¿Qué podemos esperar para 2017?

Pese a que 2016 fue un año recesivo con fuerte aceleración de la inflación, el 2017 comenzó con una incipiente recuperación de la economía y con precios menores a los que se venían registrando. Cómo influirá el mundo en nuestra economía.

El año pasado la economía nacional se contrajo por cuarta vez en los últimos 8 años llevando al PBI en términos absolutos al nivel de 2010,  y en términos per cápita, al de 2008. A su vez, el nivel de inflación volvió a acelerarse fuertemente y alcanzó el cuarto lugar entre las economías con mayor inflación, según los datos que monitorea regularmente el FMI en 190 países.

De esta forma, 2016 resultó un año difícil y de transición, donde el nuevo gobierno debía comenzar a normalizar el contexto económico y afrontar reformas estructurales que permitan dinamizar el proceso de inversión, de forma tal de volver a poner a la economía en un sendero de crecimiento sostenido luego de muchos años de retroceso.

La “normalización” del contexto económico incluyó importantes medidas como la tan temida eliminación del cepo cambiario, los controles de precios y de movimientos de capitales como así también de la mayoría de los impuestos a las exportaciones. Por otro lado, las autoridades económicas regularizaron la relación con los “holdouts”, comenzaron a recomponer los desfases en las tarifas de los servicios públicos, implementaron una política monetaria con objetivos anti-inflacionarios, reconstruyeron las estadísticas públicas (Indec) y restablecieron el diálogo con los organismos financieros internacionales (FMI).

En economía nada es gratis y esta “normalización” del contexto económico tampoco lo fue. El reacomodamiento de precios relativos aceleró fuertemente la inflación y redujo el poder adquisitivo tanto de los salarios (en casi 5 puntos porcentuales), como de los créditos (10 puntos porcentuales) y de la cantidad de puestos laborales asalariados del sector privado (0,7% - 45 mil puestos). Este fuerte ajuste se tradujo en una importante caída en la confianza de los consumidores (encuesta Universidad Di Tella) y en una retracción en la mayoría de los indicadores de consumo.

Por otro lado, el débil contexto externo (histórica recesión en Brasil, desaceleración en el crecimiento de Estados Unidos y leve caída en los precios internacionales) no permitió un gran repunte de las exportaciones (crecieron solamente un 1%) a pesar de una mejora en el tipo de cambio cercana al 15% (neta de inflación).

Con respecto a las reformas estructurales, el gobierno avanzó muy poco en 2016. Los principales problemas estructurales están relacionados con la elevada presión impositiva, las fuertes regulaciones en el mercado laboral, el bajo grado de apertura comercial, la falta de infraestructura, las enormes trabas administrativas que entorpecen el clima de negocios y el eterno problema del desbalance en las cuentas públicas. En la mayoría de estos problemas, no se registraron cambios importantes.

Este lento avance en las reformas estructurales se reflejó en el pequeño aumento que experimentó el nivel de inversión en 2016. El mismo mejoró solamente un 1% respecto al año anterior y terminó en niveles cercanos al 17% del PBI, muy lejos de los niveles necesarios que permiten un crecimiento sostenible en el mediano plazo (las economías asiáticas más dinámicas presentan niveles de inversión cercanos al 40% del PBI).

La economía en 2017

El difícil panorama de recesión con aceleración de la inflación descripto para el promedio del año 2016 mejoró hacia fin del año. La inflación mensual se desaceleró desde un promedio del 3,7% mensual en el primer semestre al 1,8% mensual en el cuarto trimestre. Algunos indicadores de consumo comenzaron a recuperarse (ventas minoristas y de autos 0 km, importaciones de consumo) de la mano de una pequeña mejoría en el poder adquisitivo de los salarios, de los préstamos personales, de la confianza de los consumidores y del empleo privado. De esta forma, la economía como un todo también mostró una pequeña recuperación en el cuarto trimestre y volvió a expandirse (respecto del período anterior) luego de 5 trimestres consecutivos de caída.

De esta forma, a pesar de que 2016 fue un año recesivo con fuerte aceleración de la inflación, el 2017 comenzó con una incipiente recuperación de la economía y con una inflación cercana a la mitad de la registrada en el año anterior.

Respecto de la actividad económica para 2017, una de las mejoras esperadas estaría basada en el consumo, fruto de una pequeña recuperación en los ingresos de buena parte de la población (jubilados, poder adquisitivo del salario y pequeño aumento del empleo privado). El impulso de todos estos factores podría más que compensar las aún elevadas tasas de interés (política anti-inflacionaria del Banco Central). De esta forma, el consumo mejoraría en 2017 pero con menor intensidad que los rebotes registrados en el pasado luego de los últimos episodios recesivos.

En año eleccionario, el gasto público nacional probablemente continúe traccionando a favor de la actividad económica a través de la reparación histórica de jubilados y del plan de obras públicas.

Las dudas aparecen por el lado de las inversiones y de las exportaciones. En el primero de los casos juegan en contra dos factores. Por un lado, a mediados del año pasado las autoridades económicas aumentaron fuertemente la meta de déficit fiscal prometida para el 2017 (de 3,3 puntos del PBI a 4,2 puntos) generando dudas sobre la dinámica de mediano plazo de este desequilibrio. Por otro lado, el escenario externo con la llegada de Trump no sólo ha aumentado el costo del financiamiento de las inversiones sino también ha generado incertidumbre sobre la profundidad de su política proteccionista. Todos estos factores debilitan el proceso de inversión en mercados emergentes incluido nuestro país.

Con respecto a las exportaciones, hay factores a favor y otros en contra. En el primer grupo se encuentra que la economía de Brasil dejaría de caer en 2017 luego de dos años de fuerte caídas. A este factor se sumaría un mayor dinamismo en el crecimiento de la economía de Estados Unidos (Trump está impulsando importantes obras de infraestructura y rebajas impositivas). Por el lado negativo, se encuentran los problemas de competitividad que comienzan a afectar a algunas economías regionales (encarecimiento de los costos internos), el riesgo del creciente proteccionismo en las economías más avanzadas (Estados Unidos y Europa) y el posible contagio negativo que puede tener el precio de los commodities como consecuencia del fortalecimiento internacional del dólar.

En resumen, se espera que 2017 sea un año donde la economía comience a recuperarse luego de la caída del año anterior y dicha recuperación parecería ir más de la mano del consumo que de las inversiones y de las exportaciones.

En materia inflacionaria, se espera que continúe la tarea que comenzó el Banco Central en 2016. Si bien la inflación seguirá siendo muy alta para los estándares internacionales, probablemente se afiance el proceso de desaceleración comenzado en el último semestre del año pasado y la inflación termine muy por debajo de lo registrado en 2016.

En este contexto de mejoría cabe preguntarse si el mismo será suficiente o no para que el gobierno puede alcanzar una buena performance en las elecciones de octubre y, de esta forma, poder encarar en 2018 las reformas estructurales tan necesarias para que el proceso de inversiones pueda desarrollarse y asegure un proceso de crecimiento sostenido en el mediano plazo.

La otra pregunta a formularse es qué podría suceder con dichas reformas en el caso de que el gobierno no alcance una buena performance en las elecciones de octubre próximo. El tiempo solamente va a develar estas incógnitas. Por lo pronto, para 2017 tanto en el sector privado como en el público hay muchas tareas por hacer y un panorama económico de corto plazo claramente mejor al del 2016.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA