaminas B y C, así como también el magnesio y zinc", añade la nutricionista.

La ventaja radica en que el aumento de la serotonina despierta en uno la sensación de felicidad, genera bienestar y, además, colabora en el buen descanso. Entonces, prestarle atención a lo que comemos y cómo comemos mejorará considerablemente nuestro estado de ánimo. "El momento de la comida es recomendable que dure al menos media hora. Debemos hacer de ese momento un ritual saludable, que no solo repercuta en nuestro físico, sino también en nuestro humor", enfatiza Sánchez.

Algunos de los alimentos que te levantarán el ánimo

El chocolate. Muchos lo tienen en su top-five de alimentos preferidos, pues "eleva el nivel de serotonina en el cerebro, genera una fuerte sensación de bienestar".

También hay alimentos con alto contenido en Omega 3 y vitaminas B, "estos alimentos (como el atún), reducen el estrés y también colaboran para combatir la tan mentada ansiedad".

Las frutas brindan sensación de frescura y liviandad. La banana mejora la calidad del sueño. Los frutos secos son sumamente nutritivos por su alta concentración, "con solo un puñado al día se está ingiriendo lo necesario en magnesio y ácidos grasos".

Antes que nada es bueno considerar que somos seres holísticos: "No podemos vernos por separado, sino de manera integral. Nuestro estado de ánimo -y de salud en general- estará influenciado por la alimentación que acostumbramos tener, la actividad física que realicemos y el tipo de alimentación que llevemos a cabo", cierra Sánchez.

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