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Dos jóvenes de 21 y 27 años fueron capturados en las últimas horas en San Rafael y se sumaron a los dos aprehendidos horas después del crimen de una pareja de panaderos cometido hace una semana en el barrio El Nihuil de ese departamento.
El pasado 25 de septiembre alrededor de las 13, la Policía encontró los cadáveres de Miguel Ángel Scalia (63) y de Liliana Balmaceda (58) en su casa de la calle Gutiérrez 1.557. El cuerpo del hombre estaba en el pasillo de ingreso a la vivienda, tendido en el suelo, boca abajo y sólo con ropa interior. El de la mujer yacía en la cocina de la vivienda boca arriba y con sangre sobre el rostro.
Con el correr de las horas los pesquisas llegaron a los domicilios de dos hombres que quedaron detenidos gracias al olfato de los perros de la Policía. Los canes siguieron el rastro de un vecino que vive a unas cuadras de la casa donde los panaderos fueron asesinados.
Luego fueron identificados como Cristian Pajón y Ricardo Peñalbe e imputados por "robo agravado por el uso de arma impropia en concurso real con homicidio criminis causae en dos hechos en concurso real".
Según informó el Diario de San Rafael, este fin de semana la causa sumó dos nuevos detenidos. Por orden de la fiscal Andrea Rossi, efectivos de la Unidad Investigativa departamental llegaron hasta una vivienda ubicada en la cantera El Pino. Allí lograron capturar a los sospechosos, que permanecían ocultos: se trata de un joven de 21 años y de otro de 27.
El inmueble donde fueron encontrados los sospechosos había sido usurpado y se cree que era utilizado como guarida por estas y otras personas, de acuerdo a lo publicado por el portal sureño.
Uno de los aprehendidos es oriundo del barrio Nihuil, es decir, vecino de las víctimas. El otro vive en Villa Atuel pero los sabuesos tienen acreditado que es amigo de Pajón, ya imputado por los homicidios.
Los investigadores cotejarán las huellas levantadas de la escena del doble crimen para ver si coinciden con las de los nuevos detenidos y determinar así si participaron o no del robo y de los posteriores asesinatos.
La hipótesis principal es que los acusados mataron a golpes al matrimonio de panaderos para robarles una suma cercana a los 20.000 pesos.
