"Yo no quise matar a tu mamá...", fue la frase que marcó la jornada en la segunda jornada de la audiencia que la Primera Cámara del Crimen lleva adelante por el crimen de Roxana Toledo.
Y la pronunció Marcos, de 24 años, el menor de los hermanos Forconi, ambos acusados en la instrucción de homicidio criminis causa, en concurso real con robo agravado por uso de arma de fuego y en concurso ideal con portación de arma de guerra.
Sus dichos tuvieron una destinataria presente en la sala, a la que, dándose vuelta, miró: Karina, la hija mayor de la víctima, que además es querellante en esta causa.
Se autoincriminó
Previamente el imputado, de cara al Tribunal, dijo: “Me quiero hacer cargo de los hechos...”, en clara referencia a reconocer ser quien apretó el gatillo y terminó con la vida de la mujer. Con ello no sólo se autoincriminó, sino que favoreció la labor del fiscal Norberto Jamsech, que ya había anticipado la existencia de pruebas suficientes como para terminar el caso con una condena, que en este caso solo tiene prevista dentro del Código Penal la prisión perpetua como única pena.
Con esa declaración -tal vez imprevista para las partes- Marcos también buscó desligar a su hermano Guido (30), al igual que a Juan Carlos Bravo, el tercer imputado, de 35 años, que habría sido “contactado” -mientras compartían una celda- para manejar el vehículo con el que se cometió el crimen y a bordo del cual escaparon del lugar.
El pasado los condena
Cada uno de los acusados tiene un pasado emparentado con delitos y condenas en el sur mendocino.
As, se pudo conocer que Guido y Marcos habían recuperado la libertad en los años 2012 y 2014 respectivamente, mientras que Bravo había sido condenado en tres oportunidades.
Este juicio -uno de los más convocantes en el departamento- comenzó este miércoles, continuó ayer y se extenderá, en principio, hasta la próxima semana, oportunidad en que se escucharán los alegatos.
Y en ese momento los jueces Néstor Murcia, Rodolfo Luque y Ariel Hernández, integrantes de la Primera Cámara del Crimen de San Rafael, buscarán ponerle no sólo punto final a la causa, sino principalmente justicia, al crimen cometido el 16 de abril de 2015, cuando Roxana Toledo manejando una camioneta de una panadería, regresaba de General Alvear acompañada por Vanina Lucero, quien resultó ilesa.