Los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero del planeta, China y Estados Unidos anunciaron ayer un acuerdo “histórico”, recibido con alivio por los científicos pero con escepticismo por los republicanos estadounidenses que lo ven como una amenaza para el empleo.
El presidente estadounidense Barack Obama y el chino Xi Jinping se han comprometido en Pekín a dar un respiro al planeta, a un año de la conferencia del clima de París, donde se espera un acuerdo global. Para Obama se trata de un “acuerdo histórico” y el “mayor hito en las relaciones” de los dos países. Xi dijo: “Acordamos asegurarnos de que las negociaciones sobre cambio climático alcanzarán un acuerdo en París”.
Los intentos de alcanzar un acuerdo para mitigar el cambio climático, sobre el que los científicos advierten que estamos llegando a un posible punto catastrófico sin retorno, han sido bloqueados hasta ahora por la falta de voluntad de Estados Unidos y China para trabajar juntos en el problema.
Es la primera vez que China se ha fijado el objetivo de alcanzar un tope en emisiones “en torno a 2030”, con la intención de lograrlo antes. Hasta ahora siempre había hablado de “lo antes posible”.
Obama, que se topa con el escepticismo y la negación total del cambio climático en el Congreso estadounidense, se ha fijado como meta que Estados Unidos reduzca sus emisiones entre un 26% y un 28% para 2025, en comparación con los niveles de 2005.
"Tenemos una responsabilidad especial para liderar el esfuerzo mundial contra el cambio climático", dijo Obama en una conferencia de prensa conjunta con Xi.
“Esperamos alentar a todas las economías a que sean más ambiciosas”, dijo. China y Estados Unidos, que producen juntos alrededor del 45% del dióxido de carbono mundial, serán claves para garantizar que se alcance el próximo año un acuerdo mundial para reducir las emisiones después de 2020 con el fin de limitar el calentamiento global a 2°C.
La comunidad internacional se ha fijado este objetivo para evitar una desregulación a gran escala del clima, que se traduciría en una disminución de recursos, conflictos derivados, subida del nivel de los océanos y desapariciones de especies, entre otros efectos nocivos.
Mientras tanto, el tiempo apremia, ya que según los científicos las medidas adoptadas por los distintos países son insuficientes para limitar a dos grados el aumento de la temperatura global.
Un nuevo día
Durante mucho tiempo, los dos países se han ido echando la culpa el uno al otro para no reducir las emisiones de los gases que originan el calentamiento del planeta.
Después de que la Cumbre de Copenhague de 2009 estuvo a punto de terminar en un rotundo fracaso, salvada sólo en el último minuto por un acuerdo entre Obama y las autoridades chinas de entonces, Washington y Pekín empezaron a trabajar el acuerdo anunciado este miércoles.
Christiana Figueres, jefa de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, aplaudió el anuncio, que da “un empuje práctico y político” a las negociaciones. El Instituto de Recursos Mundiales, un grupo medioambiental con sede en Estados Unidos, calificó por su parte el acuerdo Obama-Xi como un avance importante.
“Se abre un nuevo periodo con los líderes de Estados Unidos y de China codo con codo, con un compromiso significativo para reducir las emisiones de sus países”, dijo el presidente del instituto Andrew Steer en un comunicado. “Ambos han reconocido claramente la creciente amenaza del cambio climático y la urgencia de medidas”, dijo.
Los republicanos, escépticos
Buena parte de las acciones de Obama sobre cambio climático las ha hecho con decretos presidenciales y no tanto con la cooperación de los legisladores. El plazo que se ha dado Obama para este nuevo compromiso es menos de una década pero solo le quedan dos años en la presidencia.
Ahora se enfrenta a un Congreso controlado por la oposición republicana en las dos cámaras tras las recientes elecciones de mitad de legislatura, lo que hará más difícil todavía adoptar cualquier ley medio ambiental.
El nuevo líder republicano del Senado no ha tardado en reaccionar. “Éste es un plan poco realista, que el presidente quiere cargar sobre su sucesor”, señaló Mitch McConnell al comentar los anuncios que, según aseguró, afectarán entre otras cosas a la creación de nuevos puestos de trabajo y el costo de la energía.
Chile se ve a sí mismo como puerta de entrada de Asia a América Latina
Pekín. Chile y China se comprometieron este miércoles a reforzar la cooperación en agricultura, minería, finanzas, ciencia y tecnología y Santiago se ofreció de puente entre el gigante asiático y América Latina y el Caribe.
“Chile quiere ser país puerto y puente”, dijo la presidenta chilena, Michelle Bachelet, al término de una visita a Pekín para participar en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) que encadenó con una visita de trabajo a China de “gran magnitud”.
Además de las infraestructuras en materia de puertos y aeropuertos, la extensa red de tratados de libre comercio que ha suscrito “nos permite ser puente” de la región Asia-Pacífico y América Latina y el Caribe, dijo Bachelet, que cerró su visita con una reunión con su homólogo chino Xi Jinping.
Los dos presidentes han insistido en la necesidad de dar contenido cuanto antes al plan de acción intergubernamental que permitirá ampliar la cooperación.
China es el principal socio comercial de Chile. Desde la firma del TLC en 2006, los intercambios han pasado de 1.000 millones de dólares a 19.000 millones de dólares. "Y hay un enorme espacio para seguir creciendo", dijo Bachelet. China está dispuesta a invertir en el desarrollo de infraestructuras en Chile, en sectores como los ferrocarriles, puertos, hidroeléctricas y telecomunicaciones, y participar en el desarrollo de las conexiones en Sudamérica, le dijo Xi a Bachelet, que también se reunió el lunes con el primer ministro chino, Li Keqiang.
Los dos países quieren aprovechar que el próximo año cumplen 45 años desde el establecimiento de relaciones diplomáticas para ahondar en sus ya "excelentes" relaciones.
China también quiere trabajar con Santiago para profundizar la cooperación con toda la región latinoamericana y de ésta con la región Asia-Pacífico.
Pekín le ofrece a Lima libre comercio
Pekín. El presidente chino, Xi Jinping, propuso a su homólogo peruano Ollanta Humala, un acuerdo de libre comercio y reforzar la cooperación en sectores como la minería, la energía, las infraestructuras y la agricultura.
El presidente Humala realizó ayer una visita de trabajo a China tras participar lunes y martes en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) que decidió lanzar los estudios para crear una área de libre comercio (FTAAP) entre las 21 economías que lo integran, como proponía Pekín.
Perú ya participa en las negociaciones del acuerdo de libre comercio Alianza Transpacífico (TPP) en la que participan 12 países de la APEC, que lidera Estados Unidos.
China y Perú anunciaron el pasado año, durante una visita de Humala al gigante asiático, elevar sus relaciones bilaterales a una asociación estratégica.
Según la agencia oficial Xinhua, Xi propuso a Humala la negociación de un tratado de libre comercio bilateral.
Asimismo, le propuso que haya más intercambios de alto nivel entre gobiernos y parlamentos, así como el fomento de la cooperación en sectores como el comercio, la energía, la minería, las infraestructuras y la agricultura.
China, dijo, participará activamente en la construcción de una línea de ferrocarril entre la costa pacífica peruana y la costa atlántica de Brasil. De hecho, durante la visita de Humala, los dos países han firmado, entre otros, un acuerdo para establecer un grupo de trabajo que se encargará de dicho proyecto.
Asimismo, espera jugar un papel constructivo en la próxima conferencia sobre el cambio climático de Naciones Unidas que se celebrará en la capital peruana, Lima, en diciembre.