A los compañeros peronistas:
El 9 de abril de 2013 publiqué en Los Andes una nota sobre el tema corrupción que mereció una dura respuesta del entonces gobernador Pérez y otra mía a él.
Este diario reflejaba así la respuesta de Pérez: “Con ásperos conceptos, Pérez, quien estuvo en Lavalle inaugurando una escuela, consideró que el pedido de Lafalla a la dirigencia política para que ‘deje de enriquecerse’ está ‘fuera de lugar’ y cuestionó la posición desde la cual el ex gobernador lanzó su crítica”.
El día 13 decía este mismo medio sobre mi respuesta: “Hace unos días (se refiere a mí) pidió a los políticos dejar de enriquecerse y trabajar en grandes acuerdos para solucionar los problemas de la gente. Aquí explica sus razones, los riesgos que ve por la insatisfacción de la ciudadanía y le responde al Gobernador”.
Digo hoy:
Frente a lo de López, escucho con estupor que por ejemplo Aníbal Fernández, la presidenta del PJ de Tucumán, el presidente del bloque del FpV de diputados de la Nación, Nilda Garré y otros tantos, se rasgan las vestiduras y pretenden que hay un único responsable de esta vergüenza: López, y que ellos no sabían que esto ocurría.
¡¡Mienten!! Sí sabían y lo consintieron. De Vido es su cómplice, su jefe, su socio. López, con su notorio enriquecimiento mostrado por su ritmo de vida, conocido por todos ustedes, venía anunciando lo que hacía y lo mantuvieron 12 años como amo y señor de la obra pública. Hacían cola, de gobernadores para abajo, para que los atendiera y les dispensara favores del inmenso presupuesto que manejaba a discreción. ¡¡Y ahora nos quieren hacer creer que los sorprendió la noticia!!
Digo lo que digo con bronca y con dolor.
Cito lo que decía hace tres años porque entonces fui fruto del escarnio por parte de varios compañeros que defendían a los que notoriamente se enriquecían (y no hablo sólo de López) y hoy los peronistas debemos soportar la vergüenza por algo que no sólo no hicimos, sino que tampoco consentimos.
Entonces, como muchos, digo ¡¡basta!!
Digamos la verdad, y los que se tienen que hacer cargo que se hagan cargo. No vamos a consentir en silencio hipocresías y mentiras como las que señalo. No hagan cola para condenar a López (y no porque no lo merezca) olvidándose de sus cómplices y mentores.
No se olviden de Jaime, también “del riñón”... “de la primera hora”, de Báez que sólo contaba dinero, como dijeron algunos. De Vido, López, Jaime, el súper ministerio de Infraestructura y Planificación. ¿Doce años ininterrumpidos en la cúspide del poder para esto? ¿Qué nos quieren contar? ¿Qué es un complot de los Fondos Buitre? ¿El resto de los que por años integraron el poder no sabían ni sospechaban nada?
¿Se acuerdan de Sergio Acevedo, ex gobernador peronista de Santa Cruz, quien en 2005 renunció por negarse a ser partícipe del sistema De Vido/López?
Pretendo expresar la indignación, el dolor de aquellos muchos peronistas que nunca se llevaron nada, que siguen teniendo poco, y viven el peronismo como una causa por la que hacen muchos sacrificios; por los muchos que fueron funcionarios y no robaron, y siguen siendo peronistas convencidos de una causa en la que creyeron.
Por todos ellos que ahora, avergonzados, deben soportar que se diga que ser peronistas es defenderlos, votarlos, aplaudirlos a ustedes, manga de traidores, que permitirán que hoy invocando la corrupción de ustedes otros implementen políticas para los que acumulan, los que concentran, ganan acá e invierten en el exterior.
Se tienen que ir, ¡ahora! No nos representan ni los queremos nunca más. Y no me vengan con la Justicia Penal. ¡¡No!! Hablo de política no de delincuencia. Por supuesto que tienen que ir presos los que robaron.
Digo otra cosa más: se tienen que ir de la política y del peronismo, en especial los que los designaron, los que los encubrieron, los que debieron controlarlos porque eran sus responsables; los que, pese a todo lo que hicieron, nos los hicieron votar como candidatos de nuestro peronismo en las últimas elecciones. Se tienen que ir los que sostienen que para hacer política es indispensable la plata, no importando su origen.
Seguiremos creyendo y defendiendo lo que siempre creímos: que hacer política es un servicio; que la honestidad y en especial en la función pública es una cualidad indispensable para aquellos que valoran que los llamemos compañeros.
Ustedes no lo fueron ni lo serán nunca.