La muerte de un menor de 6 años y el grave estado en que quedó una bebé de 6 meses, luego de que su hermanito de 10 les disparara accidentalmente con una pistola 9 mm que había dentro de su casa en Las Heras, abrió nuevamente la discusión sobre la tenencia de armas de fuego en el hogar.
Desde el Registro Provincial de Armas (Repar) afirman que en Mendoza hay unas 40.000 armas registradas (un dato aproximado, porque se extrae del Registro Nacional calculado en proporción a la población de la provincia). Y sostienen la importancia del desarme de la sociedad civil, mientras señalan que la tenencia ha disminuido. Sin embargo, los vendedores aseveran que la venta crece de la mano de la inseguridad.
“Lamentablemente tienen que ocurrir hechos tristes como estos para empezar a pensar como sociedad para qué queremos tener armas en las casas”, expuso Gabriel Garnica, director del Repar. “Nosotros seguimos insistiendo en que el arma en el hogar es un riesgo, ya que muchas veces se la compra para proteger a la familia y en la mayoría de los casos se termina disparando en contra de quien se intentaba proteger”, destacó el funcionario, a la vez que explicó que cualquier arma brinda una sensación de seguridad falsa, “porque el delincuente cuenta con el factor sorpresa”.
Para Garnica, tanto la portación -traslado- como la tenencia han disminuido gracias a las mayores restricciones para los permisos que existen hoy. “La portación sólo se les entrega a las personas que justifican el motivo y para la tenencia hay que cumplir con controles muy estrictos”, aseguró, a la vez que enumeró los requisitos en este último caso: examen psiquiátrico, examen físico, no tener ningún antecedente penal, demostrar medios lícitos de vida, haber realizado un curso con un instructor habilitado, entre otros.
"Nosotros seguimos insistiendo con que el arma en el hogar es un riesgo", dice el titular del Registro Provincial de Armas, Gabriel Garnica.
Si a pesar de conocer el riesgo que conlleva se decide tener un arma de fuego en la vivienda, el titular del Repar recomendó mantenerla en un lugar seguro fuera del alcance de los niños, en una caja cerrada, descargada, desmontada y con las municiones por separado.
Además, aconsejó educar a los niños al respecto, ya sea que se tengan armas en la casa o no. "Hay que enseñarles que las armas no son juguetes, que no deben manipularlas y que en caso de ver una tienen que informar a un adulto, porque si bien la familia puede no tener un arma en su hogar los chicos pueden ir a otra casa donde sí haya", indicó.
Para Martín Appiolaza, especialista en seguridad, también es importante tener en cuenta la cantidad de armas no registradas que hay en nuestra provincia. “Según algunos estudios, se puede concluir que hay entre 20.000 y 40.000 armas ilegales, lo que podría duplicar la cantidad de armas registradas”, señaló. Este académico aclaró que la totalidad de esas armas no son necesariamente utilizadas para el delito, sino que están fuera del registro estatal. “Con esta gran cantidad se hace necesario implementar una clara política sobre las mismas, ya que si bien el Plan de Desarme que se lleva adelante es muy positivo, se podrían hacer más esfuerzos para sensibilizar a la población sobre esta problemática”, afirmó.
Además, recalcó la necesidad de que la justicia provincial defina la persecución de armas ilegales como una prioridad. “Tal vez crear una fiscalía sólo para este delito o algunas otras medidas que se toman en otras provincias”, propuso Appiolaza.
El 90% son de defensa
Por su parte, los dueños de dos armerías muy tradicionales de Mendoza remarcaron que la venta de estos dispositivos ha crecido porque los mendocinos buscan defenderse de los delincuentes. Ambos coincidieron en señalar que 9 de cada 10 armas que venden son cortas o de puño, es decir, las que se utilizan para defensa; el resto son largas, que se emplean para cacería o competición.
“Antiguamente se vendía un 90% de armas para cazar y un 10% para defensa, pero ahora la cuenta es totalmente al revés”, manifestó Aldo Chesi, dueño de El Tirolés. Para él, las personas que compran armas son las que ya han intentado con rejas y cámaras y, como no les ha dado resultado, terminan comprándose un revólver. “Esto se da porque desgraciadamente los delincuentes están fuertemente armados y la gente busca protegerse”, apuntó Chesi, a la vez que lamentó que el Estado, a través de sus jueces, leyes y policías, no cumpla con su rol de garantizar la seguridad como corresponde.
Jorge Cascarano, propietario de la armería que lleva su nombre, coincidió con esta visión. “Es gravísima la situación de seguridad, nosotros estamos todo el día atendiendo personas con problemas que buscan comprar armas para sentirse más seguros”, relató. Según su experiencia, en los últimos años la venta de armas de defensa ha aumentado exponencialmente. “Hubo una caída en la venta por la devaluación, pero luego se reactivó”, aseguró. El comerciante subrayó también que recibe una gran cantidad de gente que, si bien no puede comprar por no cumplir los requisitos legales o económicos, muestra la voluntad de tener un arma.
Con respecto a los precios, desde las dos armerías detallaron que van desde los $ 2.000 a los $ 25.000. “Las que más se venden rondan entre los $ 3.500 y los $ 4.000”, comentó Cascarano, el mismo rango de precio de la que causó la tragedia en Las Heras.