Avance contra las reelecciones indefinidas

Mendoza supo ser vanguardia innovadora en las modificaciones institucionales que mejoran la calidad de la política. Pero en esta oportunidad fue la provincia de Buenos Aires quien se adelantó al limitar la reelección de intendentes y legisladores a un sol

El Senado de Buenos Aires aprobó en estos días una ley por la cual intendentes, legisladores, concejales y consejeros escolares de esa provincia ya no tendrán reelección indefinida. Dichos funcionarios sólo podrán ser reelegidos una sola vez.  La modalidad se equipara a la que se viene aplicando en ese distrito para la elección de gobernador y vice.

En virtud de la extensión territorial bonaerense, la aplicación de la nueva norma es trascendente, ya que incluye a 135 intendentes, 138 legisladores provinciales y casi 1.100 concejales.

De acuerdo con el texto aprobado, los funcionarios y legisladores bonaerenses que por imperio de la única reelección autorizada permanezcan hasta ocho años en funciones, una vez cumplido ese ciclo deberán retirarse de toda puja electiva y recién cuando haya transcurrido el siguiente período constitucional podrán volver a postularse para el mismo cargo electivo.

Esta decisión invita a ser imitada en otras jurisdicciones. Especialmente se debe poner el foco en el régimen municipal, que parece ser el más vulnerable a la tentación de intentar eternizarse en la función pública.

En Mendoza la clase política debería tomar nota de lo votado en Buenos Aires. Es que en nuestra provincia suele ponderarse, entre otros aspectos generales que hacen de nuestra Constitución un verdadero ejemplo a pesar de haber cumplido ya cien años, que el gobernador y su vice no puedan ser reelectos una vez cumplido un período de cuatro años. Se trata de una medida que permite, en circunstancias normales y cuando hay madurez política, llevar a cabo políticas de continuidad aun entre distintos partidos políticos de turno en el poder.

Sin embargo, esta virtud republicana de la estricta periodicidad en el cargo del gobernador y el vice queda totalmente trastrocada en el caso de los intendentes y legisladores que no tienen ningún tipo de límite a la hora de las reelecciones.

Sin ninguna duda, se trata de una notable contradicción con la correcta limitación que está en vigencia con respecto a quienes son elegidos popularmente para conducir la Provincia.

En 2007, la Legislatura de esta provincia aprobó una ley que limitaba las reelecciones en el ámbito municipal. La iniciativa fue apoyada en forma mayoritaria con el voto popular en las elecciones legislativas de 2009, pero no alcanzó la mitad más uno de los votos de ciudadanos empadronados que marca nuestra Carta Magna. Por esa circunstancia, la iniciativa quedó en vía muerta.

Lo dispuesto en Buenos Aires debería motivar a funcionarios y legisladores de nuestra provincia a poner en marcha otra vez los mecanismos que lleven a insistir con la adopción de medidas que pongan un parate a las desmedidas ambiciones de dirigentes que hacen abuso de permanencia en el cargo, más allá de que los avale el voto popular.

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