Caso Próvolo: la monja japonesa negó los cargos y está presa

La religiosa aseguró ser inocente y dijo que se encargaba de cuidar a los menores. “Mi misión era hacer el bien”, remarcó

El caso Próvolo vivió ayer una jornada por demás intensa y determinante. Es que finalmente la monja japonesa Kosaka Kumiko (42) llegó a Mendoza y, tras declarar por más de 6 horas -dijo que es inocente de todas las acusaciones que se le hacen y que su misión en el lugar era "hacer el bien"-, el fiscal Gustavo Stroppiana la imputó y quedó detenida en la cárcel para mujeres de Cacheuta.

La religiosa, junto a los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho, y a los administrativos Jorge Bordón, José Luis Ojeda y Armando Gómez, están imputados y detenidos por al menos 27 casos de abuso sexual y corrupción de menores sordomudos e hipoacúsicos cometidos en el instituto Antonio Próvolo (Luján).

Acompañada por su abogado defensor, Carlos Varela Álvarez, Kumiko (quien estuvo prófuga durante más de un mes) ingresó a la sala de la Unidad Fiscal Luján-Maipú a las 11, casi 6 horas después de haber llegado a Mendoza y quedar detenida en la delegación de la Policía Federal.

Durante la audiencia, la monja decidió no responder preguntas de la querella y tampoco se refirió en detalle a las -al menos- 3 denuncias puntuales en las que la involucraron las víctimas: la de obligar a usar pañales a una niña para que no se evidencien las hemorragias post violación, la de "entregar" a otra al cura Horacio Corbacho para que abuse de ella; y la de ver pornografía junto a chicas, así como también tocarlas en sus partes íntimas e incitarlas a que se toquen entre ellas.

Según trascendió, en un momento de su declaración la monja manifestó que por la noche "tapaba" a quienes dormían en el albergue del instituto, aunque en todo momento insistió en su inocencia. Además, su defensor hizo un pedido de prisión domiciliaria -amparándose en que se presentó espontáneamente- y hasta ofreció su estudio jurídico como domicilio para que la japonesa cumpla con este régimen.

Ahora la Justicia deberá expedirse, aunque desde el seno de la investigación no creen que prospere. “Estuvo prófuga un mes hasta que se entregó en Buenos Aires. Ésa es razón más que suficiente para entender que la domiciliaria implica riesgo de fuga”, resumieron fuentes judiciales.

“Kumiko optó por declarar en general, contando lo que era para ella el Instituto y que estaba para hacer el bien allí. Si bien no se ha referido a los casos en concreto, niega haber hecho todo lo que se la acusa. Dice desconocer y no haber sido responsable de ningún hecho, pero al mismo tiempo no dice dónde estaba en esos momentos. Más teniendo en cuenta que era la encargada de la guarda de las víctimas”, indicó el abogado querellante Sergio Salinas -de la ONG Xumek-.

“Hay algo más que llamativo y tiene que ver con los casos de 2008. En aquel momento, si bien la Justicia no investigó como debía hacerlo, las autoridades del Próvolo reconocieron un episodio confuso en el establecimiento donde estuvo involucrado Bordón. Por éste alejaron al administrativo de cualquier función que tuviese contacto con los chicos. Pero ahora Kumiko dice que nunca pasó nada extraño mientras estuvo, ni siquiera reconoce esto, que fue admitido por las autoridades”, indicó Salinas.

Además, el abogado aclaró que su presentación no fue espontánea como ella sostiene. “Había un pedido de captura nacional e internacional del que Kumiko estaba al tanto y se lo dice a la otra monja (Asunción Martínez, quien declaró hace una semana) los primeros días de abril, siendo que estaba prófuga desde el 31 de marzo”.

La monja fue imputada como partícipe principal y autora de los delitos de abuso sexual agravado por la guarda y corrupción de menores, y según indicó la querella las penas van desde los 10 hasta los 50 años.

Dónde estuvo prófuga

Kumiko se entregó el martes en una dependencia judicial de Buenos Aires, acompañada por la abogada Vanina Corbacho (no tendría vínculo alguno con el cura detenido). Desde allá se notificó al Ministerio Público Fiscal y se dispuso el traslado, que se concretó ayer. La monja llegó a las 5.20 a la Policía Federal de Mendoza, adonde bajó desde un vehículo civil con su hábito, esposada y escoltada.

Allí permaneció hasta las 8.45, hora en que abandonó la sede de Perú 1049 y fue subida en un patrullero. Una camioneta adelante y otra detrás acompañaron dicho vehículo hasta Tribunales. A la Unidad Fiscal ingresó cerca de las 11, siempre vistiendo el hábito, esposada y con una toalla blanca en la mano.

El viernes 28 de abril, la monja paraguaya Asunción Martínez (ex compañera de Kumiko en el Próvolo) declaró ante Stroppiana y reconoció haber hablado con su par cuando estaba prófuga. Además, aportó un número telefónico -con característica de Buenos Aires-.

Esta pista será fundamental, ya que la investigación del geoposicionamiento de dicha línea servirá para determinar dónde estuvo la religiosa japonesa durante los 33 días en los que permaneció evadida.

Incluso, desde la parte acusatoria no descartan que Kumiko haya estado oculta en un convento o institución dependiente de alguna orden religiosa, y que se haya entregado antes de que rastreen la línea telefónica.

Habrá un nuevo rastrillaje en el Próvolo

El también abogado querellante Oscar Barrera resaltó a Los Andes que la fiscalía autorizó un nuevo pedido de rastrillajes y búsqueda en el instituto Próvolo, similar al que ya se hizo hace varios días (sin resultados positivos).

Además, destacó que el pedido de nulidad de la investigación, planteado por la defensa de los dos curas, es “una chicana”, ya que desconocen a Stroppiana como parte de la investigación y no consideran que el fiscal hizo el pedido de prórroga del tiempo de investigación en tiempo y forma. Esto fue hecho oportunamente el primer día hábil posterior al fin de semana de Carnaval.

Si la Cámara de Apelaciones hace lugar a este pedido, todo lo investigado desde febrero hasta la fecha pasaría a ser nulo, incluyendo la evidencia recogida: computadoras, fotos, videos, revistas porno y escritos que comprometen a los detenidos. El lunes a las 8.30 se conocerá la decisión.

Quién es la monja

Kosaka Kumiko nació en Japón, tiene 42 años y llegó a la Argentina en 1977. Ese mismo año ingresó al noviciado y desde 2000 es monja, habiéndose desempeñado en distintas escuelas religiosas.

Ante el fiscal, dijo que trabajó en el Instituto Próvolo mendocino entre 2004 y 2012.

Sus padres ya fallecieron y tiene 3 hermanos: uno en Buenos Aires (con quien declaró no tener relación), otro en Japón y otro en España.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA