Hace 5.750 años un niño murió en lo que hoy llamamos Alta Montaña. Para ser más preciso en Villa Las Cuevas. Arqueólogos mendocinos dieron con los restos óseos cuando realizaban excavaciones a 3.200 metros sobre el nivel del mar en 2015, publica hoy Unidiversidad.
El increíble hallazgo fue realizado por el equipo de investigadores del Laboratorio de Paleoecología Humana (LPEH) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la UNCuyo y del International Center of Earth Sciences (ICES, Centro Internacional de Ciencias de la Tierra) del Conicet.
Los arqueólogos habían cavado apenas un metro sobre la dura roca montañosa cuando se toparon, no por casualidad sino basados en numerosas investigaciones sobre pueblos primitivos, con el cadáver de "El Niño de Las Cuevas", detalla el informe del sitio universitario.
Claro, en ese entonces no sabían a ciencia cierta cuántos años llevaba sepultado al pie de una gigantesca roca.
Cuando lograron recuperar todos los restos, los trasladaron al Museo Cornelio Moyano, donde permanecen hasta el momento,para analizarlos al detalle.
Una parte del esqueleto de "El Niño de Las Cuevas" fue llevado a Estados Unidos. Allí, mediante un estudio de dataje radiocarbónico de AMS (Accelerators Mass Spectrometry, espectometría de masas con aceleradores), determinaron que los restos tenían 5.759 años de antigüedad.
Víctor Durán y Alejandra Gasco son los directores del equipo de profesionales.
La principal hipótesis ubica a "El Niño de Las Cuevas" como miembro de una de las familias nómadas que cazaban en esa zona, explicó Durán a Unidiversidad.
En esa época, hace más de 5.000 años, se movían en familias y no eran sólo los varones cazadores los que realizaban la travesía hasta los valles andinos para obtener alimentos sino también niños y mujeres. “Es indudable que eligieron ese lugar para enterrarlo porque posiblemente era un sitio que visitaban con determinada frecuencia, lo consideraban una especie de territorio”, dijo el arqueólogo.
“Quizás la idea de dejarlo ahí no les generó tanta pena porque ellos sabían que al año siguiente probablemente iba a estar en el mismo sitio”, agregó el especialista.
Otra de las conjeturas es que los que hacían la “veraneada” en la Villa Las Cuevas, particularmente, procedían del lado oeste de la Cordillera, es decir de lo que actualmente es Chile.
Esto se debe, según Alejandra Gasco, a la facilidad para transitarlo y a que los grupos del este tienen otros valles interandinos, también ricos en recursos y aprovechables en flora y fauna.
Además, para las personas que provenían del lado occidental no significaba tanto esfuerzo llegar a Las Cuevas. Si bien esta teoría aún no está comprobada, es bastante probable también por la presencia de cierto tipo de cerámica que es muy similar a la que aparece del otro lado de la Cordillera.