En Diputados no habrá reducción de bloques unipersonales

Si bien uno de los objetivos del Gobierno actual es optimizar los gastos, la premisa no parece tener la misma recepción en la Legislatura.

La Cámara de Diputados pretendió, sin éxito, avanzar con la limitación de los monobloques en la última modificación del reglamento interno, pero en el camino se encontró con las resistencias de los propios legisladores.

La idea de restringir la creación de bloques unipersonales y así acotar la posibilidad de contratar más gente (dentro de las nuevas escisiones que puedan surgir) no encontró adherentes.

El proyecto establecía que los bloques debían tener, como mínimo, cuatro diputados, salvo el caso de aquellos partidos que en la elección accedan a menos escaños.

Si bien la novedad era motorizada por el propio presidente de la Cámara, el radical Néstor Parés, la propuesta se encontró con las resistencias, debatidas en la comisión de Derechos y Garantías Constitucionales.

Según explicaron, fueron  los “partidos chicos” los que adujeron que no era democrático limitar la posibilidad de dividirse.

“El argumento fue que si un partido tiene un solo legislador, no por eso dejaba de ser representante del pueblo”, señaló la justicialista Cristina Pérez, titular de la comisión.

Parés relativizó el peso de la negativa (el reglamento se modificó hace dos semanas) y avisó que el año que viene volverá a la carga con la idea.

En efecto, la propuesta era impedir que los diputados tengan la posibilidad de conformar lo que se denomina una banca unipersonal. Éstas existen tanto por la separación de los partidos que llegan a partir de integrar frentes en las elecciones, como por el hecho de que algunos legisladores, luego de alguna diferencia, den el portazo en su partido y abran su propio espacio.

Lo interesante de eliminar esta posibilidad es que también era una forma de limitar la posible creación de nuevos puestos de trabajo, que terminen agrandando la estructura de personal en la Legislatura, planta que de por sí está sobredimensionada y que en algunos casos funciona como “refugio” político.

Cada espacio representado en el recinto tiene la posibilidad de tener un secretario de bloque, aparte del asesor y el secretario personal, cargos que en algunas ocasiones resguardan a punteros políticos, tal como reconocen en los pasillos.

En el caso del primer cargo, el sueldo representa el 90% de lo que cobra un legislador, es decir, aproximadamente 48 mil pesos de bolsillo.

En la composición actual, si bien fueron tres las agrupaciones políticas que en las últimas elecciones definieron quiénes serían los legisladores que ingresaron, en la Cámara baja hay ocho bloques.

Por el lado del oficialismo, el frente Cambia Mendoza se abrió en cuatro espacios: la UCR, con 22 diputados, y el Pro, el PD y el Frente Renovador, con uno cada uno.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) también se separó por partido al momento de conformar las bancas: por un lado, está el PTS con tres diputados. El Partido Obrero funciona como monobloque.

Si bien el Frente para la Victoria se inscribió “entero”, a mediados de año la crisis partidaria se cobró la primera división. El diputado Gustavo Majstruk hizo “rancho aparte” y se inscribió como Renovación Justicialista.

El caso del justicialista díscolo es tomado como ejemplo entre quienes defienden que no necesariamente una división genera más personal. Es que el justicialista no solicitó un secretario de bloque que lo asistiera.

De la misma manera, el PO y el PTS (partidos que integran el FIT) tampoco solicitaron cubrir este puesto.

El ahorro en la limpieza

Uno de los cambios que se impulsó con la presidencia de Parés fue la eliminación de la tercerización del servicio de limpieza.

Hasta entonces, cada bloque contaba con la posibilidad de disponer de dos ordenanzas (empleados de planta) que hicieran la limpieza en las oficinas de cada espacio político, y el resto de la Legislatura se aseaba con la empresa contratada.

Con la modificación, se dispuso que el personal dispuesto para cada bloque pase a realizar la limpieza integral de toda la Cámara.

A un año de la implementación de esta medida, señalan que el cambio funcionó y que les permitió ahorrar $ 1,5 millón en el presupuesto.