Cada cual con su cierre de listas

Cornejo impuso su cerrojo, aunque dejó más satisfechos a los aliados nacionales que a sus socios locales. El justicialismo, en cambio, no tuvo quien pusiera orden a sus diferencias.

José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar

Con la lista de candidatos nacionales Cornejo efectuó un cierre buscando dejar conformes a todos los sectores de Cambiemos, incluyendo a los de su propio partido. Fuerte guiño a Ernesto Sanz con la elección de Claudia Najul; cumplir con el macrismo nacional a través de Luis Petri y mantener gestos amables con la vicegobernadora Montero mediante el tercero de la lista, Federico Zamarbide. Marcela Gazali, en cuarto lugar, deja conforme al presidente local del Pro, Omar De Marchi, mientras que el quinto puesto para Gustavo Gutiérrez es una respuesta al reclamo que le hizo personalmente no hace mucho tiempo Elisa Carrió; un lugar bastante lógico para el nivel de gravitación que la Coalición Cívica-ARI tiene en la provincia en el frente oficialista, aunque resulte injusto para la trayectoria del ex legislador.

En la presentación formal de la listas que se efectuó ayer, el Gobernador también destacó el criterio de territorialidad que movió al oficialismo en la nómina más importante para las próximas elecciones. Destacó en ese sentido la inclusión en tercer término de Federico Zamarbide, de San Rafael. De esa forma coloca en un lugar trascendente a un dirigente de una zona de la provincia que muchas veces se siente relegada en la consideración provincial. Por otra parte, seguramente la apuesta contará con el desafío de cotejar con chances en el esquivo, para el radicalismo, territorio de los hermanos Félix, que llevan varios años liderando para el justicialismo ese departamento y que vuelven a buscar proyección nacional con una nueva postulación de uno de ellos para el Congreso.

En las listas provinciales, cada distrito demuestra, salvo excepciones, el cerrojo cornejista a otras expresiones partidarias, como parte de una jugada tendiente a buscar para los próximos dos años legislativos no sólo mantener o mejorar la cantidad de bancas; también disponer de diputados y senadores que no duden en pensar como Cornejo en los aspectos más importantes de la gestión.

Poquísimo rédito, de todos modos, para las expresiones más pequeñas de Cambia Mendoza.

Con las listas distritales, el titular del Ejecutivo está recogiendo las frutos de muchos años de paciente trabajo territorial, lo que viene a ser usufructuado con el férreo ejercicio del poder, típico de su personalidad. Varios recuerdan, a propósito, que cuando Cornejo dio un paso al costado en 2011 para permitir que Roberto Iglesias fuese otra vez candidato a gobernador, ya sabía con claridad que su siembra partidaria no tardaría mucho tiempo en dar frutos.

Dos nombres cantados para la reelección: Juan Carlos Jaliff y Néstor Parés, presidente provisional del Senado y titular de Diputados, respectivamente. Son fundamentales para el Gobierno en la negociación de leyes y acuerdos políticos. Aunque con estilos diferentes, los une la misma pasión política.

El otro sector de Cambia Mendoza, el que no está integrado a Cambiemos y representa a nivel nacional una oposición al gobierno de Macri, terminó cerrando sus candidaturas de manera ordenada y ofreciéndole a Graciela Cousinet la posibilidad de encabezar la lista y pelear por un nuevo período en el Congreso.

El intendente Difonso, uno de los referentes del Frente Renovador en Mendoza, prefirió no competir en esta oportunidad aunque, seguramente, ganas no le faltaron. El sancarlino apoyó la resolución de las postulaciones de su sector. Lo suyo fue como una toma de distancia. Todo indica que la lista de Cambiemos tendrá más caudal de votantes.

La interna peronista. En cuanto al justicialismo, su cierre de listas fue tan tenso como se vislumbraba desde hace varias semanas. Sin un liderazgo fuerte y claro aún, las distintas vertientes del principal sector de la oposición apostaron a sus respectivas fuerzas y a la cintura política de sus referentes.

Era de esperar que el núcleo que tiene poder departamental (los intendentes) no dejara de lado su postura. En cuanto a Tanus, el dirigente que hace dos años le dejó la candidatura a Adolfo Bermejo, buscó un lógico posicionamiento basado en años de una tarea legislativa destacada y por representar, de algún modo, un aire de renovación partidaria, aunque varios de los que lo apoyaron detrás del telón hayan representado todo lo contrario y estén incluidos en el grupo dirigencial que perdió el poder en 2015.

El acercamiento de Patricia Fadel a Tanus que trascendió al caer la tarde de ayer, no sólo blanqueó aún más las diferencias de la experta dirigente con el intendente de su departamento, Tunuyán, sino que puede estar indicando un histórico quiebre en el tradicional sector Azul del PJ mendocino.

En cuanto a la izquierda, tiene la misión de mantener el caudal de votos que en las últimas elecciones la convirtió en la tercera expresión política provincial. Es claramente un sector opositor tanto a nivel nacional como provincial.

Distintas expectativas. La campaña que sigue al cierre de listas y que con seguridad se pondrá en marcha de inmediato, encuentra el gobierno de Cornejo y a su frente oficialista con buenas perspectivas pensando ya en las PASO de mediados de agosto.

Sondeos realizados en las últimas semanas confirman que la percepción general del gobierno local sigue siendo mayor que la del nacional. Obviamente, la problemática económica tiene repercusiones capaces de traducirse en costos desde el punto de vista político para toda fuerza provincial aliada al gobierno de Cambiemos.

No obstante ello, Cornejo ya dejó en claro que su apuesta a la gestión macrista es total y esa línea es de esperar que el discurso de campaña no dude en enfatizar la sintonía existente. La conformación de la nómina de candidatos a diputados nacionales lo demuestra.

Con los nombres de los candidatos ya conocidos, los encuestadores tendrán abundante trabajo desde mañana mismo para sondear el ánimo de la gente. Como señalábamos, el cotejo entre la percepción de la gestión de  Cornejo y la de Macri en la provincia será inevitable. La dupla Najul-Petri hace pensar en una estrategia combinada para pregonar y debatir tanto sobre la gestión local como de la nacional.

El cornejismo y sus aliados corren con la ventaja de que se supo instalar la imagen de administración ordenada, que corrigió el descalabro, inocultable, que recibió.

En la otra vereda, con liderazgos aún relativos, el justicialismo tendrá la ardua tarea de reinstalarse en la consideración de los mendocinos tratando de obviar la floja imagen que dejaron las dos gestiones provinciales recientes.

Y a no olvidar que muchas veces las elecciones de medio término dan sorpresas.

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