La Serena, la preferida

Una de las ciudades chilenas más elegidas por los mendocinos este verano. Playa y compras para unos días distendidos.

El borde costero se camina, se corre, se pedalea, se patina, se baila, se anda y se desanda en patineta eléctrica o en karting…  En fin, en La Serena, desde muy temprano, los turistas toman la Avenida del Mar, al amanecer tímidamente y desde media mañana tumultuosamente, para disfrutarla como cada uno quiere.

El mar en el horizonte, la brisa fresca y la buena onda de las vacaciones son el contexto ideal para hacer un poco de ejercicio físico en las máquinas dispuestas en varios puntos, para sumarse a la clase de zumba del balneario Ovo o para sentarse en cualquier banco y dejarse llevar por las cavilaciones. Es verano y estamos de vacaciones…

Pasado el mediodía, cuando el perezoso sol chileno se decide a despuntar con todo, la cita es en cualquiera de las playas. Este enero, que ya llega a su fin, se ha caracterizado por la gran afluencia de turistas. Mucha gente en la arena, mucha gente en el agua, mucha gente en todos lados.

Así, en 4 esquinas, Peñuelas o cerca del faro, a eso de las 5 de la tarde ya es un poco complicado encontrar un espacio amplio libre. Pero a nadie parece importarle demasiado, cada quien sigue disfrutando a su manera.

Muchos distendidos en sus bananas inflables, la tendencia 2017. Se trata de poltronas de colores estridentes, que se inflan con el viento (sí, como lo leyó y resulta muy divertido ver cómo giran para tratar de inflarlas).

Son una suerte de colchonetas de aire para relajarse y tomar sol o esperar el bello atardecer del Pacífico. El precio, 10.000 pesos chilenos; los vendedores ambulantes las ofrecen constantemente; un must de esta temporada.

Las últimas horas de la tarde marcan el tiempo de una recorrida por las ferias artesanales, muchas ubicadas en el camino de regreso al hotel o al departamento.

Bijouterie, productos terapéuticos a base de cannabis, puestos de tés - de jazmín, verde o blanco, entre otros- y demás chucherías - como las vinchas con flores para las chicas o los láser para los niños-, tientan a gastar un poco.

Compras, compras y más compras

Si bien la oferta turística de La Serena excede a sus playas, lo cierto es que para los mendocinos las compras son un verdadero atractivo.

Así, más allá de lo lindo que puede ser un tour por el Valle del Elqui y sus pisqueras ($ 32.000);  por la Isla Damas para encontrar los pingüinos Humboldt ($ 45.000) o a los observatorios de estrellas Mamalluca o Collawara ($ 25.000); los argentinos eligen erogar ese dinero en compras.

Claro está que la propuesta es tentadora: liquidaciones en las grandes tiendas; los malls y hasta inclusive los supermercados tienen una oferta de productos que son difíciles de resistir.

Calculadora en mano, las familias prefieren conseguir todos los adminículos para el inicio de clases, por ejemplo, o cargar con un smart TV, en lugar de hacer turismo por alguno de los bellos sitios de las inmediaciones.

Los outlets, sin dudas, otra gran alternativa. Por la ruta 5 -camino a Coquimbo- se encuentran Vivo y Arauca Premiun. La señalización hace fácil acceder a ellos, tienen estacionamiento y establecimientos tos gastronómicos, un dato a tener en cuenta ya que se suelen pasar varias horas recorriendo locales de Adidas, Puma, Skechers o Saxoline, entre muchos otros.

Eso sí, los precios no siempre son mejores que los que se exhiben en oferta en las tiendas del centro o en los malls Plaza o Puerta del Mar.

El espectáculo del puerto

Sin dudas que la visita al puerto es una de las infaltables, ya sea para grupos de amigos o familias. Nadie quiere perderse la posibilidad de deleitarse comiendo productos de mar frescos y a buen precio. La reineta y las machas, entre los más pedidos.

Pero desde ya que eso no es todo. El espectáculo sensorial comienza recorriendo la bahía de Coquimbo, para ver los lobos de mar en las rocas de la costa. Luego sigue una pasada por los puestos de venta que están a la entrada del puerto, donde se consigue literalmente de todo.

El corolario de cierre es el área de venta de pescados y mariscos. In situ, se estimulan aun más los sentidos: el olor intenso, la vista que no tiene tregua, los gritos de los vendedores -algunos con micrófono inclusive-, los mariachis cantando en vivo y los platos que se sirven al paso.

Esta salida puede completarse con un paseo en una embarcación. Los catamaranes que surcan la bahía  cuentan historias de corsarios y piratas en un itinerario de 50 minutos ($ 3.000 por persona).

Arenas blancas y aguas claras

Pasar una jornada de playa en Totoralillo, es un clásico entre los mendocinos que veranean en La Serena. Está a un poco más de 30 kilómetros de distancia y convoca porque las aguas allí son claras y las arenas blancas. Realmente es un sitio muy lindo y por lo tanto demasiado concurrido.

Por eso la tradición entre los turistas es llegar lo más temprano posible para poder encontrar un buen lugar donde ubicar las reposeras. Cerca de las 14 ya casi no hay espacio disponible. La sombrilla, infaltable.

Vale agregar que se paga estacionamiento (desde $ 2.000). Hay puestos de ventas de platos a base de frutos de mar y comidas rápidas.Un menú de pescado frito y agregado sale $ 4.500; un pastel de jaiba $ 2.500. La entrada a los sanitarios $ 400.

Infaltables

Para ellas. Tomar unos masajes en cualquiera de las carpas situadas en el borde costero. Descontracturantes, de relajación del cuerpo completo o de pies con peces. Los precios van desde los $ 10.000. Al terminar la sesión, un jugo de frutilla, melón y piña ($ 1.500) para completar el estado de relajación.

Para ellos. Una vuelta en alguno de los circuitos de kartings y cuatri (desde $ 10.000).

Para los niños. Una visita a la feria de juegos Turistren (4 esquinas y la costa). Los pases salen $ 1.500 (www.turistren.com). También hay patio de comidas, lo más pedido por los peques: las salchi papas ($ 3.000). Otra alternativa, el circo en Playa Changa (entrada desde $ 10.000).

Para los teens. La disco Kamikaze (entrada $ 5.000).

Los precios

El súper. Similares a los de Mendoza. Cocinar en el departamento o la cabaña sale lo mismo que acá.

Salidas a comer. Un plato en un lindo restó puede costar $ 12.000. Por supuesto que hay opciones más accesibles, por ejemplo los chiringuitos en la playa, donde una empanada de camarón queso (son grandes) sale $ 1.500 y un completo $ 1.000. También están las cadenas de comidas rápidas donde se puede comer por unos $ 5.000 por persona (bebida incluida).

En varios puntos de la ciudad -por ejemplo en la calle Las Higueras- hay food tracks. Sirven lomos, hamburguesas, rolls, tacos ($ 1.000). Hay algunas mesas y es una salida pintoresca. Un desayuno completo en una cafetería frente al mar ronda los $ 3.500.

Estacionamiento. No se paga en el borde costero e inmediaciones. En el centro sí, $ 850 la hora.

Juegos infantiles. Desde $ 1.500.

Peaje. De Mendoza a La Serena hay 6 estaciones de peaje. El valor total es de 14.950.

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