Gustavo Marín, el preso que fue tatuado contra su voluntad en el módulo 3 de la cárcel de Almafuerte, se encuentra recluido en una celda de aislamiento en el mismo penal por temor a que vuelva ser atacado. Además de los tatuajes, el interno fue cortado en varias partes de su rostro.
El detenido de 25 años de edad fue atacado y vapuleado por otros internos el martes. Amén de los golpes, a la víctima le tatuaron en la frente la frase "Soy fiel a La Yaqui" con un tatuador tumbero (aparato que funciona con una pila común), entre otras leyendas y dibujos.
El caso, caratulado como "lesiones graves" fue a parar a la fiscal de homicidios Claudia Ríos quien ya tomó declaración testimonial a Marín y ayer por la tarde esperaba algunos informes para ver las imputaciones ya que hay dos presos identificados, "algo que se sabrá el lunes", según dijeron desde la fiscalía actuante.
Además del ataque, Ríos va a investigar al grupo de penitenciarios que estuvo a cargo del pabellón cuando ocurrió el ataque.
Del mismo modo, Marcelo Puertas, titular de la Inspección General de Seguridad (IGS), ha abierto una pesquisa administrativa contra cinco agentes "y también tenemos en mente tomar declaración a la víctima, pero más adelante", aseguraron desde la IGS.
Cruces
Por su parte, el juez de Ejecución Penal, Sebastián Sarmiento, descargó su molestia en declaraciones a la radio MDZ y denunció que hay "omisión de control" por parte de las autoridades penitenciarias. "Nos sorprendió el nivel de la agresión, lo simbólico de la misma y que se naturalicen y minimicen este tipo de agresiones. Es grave la omisión de control. Hay que investigar lo ocurrido".
Atribuyó la agresión a la situación que se vive en el penal de Almafuerte, donde los internos no son "clasificados", ni "separados" de acuerdo con su peligrosidad.
Como contrapartida, desde el Servicio Penitenciario indicaron que "los traslados (de presos) se hacen con las correspondientes entrevistas de admisión, sanitarias y administrativas que indica el protocolo". De hecho, para las autoridades, "el preso Marín pidió especialmente ir a ese pabellón".
Los cortocircuitos entre la justicia de Ejecución Penal y las autoridades penitenciarias de la provincia se profundizaron ayer cuando el magistrado Sarmiento ordenó que una periodista de un medio local hiciera una nota al preso agredido, algo que fue rechazado por parte del abogado del interno.
No es "angelito"
Marín fue agredido ni bien llegó al penal de Almafuerte después de una estadía en la cárcel San Felipe. El joven está condenado a 5 años y medio por un robo agravado.
Si bien el "escrito" que le dejaron en la frente al preso agredido hace referencia a que se trataría de un "soldadito" de
"Yaqui" Vargas -la mujer condenada por narcotráfico y también presa- para las autoridades penitenciarias ese dato es "erróneo".
"No se trata de un 'angelito'; lo dicen nuestros informes, los de Inteligencia Criminal y de Narcocriminalidad. No tiene nada que ver con la líder narco", remarcaron desde el penal.
¿Cómo quedará su cara?
El daño causado en la piel -básicamente en el rostro y en el cuello- del preso Marín es a simple vista , grave. Para eso la fiscal Ríos lo enviará al Cuerpo Médico Forense con la idea de que dermatólogos le expliquen qué es lo que se puede hacer.
Los más de 15 tatuajes -entre palabras y figuras- fueron realizados con tinta común -tradicional en la cárcel- por lo que es casi seguro que deba someterse a sesiones de láser. Nada puede asegurar que su rostro quedará como antes.
