A los 70 años, “Lucho” debutará como actor en “Capital, abrazo de cosechas”

Luis Ovejero es bailarín folclórico, pero Laura Fuerte -directora del espectáculo de la ciudad- le pidió que formara parte del grupo de actores. Su sueño es bailar en el Frank Romero Day.

A los 70 años, “Lucho” debutará como actor en “Capital, abrazo de cosechas”
A los 70 años, “Lucho” debutará como actor en “Capital, abrazo de cosechas”

Luis Ovejero tiene 70 años y participará en la fiesta vendimial de la Ciudad de Mendoza, en calidad de actor. Aunque toda su vida ha sido bailarín folclórico, tomó el desafío que le propuso la directora del espectáculo, Laura Fuerte, y se dispuso a aprender.

“Todos me dicen ‘Luisito’, pero los chicos del grupo de actores me han puesto ‘Lucho’”, explica feliz el hombre. Es que, de las 30 personas que integran el equipo, él es el único que supera los 40 años. Y lo hace por una diferencia importante.

Sin embargo, eso no lo condiciona, sino que se vuelve un desafío aún mayor. “Uno aprende muchísimo, me he quedado sorprendido de la calidad de los actores”, reconoce Luis.

Desde el primer momento se sintió integrado y, cuando iban por la mitad del primer ensayo, ya se había ganado el nuevo apodo. Es más, el director, Aníbal Villa, le ofreció que se sentara si en algún momento se cansaba, pero no fue necesario: “Voy al gimnasio y bailo toda la semana, así que hice todo. Tal vez un poco más lento, pero lo hice”, señala sonriente.

Entre los ejercicios que más le han gustado estuvo uno en el que improvisaron personajes de Disney y otro sobre las fiestas vendimiales. “Un chico hizo a San Martín y usó a un compañero de caballo”, relata.

Contagiado de esa energía juvenil, ‘Lucho’ asegura que su familia está muy contenta con la actividad que realiza. Es viudo, tiene 4 hijos y 7 nietos que están ansiosos por verlo esta noche.

Muchos de sus amigos son bailarines, aunque pocos comparten su fascinación por aprender constantemente. Hace muchos años decidió estudiar a fondo las danzas folclóricas, no sólo desde la técnica, sino desde la historia.

Así, ha llegado a conocer coreografías o estilos que muchos desconocen; por ejemplo, el tema ‘A mi cuyanita’, que es “una especie de cueca y gato cuyano” creada por Osmar Basteiro y coreografiada por Diego Nigro.

Un detalle simpático en la historia de Luis es su aporte a diario Los Andes. “Hace unos 30 años viajaba a alta montaña y armaba informes una vez por semana”, que eran presentados a Juan Carlos López Correa, quien por entonces era jefe de noticias del matutino.

Los comienzos
A pesar de que toda la vida bailó folclore, fue recién cuando se jubiló, a los 48 años, que participó de su primera fiesta distrital por invitación de una profesora que tenía a cargo la dirección del espectáculo.

Según él mismo explica, se había mantenido alejado porque conocía a muchas personas que esperaban la llegada de la época vendimial para participar en los espectáculos como una ayuda económica.

“Ellos se presentaban en familia”, explica, ya que para ellos el dinero ganado equivalía “a una cosecha, lo que les permitía afrontar los gastos del inicio de clases”.

Previamente, aprendió a bailar de la mano de Mirtha Mitre y su hijo, Enzo De Lucca, que por entonces era un niño. “Los quiero muchísimo, son excelentes personas”, agrega ‘Lucho’.

Sin embargo, fue hace cinco años cuando tuvo su debut en una Vendimia departamental, en Godoy Cruz. Allí lo acompañó su compañera de baile, Margarita.

Lo que más le gustó de la experiencia fue “el gran movimiento que hay” detrás del escenario y formar parte de los ensayos.

“Cuando uno ingresa el grupo de Vendimia se siente una felicidad total”, rememora emocionado. Luego de esa primera experiencia, formó parte de una fiesta de Guaymallén. Los ojos celestes de Luis transmiten esa energía vital que lo caracteriza, que lo lleva a querer aprender constantemente.

Por eso, la oportunidad de este año fue un desafío para él. “Me presenté al casting como bailarín folclórico, pero Laura me preguntó si quería participar como actor porque necesitaban a alguien como yo”, explica.

De todas formas, tendrá la oportunidad de dar unos pasos como bailarín, ya que en algunos de los cuadros los actores deben danzar.

Su gran sueño es poder participar de un acto central en el Frank Romero Day. Este año se presentó al casting, aunque sin éxito. “No entré porque no merecía entrar”, se sincera, aunque la experiencia no lo desmoralizó.

Lo que hicieron en el casting era desconocido para él, unos movimientos “rarísimos”. Por eso, se propuso superar la limitación y ya está ensayando con la certeza de que “para fin de año me van a salir”.

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