Cita panamericana en Mendoza

Con la presencia de importantes autoridades de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos, del 4 al 6 de julio se realizó en Mendoza un encuentro que contó con varias instancias de trabajo y reflexión.

Cita panamericana en Mendoza
Cita panamericana en Mendoza

La cita tuvo como anfitriona a FADEA, y como sede al Colegio de Arquitectos de Mendoza. Fue de altísima importancia en términos de articulaciones latinoamericanas, ya que hasta Mendoza llegaron representantes de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos, para intercambiar pareceres y actividades con los mendocinos. Estuvieron presentes el presidente de FPAA, Arq. João Virmond Suplicy (Brasil); el tesorero y secretario de FPAA, Arq. Duilio Amándola (Uruguay); el presidente del Consejo Honorario Vitalicio de FPAA, Arq. Jorge Monti (Argentina); el Arq. Francisco Danilo Landó, miembro del CHV de FPAA; el Asesor de la Presidencia para Asuntos de Ciudad de Frontera (Brasil), Arq. Jeferson Dantas Navolar; el presidente de FADEA, Arq. Gerardo Montaruli; el tesorero de FADEA, Arq. Daniel Ricci (Argentina); el presidente del CAM, Arq. Carlos Boetto; y el director de la revista Edificar, Mario Bellón (Uruguay).

En el marco del encuentro, que tuvo como objetivo la reunión del Cono Sur de la Federación Panamericana, se presentó el libro "Brasilia: la fallida tierra de Nunca Jamás", de Mauricio Waisman (con la presencia de la Arq. Zaida Muxí Martínez); y una charla sobre la obra del maestro Oscar Niemeyer, que brindó el Arq. João Virmond Suplicy. El viernes 5 y sábado 6 de julio se desarrolló la reunión, que buscó trazar políticas conjuntas respecto de temas atinentes a la arquitectura latinoamericana como continuación de los conceptos esbozados en la reunión que FPAA tuvo en la ciudad de Marigot, en St. Maarten.

Uruguay, presente

El jueves 4 el Arq. Duilio Amándola (secretario general y tesorero de FPAA, e integrante del Consejo Deliberativo de SAU) explicó los detalles -y presentó los ganadores- del llamado a presentación de ofertas para la construcción de un nuevo edificio y su entorno urbano, a implantarse en la manzana sur próxima a la Torre Ejecutiva; que convocó la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) con auspicio de la Sociedad de Arquitectos de Uruguay.

"En Montevideo se hizo este llamado para el edificio que, durante el mandato de Tabaré Vázquez, se transformó en el de la Presidencia. Tiene una adaptación bastante extraña, está sobre la plaza principal a espaldas, o de frente porque tiene dos fachadas análogas, al Río de la Plata, comentó en su presentación Amándola. De un lado tiene el río y del otro las dependencias de la plaza principal; un lugar relevante y muy tensionado desde el punto de vista urbano. Tiene algunas particularidades: una pasiva, actualmente sobre la plaza Independencia, desde donde se realiza el acceso a la Torre Ejecutiva; donde están las oficinas de la Presidencia; y entre la línea de la pasiva y la vidriera, no deben haber más de 6 o 7 metros, lo que es bastante cuestionable.

Debido a esto y con el objetivo de generar unas oficinas para el Instituto Nacional de Estadísticas (instalado en una construcción muy precaria) se generó un programa, muy confuso inicialmente, planteado por Presidencia. El proyecto consistía en generar un espacio o edificio que se constituyera en hall, o lugar de acceso, a la Torre Ejecutiva; que contuviese una sala de actos, porque la actual es pequeña y tiene problemas de accesibilidad y evacuación. Era necesario generar un verdadero salón de actos con acceso a Presidencia, y la posibilidad del retiro de la Presidencia sin acceso a la prensa.

También una sala de intercambio multimedia con otros organismos, las oficinas del Instituto Nacional de Estadísticas, un piso de oficinas para Presidencia y un área de garajes. En Uruguay, y supongo que en Argentina no debe ser muy distinto, cuando se les dice a las empresas que el presupuesto no debe exceder un monto determinado se genera una discusión que muchas veces termina poniendo en riesgo la ejecución de los concursos.

De hecho, la construcción de la Torre de la Corporación Andina está detenida por eso", concluyó Amándola. Luego de la presentación pasó a mostrar las especificaciones de cada uno de los proyectos premiados. Entre los 14 presentados el primer premio lo obtuvieron los Arq. Diego Ferrando, Fernanda Goyos, Daniel Martirena, Javier Olascoaga y Andrés Souto.

Un libro, una mirada

En el contexto de las actividades se presentó el libro de Mauricio Waisman: "Brasilia: La Fallida Tierra de Nunca Jamás", en el CAM. Allí, el autor de este compilado de fotografías y la Dra. Arq. Zaida Muxí Martínez (que escribió el prólogo) hicieron una presentación del concepto que sustenta a esta colección de imágenes y el proceso de financiación colectiva a partir del cuál pudo editarse. En octubre de 2010, Waisman viajó a Brasilia para realizar un proyecto documental.

El material reunido dio vida a su primer libro, que intenta reflexionar acerca de la relación que existe entre la arquitectura de la ciudad y la realidad social de quienes la habitan. "La mirada de Mauricio empieza con esta fascinación que nos provoca Brasilia como arquitectos. Él tuvo la capacidad de dejarse asombrar por la ciudad y luego descubrirnos otra Brasilia. Brasilia es una ciudad monumento, maravillosa; pero es una ciudad en la que no hay tránsito; no hay manera de movernos dentro de ella. Es una ciudad preciosa, pero invivible", afirmó Zaida Muxí.

Al maestro, con admiración

También en el CAM, el Presidente de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos, Arq. João Virmond Suplicy (Brasil), dio una charla sobre las características y los conceptos que sustentan la obra de Oscar Niemeyer. Allí desgranó detalles sobre las obras más importantes del maestro brasileño; como el Palazzo Mondadori (Milán), la Catedral de Brasilia, el Museo de Arte Contemporáneo de Curitiba, Teatro El Volcán de Le Havre (Francia); entre otros edificios referenciales, que diseñó durante sus más de 100 años de existencia. "Oscar pensaba en el hombre que habitaría sus obras, pensaba en sus vidas cotidianas, en sus prácticas culturales -apuntó Suplicy, y continuó-. El decía: 'Estas obras son caras, pero la gente también tiene derecho a disfrutar de cosas buenas'". Hubo oportunidad para deliciosas anécdotas en torno al extraordinario arquitecto. "¿Saben cómo Oscar dibujó esta casa? -preguntó Suplicy mientras mostraba imágenes de la Casa das Canoas, en Río de Janeiro-. Él estaba mirando la maqueta, tomó una tijera y dibujó con ella la casa".

Ya presentando detalles sobre el Museo de Arte Moderno que Niemeyer hiciera en Curitiba, comentó: "Esta es una divisoria de aguas en la obra de Niemeyer. Aquí se puede observar uno de los conceptos fundamentales de su obra: la importancia del vacío. Nosotros nos referenciamos en la forma; pero en realidad no la habitamos: habitamos el vacío. Esa concepción estaba muy presente en el pensamiento de Oscar. Otro de los pilares de esta percepción es el Ministerio de Relaciones Exteriores de Itamaraty”.

Luego Suplicy continuó detallando aspectos de la arquitectura y el pensamiento del maestro, a través de un análisis del teatro El Volcán, en Le Havre: "hay una dimensión telúrica en su obra, está en sintonía con el espacio que la rodea. Hay un diálogo entre la obra y su contexto, además de las formas entre sí. La genialidad de este hombre está en poder colocar, en esas obras monumentales, a la persona como habitante por sobre la obra. Él siempre decía: 'tenemos que escuchar a la sociedad. La imagen es importante, pero tenemos que ser un poco más humildes los arquitectos y escuchar lo que esa sociedad necesita y quiere'. Esta es una lección que aprendió con Le Corbusier.

De hecho mi tesis de doctorado se basó en el diálogo que existe, en la obra de Niemeyer, entre la obra privada y la obra pública", concluyó. Y luego, aclaró: "Brasilia fue proyectada para una escala de 500 mil personas, y se extrapoló esa dimensión. Surgieron ciudades satélites que tienen una arquitectura muy mala. En todo Brasil tenemos espacios mal proyectados; pero esta obra de Niemeyer tiene que ser mirada con una seriedad de análisis que excede estas críticas. La escisión que Niemeyer hizo en el pensamiento moderno es muy importante. De hecho los investigadores en Arquitectura afirman que fue el mejor discípulo de Le Corbusier. Es considerado 'el arquitecto moderno'. Este hecho es indiscutible, incontrastable".

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