Alejandro Randis, el hombre de las alturas

En sus pendientes inhumanas... donde el hielo y el viento son soberanos, suelen tocarse los extremos: el principio y el fin de un camino; el éxito y el fracaso; la vida y la muerte…" (del libro Aconcagua, el Centinela de Piedra)

Allá está la montaña con sus secretos y aquí el hombre de las alturas con sus recuerdos.

Alejandro Randis, que tuvo su primer "escuela" de altura, entre los árboles que bordeaban la calle Perú, cerca de la embotelladora de agua, que, en forma gratuita, se ofrecía a la gente en la esquina de Videla Correa y 25 de Mayo, de la Cuarta en ciudad.

El juego era saltar o cruzar de un árbol a otro. Fue el principio que lo llevó a las alturas y lo marcó cuando desde el patio de su casa miró hacia el Oeste y vio la montaña.

El tiempo hizo que abandonara una carrera universitaria en la provincia de Córdoba, para retornar a la provincia, a sus afectos y, principalmente, para ganarse la vida, en trabajos verticales.

Y así lo recuerda. "Mi primer trabajo fue pintar la torre de canal 7", tarea a la que, sucesivamente, le fue sumando limpieza de ventanas en lo alto de los edificios y chimeneas.

Esa experiencia en las alturas lo llevó a volver a mirar esa montaña que nos marca el Oeste.y ahí empezó a desempeñarse como instructor y guía de montaña.

Fue durante de la década del '70, cuando en el país ante la falta de una capacitación formal había que “poner el  cuerpo” en cada montaña.

“Sin matarme escalando, ni trabajando junto al abismo, logré reunir la experiencia necesaria” y así pudo lograr el certificado de profesor nacional de escalada en alta montaña, avalado por la

Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (UIAA) y la Federación Argentina de Ski y Andinismo (FASA) y al poco tiempo nació Randis Expediciones, para acompañar y guiar en el monte Aconcagua, mientras que a nivel suelo fundó, junto a un grupo de amigos, la Escuela de Guías de la Provincia.

También fue cofundador de las carreras de Técnico Superior de Alta Montaña de Mendoza (E.P.G.A.M.T.) y, más tarde,  de Ingeniería en Expediciones y Ecoturismo en la Universidad San Sebastián de Chile.

Mas alto, más lejos

En su registro personal, Randis suele recordar, entre decenas de anécdotas, haber coronado unas 600 cumbres en montañas de todo el país y también de Chile, destacándose que un centenar de ellas fueron "abriendo camino" por nuevas rutas, tanto en verano como en la temporada invernal.

Mientras que en casa, léase el monte Aconcagua (6.962 metros), donde reina el silencio, la soledad y el frío (inclusive en verano). entre una veintena de cumbres, sobresalen la ruta Glaciar de los Polacos, en 1985; ser participe, como mendocino, de la Primer Escalada de la Pared Sur, un año más tarde y al siguiente lograr la primer ascensión argentina (tercera a nivel mundial) por la ruta Normal, en 8 horas.

Otro hecho que quedó marcado en los hitos de esta montaña, reconocida como el “Techo de América”, fue, durante el año 1991, cuando unió las cumbres Sur (6.930 metros) y Norte (6.962 metros), en sólo 14 horas con partida y regreso a Plaza de Mulas.

Además pisó la cima del Aconcagua en cinco oportunidades durante el verano 1990/91. Y también abrió una nueva ruta en la llamada “Guías de Montaña en 1994”,

Paralelamente en aquellos años de la década del '90, este amante de la montaña, obtuvo un Posgrado de la UN Cuyo, especializado en Desastres y Desarrollo Sustentable, que le permitieron entender, según sus propias palabras, que “además de las técnicas duras del montañismo, la escalada y rescate en espacios verticales, para enseñar y guiar hacía falta integrar los conocimientos y métodos de la técnica de dirección y gestión de empresas...”, que fueron la base para fundar Randis Outdoor Consultora, donde desde ese momento se brinda servicios de entrenamiento y potenciación de ejecutivos y personal de todo tipo de organizaciones, además de capacitación y consultoría en sistemas de seguridad para empresas que trabajan en ambientes agrestes y/o verticales.

Entre letras

También, entre montañas y trabajos de seguridad en altura o verticales, Alejandro Randis ha dejado plasmada su experiencia en estos libros: “Liderazgo en ambientes agrestes”; “Sistemas de seguridad en montaña para profesionales” editado por la Universidad Nacional de Cuyo; “Manual de rescate en montaña” y “Aconcagua el centinela de piedra”.

La herencia

Alejandro, tiene cuatro hijos, dos de ellos siguieron sus pasos.

Isabel Rebeca Lorena, de 41. Felipe Randis (29), en febrero de 2012, logró la cima del Aconcagua, en 4 horas y 28 minutos, marcando de esta forma el tercer mejor tiempo a nivel mundial después de detrás del catalán Jorge Egocheaga (3 horas 37 minutos) y un grupo de italianos que marcaron 3 horas 40 minutos.

Macarena, socióloga, medalla de Oro, de la UN Cuyo, que costeó toda su carrera trabajando, desde los 16 años, en el monte Aconcagua.

Y Camila que está tan lejos de  la montaña,, como cerca del diseño y la  ilustración como artista plástica.

Allá sigue la montaña más alta de América que “eleva su cima hasta los astros mientras su sombra se proyecta desde el desierto hasta el océano…” (del libro Aconcagua, el Centinela de Piedra) y aquí el hombre que, con sus recuerdos y experiencias, nos llevó a verla un poco más cerca.

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