Bares automáticos... en los años 30

Fueron un suceso: con una monedita, el comensal podía acceder a un sandwich y café, como si estuviese en una ciudad del futuro.

Bares automáticos... en los años 30
Bares automáticos... en los años 30

Fueron los pioneros de las comidas rápidas en el mundo. Con una sola monedita, el cliente podía acceder a un sandwich o un café “con la mayor higiene y calidad”. Se los llamaba bares automáticos y fueron sensación en los años 30. Por supuesto Mendoza no quedó afuera de este novedoso sistema y en 1931 se inauguró el primero, denominado Gran bar automático "La Gloria" ubicado en pleno centro de la ciudad.

Fueron diseñados por Max Sielaff de Berlín y  presentado al público en una exposición industrial de ese lugar en 1896. Inmediatamente la idea fue captada y comenzaron a instalarse los primeros bares automáticos antes de finalizar el siglo XIX en Alemania.

El bar automático consistía en varias máquinas que disponían de una gran variedad de alimentos y bebidas.  Se operaba con monedas que se introducía en la ranura correspondiente y como por arte de magia, permitían abrir una puertita que daba acceso a los alimentos elegidos. Su contenido era renovado constantemente, de acuerdo con la demanda, por un empleado que se ocupaba exclusivamente de ello.

Inmediatamente estos bares fueron estableciéndose en todas las capitales del mundo y en el 12 de junio de 1902 el primer bar se inauguró en Estados Unidos, más precisamente en  el estado de Filadelfia por la empresa Horn & Hardart.

El primer Bar Automático criollo se estableció en Argentina en 1907. Fue en la ciudad de Buenos Aires y se ubicó en la calle Bartolomé Mitre 463. La publicidad de la época destacaba que era lo más importante en "lunch higiénico".

En aquel bar, se encontraban  estas maquinitas que tenían unas vitrinas de vidrio adosadas a la pared en donde se colocaban distintos alimentos: sándwiches de jamón crudo, de queso, de mortadela o salame; porciones de queso y dulce de batata o de membrillo; porciones de tortilla, empanadas o un flan. El contenido variaba según el precio. Se operaba con monedas de 5, 10 y 20 centavos que introducidas en la ranura correspondiente. Con el transcurso de los años este nuevo "invento" se popularizó a partir de finales de la década del 20.

Mientras, en Mendoza

Fue en agosto de 1931, que se instaló en la calle Las Heras y Patricias Mendocinas, por primera vez el Gran Bar Automático "La Gloria" que revolucionó a todo Mendoza. Las publicidades lo daban como una nueva forma de comer bien, rápido, simplemente poniendo una moneda de 50 centavos.

Cientos de personas concurrieron para comprobar que insertando una monedita podía obtener un sándwich y café. Por supuesto que el local desbordaba de personas de toda condición social, desbordantes de curiosidad.

Tiempo después, Atilio Ronchieto puso un local similar llamado Bar Automático "Buenos Aires" en la calle San Martín 1556.

Con el correr de los años, el bar automático pasó de moda y lo que fue una sensación popular se transformó solo en recuerdo.

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