Alto Maipú: un antiguo olivar convertido en barrio

Hay muchos barrios ejecutados en la primera década de este siglo en el Gran Mendoza, y uno de los ejemplos lo encontramos en Alto Maipú, al oeste del carril Juan Agustín Maza, en la ciudad del mismo nombre.

El lugar, de entrada, conforma al visitante por la buena construcción de la mayoría de las viviendas, las calles asfaltadas y la limpieza general.
No es un barrio que esté terminado en su estructura, sino que se encuentra en permanente crecimiento, observándose obras en construcción y muchos baldíos. Once años después de establecerse los primeros domicilios, están en pie en la actualidad entre 60 y 80 casas.

El lugar cobró mayor relevancia a partir de la construcción del complejo Arena Maipú, con su hotel, el casino y recientemente los modernos cines y el área de gastronomía. También tiene relevancia la presencia de un hipermercado.

La vecina y martillera pública Marcela Barrios (42) sostiene que "los valores de los lotes se incrementaron notablemente con la radicación del complejo comercial; en 2003 se pagó 8% del valor que tienen actualmente. Indudablemente es un entorno que facilita la inversión de ladrillos en la zona".

Un particular, que pidió anonimato, apuntó que en la actualidad un lote de unos 300 m2 tiene un valor de más de $ 400.000. Y agregó: "Maipú se está viniendo para esta parte, y además de las casas, hay en marcha un centro médico y hace 5 meses se instaló un resto bar (Zakaruba)".

Marcela es una de las primeras habitantes del lugar. "Al principio -relata- éramos muy pocos, 4 ó 5 familias, y nos cuidábamos entre nosotros. Si alguien salía, avisaba para que el resto cuidara la propiedad". La profesional combina el trabajo y la vida familiar con la música, ya que es integrante del Ensamble Instrumental de Jorge Elías, donde se desempeña como ejecutante de saxo alto, y su hijo, Valentín De Blasi, como saxo tenor.

Una militante en los temas vecinales y las gestiones ante el municipio es Lorena Valdez Robles (38, tucumana, instrumentista quirúrgica). Ella y su esposo, David Sosa, forman el grupo de los pioneros en radicarse. Allí nacieron sus 2 hijas.

"Queremos -sostiene la norteña- desarrollar un barrio pro ecológico, propendiendo la separación de la basura, el cuidado del ambiente y las plantas".
Una demanda unánime es el cierre de baldíos; hay muchos abiertos. El estado ideal sería que se construyera en esos lugares.

La "vedette" del conglomerado es la flamante plaza María Elena Walsh, recientemente inaugurada. Este vistoso espacio cobija, a partir de la terminación del horario de clases, a decenas de pibes de las inmediaciones que gastan sus energías y juegan de diversas maneras.

eleste de Gutila (40), mamá de 3 chicos, está tranquila cuando los menores van a jugar a la plaza. "Antes había que tener los hijos encerrados en las casas, pero ahora con este ámbito verde, ellos encontraron la libertad que buscaban". La María Elena Walsh

reúne igualmente a la gente grande, a veces para descansar y disfrutar del aire libre, contemplando el nevado Cordón del Plata, y en otras ocasiones para debatir temas de la comunidad.

Antes que se concretara la urbanización, el área era un generoso monte de olivos, propiedad de la firma "Los tres picos". Después, alrededor de 1999, se trazaron las calles (de tierra entonces), cunetas y otras mejoras.

Como no había nadie residiendo, el lugar se convirtió en "villa cariño", y también en atajo para el paso de mucha gente honesta y otra no tanto, y hasta como improvisado sitio para que escuelas de enseñanza de manejo de automotores dieran sus  sus clases por allí.

En el flanco sur de la barriada, sobre la calle Belgrano, se observa una finca de olivos, aparentemente sin trabajos culturales y a la espera de ser loteada.

Casas "fortificadas"
Si alguien señala que vive en un lugar altamente seguro en el Gran Mendoza, podría ser considerado  exagerado o impreciso. En Alto Maipú, como en otras áreas de la jurisdicción de los 6 departamentos de la zona Norte, la inseguridad es un renglón a tener muy en cuenta.

Varios de los moradores sufrieron muchos robos: 3, 4 y hasta 6 en sus hogares. No faltaron asaltos, algunos muy graves. Este aspecto mejoró un poco, pero a base de grandes esfuerzos, económicos especialmente. Gran número de casas tienen cerco eléctrico, sistema de alarma y botón de pánico.

Además, hay un contacto rápido con la policía y con los preventores municipales, cuyas unidades motorizadas se ven pasar más de una vez en el día.
Algunas observaciones

Damián, de la manzana B, también tiene motivos para estar contento por el lugar elegido. Sin embargo, sostiene que municipalmente debería haber más regularización municipal, contribuyendo a mantener un estilo constructivo, que fue el motivo de la elección del lugar por varios matrimonios jóvenes.

Por eso los residentes se opusieron al desarrollo de una instalación semi industrial para arreglar y ubicar camiones, cuya edificación está a medio hacer en Maza y José Ignacio Rucci.

Gabriel Luna (40), que se cuenta en ese lote de personas que se instalaron primero en el sector, es de los que plantea que se debe proteger el concepto de barrio de residencias unifamiliares, y se pregunta si no se abrió una excepción con la construcción de dúplex (viviendas de 2 pisos conectados por una escalera interior) que van apareciendo en el contorno habitado.

Los comercios son otra preocupación porque predomina el criterio vecinal de que este tipo de instalaciones no se desvirtúe.

Hasta ahora se han desarrollado establecimientos más o menos acordes a la característica barrial. Un ejemplo, es la panadería "Trigal", de la familia Mesa, con frente al carril Maza.

Disiente en parte con las anteriores apreciaciones el director de Obras Públicas municipal, Ricardo Blanco, quien señala que la comuna ha hecho una fuerte apuesta en la mejora general del sector y que solo se construye lo que el Código de Edificación permite.