Cautivados por el eclipse “anillo de fuego”

Miles de curiosos y especialistas se congregaron en los sitios de observación del fenómeno que motivó llantos y aplausos.

Con radiografías, máscaras de soldar o lentes de sol, los mendocinos que no quisieron perderse la experiencia de ver el eclipse anular de Sol que se vio en Mendoza y gran parte del país.

El fenómeno conocido como “anillo de fuego” no se pudo ver en su totalidad desde nuestra provincia. En Mendoza, como en otras provincias del centro, sólo se apreció 60% del eclipse pero eso bastó para que muchos pudieran observar el efecto y decidieran compartirlo en las redes sociales.

“Nos levantamos tempranito con mi hijo y cerca de las 9 nos pusimos las máscaras de soldar que pedimos prestadas y fuimos protagonistas de este fenómeno inusual”, contó Juan Carlos, vecino de Godoy Cruz. Y agregó: “por un tema de seguridad, para no dañarnos la vista, observábamos por unos 10 segundos el eclipse y descansábamos un ratito”.

Los mendocinos tuvieron la oportunidad de observar el eclipse durante unas dos horas, entre las 9 y las 11.

El episodio astronómico debutó en pleno corazón del océano Pacífico al salir el Sol, y alcanzó el continente sudamericano por la ciudad chilena de Coyhaique. Luego de Argentina y antes de Africa, el eclipse podía observarse en el Atlántico Sur, pero sólo por los navíos que se encontrasen "en el lugar y el momento adecuados", dijo a la AFP Terry Moseley, de la Asociación Astronómica Irlandesa (IAA).

El eclipse anular se produce cuando la Tierra, la Luna y el Sol se alinean. El eclipse dura unas dos horas, pero el alineamiento total menos de un minuto. Pero incluso cuando están perfectamente alineados, la Luna está tan lejos de la Tierra que no logra cubrir completamente al Sol, lo que crea la impresión de un “anillo de fuego”. Cuanto más nos alejemos de la zona de visión, más pequeña será la parte del Sol tapada por la Luna.

La dispar situación meteorológica que se vivió durante la jornada en el país, además de las distancias del epicentro en el que podía observarse el eclipse anular, no hicieron mella en los apasionados e interesados en ver el eclipse anular de sol.

En Córdoba, el observatorio astronómico que depende de la Universidad Nacional de Córdoba, dispuso en el espacio que la casa de estudios tiene en el parque del centro de la ciudad telescopios, elementos de fotometría, una pantalla gigante y un grupo de astrónomos, que asesoró al público que se dio cita pese a que el cielo estaba nuboso y perjudicaba la visibilidad.

El fenómeno se pudo ver sólo unos minutos y fue seguido con atención desde la pantalla gigante que se había instalado en el parque, pero el deseo de ver el eclipse llevó a quienes poseen un telescopio a buscar otros espacios de observación, como lo fueron los parques Sarmiento y Kempes, y también se llegaron hasta la zonas de las sierras.

Dada la cantidad de nubes, el fenómeno pudo ser visto y disfrutado sólo por algunos minutos.

En el observatorio Oro Verde, de Entre Ríos, la actividad comenzó a hora temprana, señaló el integrante de la Asociación Entrerriana de Astronomía, Mariano Peter.

Destacó la gran cantidad de gente que se hizo presente, pese al calor y a la poca difusión de la actividad, debido a que el nuevo telescopio con el que cuentan, conseguido a través de un subsidio nacional, no tenía el filtro necesario para una observación conveniente, pero este elemento llegó ayer por la noche, con lo que trabajaron durante horas para acondicionarlo y ofrecerle al público la posibilidad de ver el fenómeno.

El eclipse -dijo Peter- se vio en un 50 por ciento en la región, donde el clima y las condiciones meteorológicas ayudaron a que pudiera verse sin percances. El eclipse anular de sol pudo verse en Río Gallegos entre pasadas las 10.30 y el mediodía, pese a un cielo muy nublado. Los vecinos se congregaron en la costanera, para ver el fenómeno a través de la particular protección de placas radiográficas, teléfonos celulares, máscaras de soldar y gafas de sol.

Observación en Chile y Chubut

Durante un minuto se pudo observar en la región chilena de Coyhaique, situada a unos 1.700 kilómetros al sur de la capital, Santiago de Chile, el alineamiento perfecto y el punto máximo de oscurecimiento cuando la Luna se interpuso entre el Sol y la Tierra. El fenómeno astronómico se prolongó durante unas 2 horas y media,

desde que la Luna comenzó a cubrir el Sol hasta que se alejó del todo. El eclipse se vio también con claridad a partir de 09:32 (12:32 GMT)   en la pequeña localidad argentina de Camarones, en la provincia de Chubut, a unos 1.300 kilómetros al sur de Buenos Aires, donde se congregaron miles de estudiosos de la astronomía y turistas.

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