Así es el nuevo disco de Charly García, tema por tema

Los Andes pudo escuchar en exclusiva el disco "Random", el regreso con gloria del ícono del rock nacional. Todos los detalles.

Volvió Charly. La frase hecha que se va a escuchar todo este fin de semana es la inevitable para definir su esperado regreso a través de un nuevo disco, disponible desde este viernes en vinilo, CD y todas las plataformas virtuales. Pero no sólo eso: también volvió el viejo Charly, el agudo, pendenciero y perdido observador de nuestra sociedad que dice lo inesperado y lo expresa a través de su música, provocadora, emocionante, caótica y preciosista a la vez.

Los Andes estuvo en la escucha por anticipado de todo el disco, organizada por Sony para la prensa. Acá, tema por tema, te contamos de qué va Random, el nuevo y esperado regreso discográfico de Charly García.

La máquina de ser feliz

Es el corte de difusión y el tema que ya sonó por todos lados: introducción que cita breve y emotivamente el comienzo del disco “Filosofía barata y zapatos de goma” para enseguida escucharlo cantar las dos palabras que abren el disco: “Pedimos perdón”. Un comienzo nostálgico y pegadizo que entre colchones de sintes y coros femeninos se despliega como alfombra voladora para darnos la bienvenida a un disco que cruza todas sus épocas. “La máquina de ser feliz: la tiene el Papa, la tengo yo”, ríe Charly sobre el final evocando las típicas frases de su etapa Say No More.

Ella es tan Kubrick

Estática de radio, riff al estilo Creedence y cadencia que recuerda su tema "Vicio" para una oda rockera al cineasta Stanley Kubrick con citas a "Full Metal Jacket", "Lolita" y "El resplandor". Hasta Fabi Cantilo aparece a lo largo de una letra que recupera su lado más provocativo, ese que se extrañaba después de tanto Charly bueno: "Ella es tan chica/ tan drogadicta/ ella no sabe mucho más qué hacer/ Ella es tan Kubrick/ si la descubren/ sería una estrella de primer nivel".

Primavera

En un disco lleno de hits, Primavera será seguramente uno de los próximos cortes de difusión: comienzo con banjo estilo country y cambios de ritmos contagiosos que a su vez recuerdan la variedad de estilos del Álbum Blanco de los Beatles, una de las referencias inevitables del disco. "Ahora que estoy rehabilitado/ saldré de gira y otra vez/ me encerrarán cuando se acabe/ y robarán lo que yo gané", canta en una letra en la que también se mofa de la telefonía móvil e Internet: "No me mostrés tus celulares/ con su gramática fatal/ de arroba punto jajaja/ porque pronto dejarán de funcionar".

Rivalidad

Con un comienzo alla “Clicks Modernos” con batería, bajo y teclado a tope en un upbeat contagioso, el estribillo remite sopresivamente a ciertos modos de cantar de Adrián Dárgelos de Babasónicos a través de una letra 100% Charly: “Nunca van a conseguir cambiarme baby/ Viva la rivalidad/ que siga la rivalidad”. Sobre el final se autoreferencia para regalarle un mimo a sus fans: “Yo sé qué es lo que se imaginan/ cuando hablo de la Cruz del Sur/ no es un lugar en el cielo/ es la estrella donde brillas tú”.

Otro

El rock más pesado y agresivo del disco, promediando el tema muta hacia la melancolía con un clavicordio en tonos menores y se va en un caos de disonancias espaciales siguiendo una letra en la que se narra sin sutilezas: “En la primera hora/ me dieron el papel/ la concha de la lora/ ahora lo tiene él/ Yo quería ser fascista/ pero no me fue bien/ después psicoanalista/ pero ahí me asusté/ La medicina quiere otro”.

Lluvia

Con su ritmo calmo de dulce tristeza, Lluvia es otro de los hits inevitables a partir de una hipnótica cadencia lenta que atrapa al oyente y no lo suelta: “Me escapé por ahí/ y el colchón me chupó la angustia/ ya vas a estar bien/ cuando el sol no nos vuelva locos”, canta entre colchones de Hammond mientras narra historias con vecinos intolerantes y un final melancólico en fade out.

Believe

Batería arriba, sintes que se cruzan y letra en inglés para un movedizo tema sixtie de psicodelia garagera en la que repite como un mantra: “When I need/ somebody new/ someone I can believe” (“Cuando necesito/ alguien nuevo/ alguien en quien creer”). Un hit bien a tono con su época “Cassandra Lange”.

Amigos de Dios

Acá cobra algo de sentido el pez cristiano que utiliza como nuevo logo en la tapa y que retoma al final de los créditos del disco con su dedicatoria “a todos los fieles de la Iglesia del Pescado”. Con una base muy ochentas, arreglos caóticos de sintes y baterías bien al frente, se lanza con agudeza contra las iglesias que vacían cines y los llenan de fieles y diezmos, dejando a la vez en claro cuáles son las drogas que no prefiere: “Es medianoche en la televisión/ cuando uno quiere algo de diversión/ con maquillaje y sin disfraz/ aparecen los amigos de Dios/ brasileros o de otro país/ yo los guardo bajo el tapiz/ ... / Y la historia de Jesús/ que se atragantó la cruz/ eligiendo una puta sin dientes/ Loco, cambio de canal/ pero sigue el recital/ ¿Con qué mierda drogan a la gente?”.

Spector

Batería industrial para el clásico uno-dos de bombo que el productor norteamericano Phil Spector registró en gemas como "Be my baby", de las Ronnettes. Spector –admirado como uno de los productores que más aportaron a la creatividad en el estudio de grabación– fue el inventor de la pared de sonido que Charly tantas veces citó y que sirvió de base para su etapa de "maravillización" musical durante los noventa. Las letras, por su parte, narran desde la metáfora de un viaje sus complicados últimos años: "Abrí la puerta y subí al avión/ no pude verte ni decirte adiós/ apenas si sabía dónde aterrizar/ pero perderte era mi misión/ Si por desgracia tengo que bajar/ y mi valija van a revisar/ ya no sería un cantante, un narcotraficante/ siempre conmigo vas a estar".

Mundo B

La pieza final parte de un ambiente apocalíptico entre caóticos teclados oscuros (“Hay más muertos que nacimientos/ hay más pálidos que contentos/ hay más chicas que están en bolas/ y los muertos están de moda”). Sin embargo, promediando el final el tema se eleva hacia un emotivo sonido celestial sobre el que canta: “Take me... wake me... walk upon the air” (“Llevame... despertame... caminar sobre el aire”). Se va citando, entre arreglos disonantes y cintas en reversa, “I wanna hold your hand” y “She loves you”, de los Beatles, una evocación que como en un recorrido circular lo devuelve a su juventud.

Un bonus: cuando terminó la escucha del disco apareció sobre las pantallas principales un video en el que podía verse a Charly hoy. Era, nos habían anticipado los directivos de Sony, un mensaje que quería dejarnos. Muy flaco, llevaba jean y remera oscura y lentes negros. "Bueno...", decía, sentado en una silla con el vinilo de Random entre sus manos y las piernas cruzadas en ese inconfundible estilo tan suyo, "Acá soy yo tratando de ganar unos pesos, unas regalías...". El auditorio estalló en carcajadas. Entonces Charly, tranquilo pero con cara de pocas pulgas, miró a la cámara, tiró el disco al piso, se puso de pie y se fue cantando bajito: "Yo era un chico muy educado... iba a la escuela de acá al lado".

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