Bienal Internacional de Arquitectura de Argentina 2016

Tres recientes obras que pertenecen al ámbito público de Mendoza tuvieron un espacio destacado en la BIA-AR 2016.

Este evento fue convocado por FADEA y organizado por Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba y ARQA, Comunidad Abierta de Arquitectura, Diseño y Construcción (en colaboración AE Internacional, con SCALAE). El espacio se planteó con carácter nacional, federal y al mismo tiempo internacional, con disertantes y jurados destacados en el ámbito de la arquitectura internacional. Entre más de 800 obras presentadas en diferentes rubros, las tres postulaciones en el “ámbito público” de la provincia fueron seleccionadas: el Memorial a la Bandera del Ejército de Los Andes, la puesta en valor de Playas Serranas y la restauración de la Escuela Mitre, Museo Educativo.

El Memorial fue la obra ganadora en Prácticas Públicas en área Paisaje y Ciudad; Playas Serranas fue distinguida y la Escuela Mitre quedó seleccionada. Los proyectistas de estas obras constituyeron el Área de Proyecto de la Secretaría de Cultura y la Dirección de Patrimonio en el momento de generar los trabajos. Actualmente forman parte de TRAMA Arquitectura en el sector privado.

Memorial a la Bandera del Ejército de Los Andes

Autores: Arq. Mercedes Castro, Arq. Silvia Salustro y Arq. Emanuel Fernández.

El edificio del Memorial para la Bandera del Ejército de los Andes de la Ciudad de Mendoza, es el núcleo simbólico de un espacio público verde rehabilitado como parte del proyecto. En esta pieza urbana conviven el área administrativa provincial, el parque cívico y el Memorial. Se trabaja sobre el concepto de memorial como “lugar de la memoria”, donde un objeto o espacio por sí mismo puede actuar como verdadero “lugar” de rememoración. Es un ámbito conmemorativo y celebrativo donde prevalece el silencio y se agudiza la percepción. El proyecto se desarrolla con una arquitectura simple, sólida, contundente, con pocos recursos materiales que tiene como protagonista a la auténtica Bandera de la Gesta Sanmartiniana. El edificio se plantea como un escenario articulador entre el área administrativa y el parque público.

El edificio se propone como una placa revestida con piedra pórfido que se perfora para dar lugar al acceso a través de una única rampa que cambia paulatinamente el clima para acceder a la Sala de la Bandera. La rampa llega a una galería que oculta detrás de una piel unificada de granito natural los diversos usos administrativos y servicios. Este material se interrumpe con la transparencia elegida para el hall de acceso donde se encuentran los dos muros de luz emergentes con inscripciones históricas. Las Salas principales se revisten en mármol de carrara, granito y vidrio, materiales inertes y adecuados para la conservación de textiles así como la iluminación y climatización adecuadas. El proyecto incluye también la puesta en valor del parque y el verde del suelo y la forestación consolidada constituyen material de proyecto. Se reubican sendas, veredas y expansiones, se agregan juegos de agua y luces a la fuente original, se consolidan y reubican caminos y veredas y se incorpora iluminación y equipamiento.

Puesta en valor de Playas Serranas

Autores: Arq. Federico Cohen, Arq. Emanuel Fernández.

Proyecto de Puesta en Valor y equipamiento del Edificio: Arq. Silvia Salustro, Arq. Emanuel Fernández, Arq. Mercedes Castro.

Playas Serranas domina la postal sobre el lago del Parque General San Martín de la Ciudad de Mendoza. La torre se despega de la copa de los árboles y se evidencia desde distintos puntos del parque. Su trazo moderno que se identifica con el “Yacht Style” y se refleja en el agua, constituye una de las obras más contundentes de la modernidad de la década del 30 en la Argentina. El edificio y su extensión sobre el lago recuperan protagonismo con la puesta en valor integral concluida en 2015.

El sitio Playas Serranas se ubica en el extremo sur del paseo del Lago en el Parque diseñado por Tahys. Esta implantación paisajística se propuso en el contexto de una política del espacio público destinado a la recreación de clases populares en 1939. El tradicional paseo se encontraba en avanzado estado de deterioro, sin equipamiento, vandalizado y fuera del circuito de los usuarios. El sitio requería una intervención que mediara entre dos programas diversos; un Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas y un espacio para la recreación al aire libre. Esta operación múltiple desde el diseño pretende potenciar su valor estético con un programa diverso: un intenso uso deportivo, recreativo, científico, pedagógico y artístico.

En el exterior se utiliza arena- madera- hormigón y metal. Las distintas densidades y espesores de los materiales se adaptan a actividades diversas y le otorgan un carácter lúdico y simbólico a la antigua "playa".
El interior se define a través del espacio y la luz, éstos son los elementos esenciales del antiguo edificio que se ponen en valor. El equipamiento se diseña con materiales efímeros, para permitir una mirada aguda sobre los objetos y una más extensa que percibe el espacio continuo. El gran espacio central domina el edificio, su presencia se acentúa liberando obstáculos y permitiendo que se perciba libremente desde el ingreso y todo el primer nivel. Este hall, con el protagonismo de una escultórica escalera, se abre en 9 paños hacia el lago en forma de semicírculo. Esta conexión con la playa y el parque, en la intervención se propone dinámica a lo largo del día con el movimiento de los tamices según la incidencia de la luz.

La estructura edificio-playa-lago, se configura a través de formas y espacios abiertos. Su vínculo constante recurre a diversos espacios de mediación en forma de terrazas, faro, aleros, explanadas etc.. El proyecto se ocupa del estudio del edificio y su expansión como un único sistema. Su génesis histórica relacionaba estrechamente el uso de confitería y balneario dentro de la política de relación social en el espacio público. Este sistema se había perdido en el tiempo, determinando una negación entre el uso interior y el exterior y relegando el sector abierto del extremo sur del lago al olvido. Con la intervención, el Museo asume particularidades únicas que incorporan los valores propios del edificio y el paisaje. El trabajo integra el sector al intenso uso del perilago. La puesta en valor integral recupera el sistema patrimonial en todas sus variables: arquitectónica, paisajística, urbana, museológica, histórica y social.

Consolidación, refuncionalización y puesta en valor de la antigua Escuela Mitre

Autores: Arq. Mercedes Castro, Arq. Silvia Salustro, Arq. Emanuel Fernández.

El edificio de la antigua escuela Bartolomé Mitre es el más antiguo en pie en la Provincia de Mendoza, dentro de su tipología (1906). Enmarcado dentro de las grandes escuelas urbanas de la época de impronta clásica y rasgos italianizantes, da testimonio de la trascendencia que tuvo la infraestructura escolar, dentro del sistema educativo público, distribuida en todo el territorio nacional. Su recuperación integral posibilita la experiencia a través de su recorrido y reconstruye, tanto para el ex alumno como para el visitante nuevo, la referencia universal de la escuela primaria como lugar de memoria colectiva.

Los mayores valores ornamentales se concentraban en la fachada y en el vestíbulo de acceso. Aquí se centraron los trabajos materiales más detallados como la restauración y reconstrucción de ornamentos realizados in situ y pre moldeados junto con la reproducción de superficies de baldosas decoradas y la restauración de escalinatas originales de mármol de Carrara. Se recuperaron valiosas técnicas y materiales originales que habían sido eliminados por intervenciones a lo largo del tiempo, como los entablonados de pino tea suspendidos de los locales interiores junto al sistema de ventilación inferior que los vinculaba a los espacios de los cielorrasos suspendidos.

Un aspecto importante del proceso de proyecto fue la adecuación en general del edificio escolar de principio de siglo a necesidades funcionales contemporáneas y a la particularidad del traspaso de un uso escolar de origen a un Museo. La postura frente a la consolidación estructural del edificio fue determinante por su grado de afectación y su expresión contemporánea como condición inicial de proyecto. Esta adecuación debía también cumplir con un nuevo programa que incluía nuevos servicios, usos y sistemas, sin alterar la tipología y materiales de origen con el mínimo impacto posible aunque con un alto grado de flexibilidad y neutralidad para el futuro destino y plan de manejo.

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