A San Martín, el vandalismo le cuesta $6 millones al año

“No cuidar lo que es de todos es un problema cultural”, dicen en la comuna, que evalúa cerrar plazas y otros espacios por las noches, para frenar este tipo de daños.

Jueves, 21:30 en la plaza principal de San Martín: cuatro 'trapitos' se pelean por el territorio y en medio de la gresca, uno de ellos arranca parte de un cesto de basura y lo arroja sobre sus rivales.

La pelea prosigue a puros golpes de puño durante algunos minutos y sin que nadie más intervenga, sin policías a la vista.

Poco después y con la misma velocidad con que comenzó la riña, la bronca se pasa y los rivales acuerdan una tregua, pero el cesto destruido queda allí, tirado en uno de los senderos de la plaza San Martín.

A los pocos días la comuna restaura ese basurero junto con un tablero eléctrico y algunos de los bancos destruidos en los meses del invierno; la última gran reparación por vandalismo a las principales plazas de la ciudad, se llevó $500.000 de los recursos municipales y en algunos casos, las mejoras duraron apenas unos días. En lo que va del año, la comuna ya gastó $6 millones en reparar espacios públicos y reponer luminarias destruidas por el vandalismo.

”De algún modo, la comuna se ha ido retirando de las plazas”, admite Edgardo Gargiulo, secretario de Obras de la Comuna: “Durante mucho tiempo hubo placeros, pero se ha vuelto un trabajo inseguro: al de plaza Italia lo golpearon y al de la San Martín le prendieron fuego el depósito. Es gente que está preparada para cuidar plantas, para regarlas y no para hacer seguridad. La verdad es que ya no tenemos placeros porque corren peligro”.

Gargiulo dice que el problema es cultural, que muchas de las plazas hoy son lugares inseguros por la noche y que cada vez más, la gente ve como ajeno lo que hay de la puerta de su casa hacia afuera: “No vemos al espacio público como algo que es de todos y por eso surgen también pequeños vertederos en distintos puntos del departamento”, agrega.

“A la plaza San Martín le hemos cambiado tres veces el tablero eléctrico en lo que va del año y vuelven a romperlo para robar algunas pocas llaves y cables”, dice Gargiulo y admite que en algún momento se analizó la posibilidad de enrejar espacios públicos como el Paseo de la Patria, para mantenerlo cerrado durante las noches: “Sigue siendo una posibilidad”.

También es cierto que los mayores actos de vandalismo ocurren en San Martín y Palmira, que sus espacios verdes se llevan la mayor parte de los recursos y que hay más de 80 plazas en el resto del departamento que reciben poca atención. "Queremos armar un programa con las escuelas, para que los alumnos apadrinen una plaza y nos ayuden a mantenerlas", dicen en la comuna, un programa escolar que se pondría en marcha en 2017.

De todos modos, no solo las plazas sufren el ataque de vándalos, también el parque Agnesi, donde hoy hay grandes sectores a oscuras y en el que la comuna debe reconstruir la mayor parte de los sanitarios y muchas de las churrasqueras.

“El 20% del presupuesto de obras se va en mantenimiento y de ese total, el 50% se debe al vandalismo”, explican desde Obras Públicas y subrayan: “Lo más grave es que con el paso del tiempo la situación se agrava”.

El de las luminarias públicas es otro ejemplo y según el municipio, algunas lámparas se han llegado a cambiar hasta tres veces por semana: “Las rompen para mantener a oscuras ciertos lugares donde suelen haber robos a los transeúntes; el ingreso a Palmira por el puente es uno de ellos.

Edeste y la cooperativa Alto Verde amenazan con no reponer más luminarias. Tenemos con ellos convenios que hay que rediscutir porque las roturas son constantes, especialmente en algunos barrios”.

Luminarias revestidas y reforzadas

Para intentar frenar el vandalismo al alumbrado público, la comuna está apelando a dos estrategias: por un lado encerrar  las luminarias con una red de alambres que impiden los piedrazos, una malla que se construye en los mismos talleres municipales y que ya tienen algunas farolas.

Por otro lado, se está recurriendo a la instalación de luminarias anti vandálicas como las que hoy luce el paseo del museo de Las Bóvedas: “Son muy resistentes a los golpes y con ese tipo de luminarias vamos a equipar al parque Sarmiento en la remodelación que está teniendo todo el lugar”, dice Gargiulo.

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