Avícolas afirman que trabajan al costo

La caída del consumo, sobreoferta, menos envíos e importaciones de pollo de Brasil, impactan en el sector.

El panorama en el sector avícola no es bueno. A la caída del consumo en Mendoza, de alrededor del 10%, se le suma la sobreoferta que existe en el mercado.

Esto provoca que los precios se mantengan estables y los productores trabajen al costo o incluso a pérdida, señalan los principales voceros de la actividad.

Inflación, devaluación, quita de retenciones, tarifazo, sobreoferta de producto en el mercado interno, caída de las exportaciones e incluso el ingreso de importaciones de pollo desde Brasil, son sólo algunos de los problemas que hoy están enfrentando los productores avícolas en la provincia.

“El precio del pollo se está moviendo a valores similares al año pasado y eso provoca que el productor trabaje al costo. Hoy el principal problema que tenemos es un mercado sobreofrecido de producto”, manifestó Mario Maroto, Presidente Unión Avícola Regional Andina.

Agregó que “en estos momentos la oferta es de 50 kilos per cápita anual, cuando el consumo no supera los 42 kilos per cápita. Es decir que tenemos un excedente de 8 kilos, lo que frena la posibilidad de acomodar los precios a pesar de haber sufrido devaluación, tarifazo, etcétera”.

Según el presidente de la Unión Avícola Regional Andina, hoy en día el pollo representa la carne más económica del mercado, ofreciendo el kilo a valores que van entre los $ 25 y los $ 35.

Lo primero que hay que saber es que Mendoza sólo produce el 33% del mercado avícola del país. Se calcula que son cerca de 12 millones de kilos de pollo. Esto no alcanza a cubrir el consumo local, por lo que de otras provincias ingresan cerca de 30 millones de kilos adicionales.

El problema que se presenta hoy, es que Argentina se volvió cara para exportar pollo, y por ende se cayeron las ventas al exterior, lo que provoca que los grandes productores como Buenos Aires y Entre Ríos, vuelquen su producción al mercado interno lo que genera sobreoferta del producto.

A esto se le suma una importante cantidad de importación de pollos desde Brasil, lo que sobresatura aún más el mercado local.

“En los primeros 8 meses tenemos un exceso de producción, cayó el consumo, tenemos un alto precio en los servicios públicos por los incrementos. Todo esto hace que acumulemos costos sin poder trasladarlos al precio, sumado al bajo poder adquisitivo, hace que hoy trabajemos a perdida prácticamente”, señaló Antonio Olmos, propietario de Avícola Luján.

Maroto fue claro en cuanto al futuro: “Mientras no reaccione el mercado de exportación que descongestione el mercado interno, no hay muchas perspectivas de mejoras”.

El problema se plantea a futuro. Para el presidente de la Unión Avícola Regional Andina “las consecuencias de esta situación las vamos a sufrir en 2017. El productor por ahora aguanta la baja o nula rentabilidad porque hay expectativas de que esto cambie, se revierta. Pero cuando su espalda no aguante más, ahí se va a disminuir la producción y por ende para el año que viene habrá menos oferta”.

Esta situación que plantea Maroto, manifiesta que el precio de la carne avícola podría dispararse el año que viene por la falta de producción. “Podrían no ingresar pollos de crianza lo que provocaría una disminución de la oferta con el fin de mejorar el precio, aunque lo ideal es que esto no suceda”, remarcó.

Otro factor que influyó en los costos del productor fue la quita de las retenciones. Maroto contó que mientras en octubre de 2015 la tonelada de maíz puesta en Mendoza la pagaban $ 900, hoy está en $ 2.600 más IVA. Y la soja hoy está arriba de los $ 4.800 la tonelada. Ambos son insumos básicos para la alimentación de los pollos.

Igualmente Maroto se mostró esperanzado en que con la quita de las retenciones, la cosecha de cereales de 2017 esté por arriba de las 35 millones de toneladas, 10 millones más que este año, lo que haría bajar los precios de este  alimento para el sector avícola.

El tema de la baja en las exportaciones no es menor. Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) consideró que “2016 va a ser un año malo para la actividad. Las exportaciones caen al menos un 10% por dos razones. La primera es que la demanda no es mucha y por otro lado con los costos en dólares que tenemos somos caros para exportar”.

Domenech remarcó que miran con preocupación una importación incipiente de productos desde el mercado brasileño y esto nos desequilibra todo porque nos hace vender a un valor muy deprimido. Algo similar a lo que está ocurriendo con el cerdo.

El presidente de CEPA fue contundente al señalar que “todo este proceso lo conocemos, es muy similar a los 90. Aunque no deja de ser preocupante. Lo que no había aparecido antes, es 1.600.000 kilos de importación con pre-fritos, los famosos nuggets, que vienen desde Brasil a granel y acá sólo se envasan”.

Los incrementos en las tarifas también prendieron la señal de alarma. Domenech explicó que “una granja que cría unos 70 mil pollos en Entre Ríos, pasó de pagar $ 7.000 a $ 60.000 de gas. Esto es sólo un ejemplo. La realidad es que los costos se van para arriba mes a mes y nosotros trabajamos con un producto perecedero. Tenemos costos fijos, pero los precios de nuestros productos se rigen estrictamente por la oferta y la demanda”.

La devaluación que podría haber sido un gran impulso para la actividad, terminó perjudicándola. “Hubo un error, en algunos productos se aplicó dos veces y se la terminó comiendo la inflación. Ahora estamos atentos porque de agosto a diciembre ingresan todos los animales que van a generar la producción de 2017 y la verdad es que somos prudentes con lo que pueda ocurrir, porque nadie se va a poner a producir si el mercado está sobresaturado”, remarcó Domenech.

Por último manifestó que “hoy fundamentalmente el tipo de cambio está atrasado, no nos hace competitivos. Hablés con un sector u otro, está amenazado con importaciones. Es serio y grave. Y suben las tasas bancarias para mantener estable el dólar. La verdad que los 90 están a 20 años atrás, y lo que vivimos eso sabemos cómo termina”.

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