Alemania: la historia nos hace viajar

A 500 años de la Reforma Protestante, rutas turísticas que la rememoran.

Los aniversarios son siempre movilizantes, tanto en lo personal como en lo social. Lo turístico no escapa a la tendencia y los promotores de destinos no se olvidan de las conmemoraciones como gancho para atraer viajeros.

En este contexto, los alemanes no han dejado en el tintero que 2017 marca que pasaron nada menos que 500 años de la Reforma Protestante. Como no podía ser de otra manera, están disponibles, para todo trotamundo que las pueda aprovechar, nada menos que 8 rutas que recuerdan la relevancia histórica de Martín Lutero y su legado.

Vale agregar que los itinerarios cubren todo el país e incluyen 42 lugares asociados con la vida y el trabajo del gran reformador. Son apropiados para los viajeros independientes y pueden autoguiarse.

A los destinos propuestos se puede acceder en transporte público, auto y hasta inclusive en bici.

En camino

De Berlín a Magdeburgo, desanda la ruta número 1, denominada “El corazón del legado de Lutero”. Muchas atracciones se encuentran en el trayecto de la capital hasta Postdam, antes de llegar a dos ciudades clave en la vida de Martín Lutero: Eisleben y Wittenberg. En este tramo hay que destacar a la iglesia del castillo en Wittenberg, justamente donde publicó sus 95 tesis en 1517.

Lo mismo que la casa de Eisleben donde nació este célebre personaje y donde también encontró la muerte. Estos sitios son Patrimonio Mundial de la Unesco. Otra de las paradas es en la Biblioteca Prince George en Dessau-Rosslau, que contiene cientos de grabados y manuscritos de la época de la Reforma. El punto final de esta senda es Magdeburgo, urbe en la que asistió a la escuela por un tiempo, y donde más tarde se convirtió en un activo predicador dedicado.

Con punto de partida, también en Berlín, la segunda opción pasa por Eisleben y Mansfeld, donde se encuentran los hogares de infancia. También por Torgau, sitio en el que la esposa de Martín, Katharina von Bora, murió en 1552. Luego por Erfurt, para conocer la celda en la que pasó sus 6 años como monje, en la abadía de los agustinos. El corolario de cierre es el Castillo de Wartburg, ámbito en el que tradujo el Nuevo Testamento al alemán.

Eisenach y Altenburg, son conectadas en la tercera opción, por razones antes mencionadas. En tanto, otras  ciudades menos conocidas son postas. Entre ellas, Möhra, para conocer la casa tradicional de la familia Lutero. Lo mismo que Schmalkalden, sitio en el que príncipes y ciudadanos protestantes forjaron una unión defensiva en 1531. También se prevén paradas en  Gotha y Weimar.

La cuarta ruta comienza en Leipzig. Allí en 1519, Lutero participó en intensas discusiones con el teólogo católico Johannes Eck, que finalmente llevó a su Excomunión por Roma. Jüterbog en Brandenburgo, otro de los puntos a conocer, para recordar al predicador Johann Tetzel, que vendía indulgencias y que movilizó al creador de la reforma, y Grimma, donde Katharina von Bora  -la monja que sería su esposa- vivió durante muchos años. El paseo concluye en Dresde, la capital de Sajonia. Allí se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora, la mayor cúpula protestante de Europa, y uno de los muchos lugares fascinantes para visitar.

En relación a la quinta hay que decir que presenta una visión casi completa de los aspectos clave de la Reforma. Sale de Frankfurt y para en Worms, donde el monje defendió sus escritos ante el Emperador. Speyer, Heidelberg, Augsburgo (donde Lutero presentó sus tesis ante el temido Cardenal Cajetan en 1518), y Nuremberg, también se visitan.

El leit motiv de las rutas que siguen es recordar los sitios a los que viajó para llevar sus ideas. Así, Hessen, Frankfurt y Worms y Marburg, antes de terminar en Berlín (para la sexta) y de Frankfurt a Wittenberg para la séptima.

La octava senda recuerda que la obra de Lutero traspasó las fronteras de Alemania con la Reforma y el humanismo emergente. Así, Frankfurt, Worms y Heidelberg, primero, para luego pasar a Estrasburgo, la ciudad francesa donde se imprimían libros que jugó un importante rol en la transmisión de las ideas reformadoras. El siguiente punto es la ciudad suiza de Basilea. In situ, el Erasmo de Rotterdam vivió y enseñó desde 1514. La próxima parada es en Zurich, urbe en la que Ulrich Zwingli devino en un predicador y ministro en el gran monasterio en 1519. En el lago de Constanza, los visitantes se encuentran de nuevo en suelo alemán. Esta ciudad fue el hogar del Museo Hus, que documenta la vida y el legado de Jan Hus. Este defensor de la libertad de conciencia, presentó sus tesis pre-Reforma en el Concilio de Constanza en 1415, lo que le llevó a ser quemado en la hoguera por herejía. Augsburgo y Munich son los últimos destinos a visitar.

Información

www.germany.travel

¿Historia o leyenda?

Existen muchos relatos relacionados con Lutero, que no están comprobados pero que resultan muy atractivos.

Un dulce. Los visitantes de Worms pueden degustar una especialidad local, la tuerca de Lutero. Se trata de un praliné hecho de una nuez marinada en puré de ciruela y recubierta de chocolate.

Tradicionalmente se ha relatado que cuando era un niño, su mamá le encontró una de esas nueces -que eran para ocasiones especiales- en uno de sus bolsillos. Como consecuencia fue severamente castigado. Este episodio refleja la estricta educación que tuvo y el miedo al castigo divino que padecía.

Una promesa. Otro de los relatos recuerda que en una ocasión Martín fue encontrado por una tormenta en el curso de un viaje. Estaba buscando refugio cuando un rayo cayó cerca. Estaba tan asustado que le prometió a Santa Ana que se haría monje si se salvaba. Así lo hizo: dejó sus estudios de abogacía y se fue al convento de los agustinos.

Matrimonio. Resulta que cuando la hermanas del convento de Marienthron en Nimbschen, cerca de Grimma, leyeron las primeras escrituras reformistas, que miraban críticamente la vida de la abadía, escaparon del convento con la ayuda de Lutero. Luego él se encargó de conseguirles maridos y proveedores entre sus amigos. Inclusive él se casó con una de las mujeres que había dejado los hábitos, Katharina von Bora. Juntos tuvieron seis hijos y ella proporcionó un considerable apoyo económico a Lutero, entre otras cosas, a través de su trabajo en la universidad.

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