¡Por amor de Dios, abre la puerta!

Fue el desesperado grito -registrado en la caja negra- del comandante al copiloto encerrado en la cabina del avión de Germanwings, mientras llevaba la nave a estrellarse contra la montaña. Se hace muy difícil la recuperación de los restos de los pasajeros

¡Por amor de Dios, abre la puerta!
¡Por amor de Dios, abre la puerta!

“¡Abre la maldita puerta!”, gritó el comandante del avión de Germanwings a su copiloto que llevaba el aparato contra la montaña, suscitando los gritos de pánico de los pasajeros pocos minutos antes de estrellarse. Estas informaciones, procedentes de la caja negra que registraba el sonido ambiente de la cabina, han sido reveladas por la edición dominical del diario alemán Bild.

El fiscal de Marsella (sureste de Francia) explicó el jueves que esta grabación puso de manifiesto que el copiloto trabó la puerta de la cabina cuando el comandante se fue al baño, poco antes de estrellar el avión. Pero no detalló los diálogos entre los dos hombres.
Según el Bild, durante los 20 primeros minutos del vuelo, el comandante Patrick S. y su copiloto Andreas Lubitz hicieron comentarios banales.

El comandante explica por ejemplo a su copiloto que no ha tenido tiempo de ir al baño antes de despegar en Barcelona.

A las 10.27, el piloto pide a Lubitz que prepare el aterrizaje en Düsseldorf. Este último dice “espero”, “vamos a ver”. El piloto sale para ir un momento al baño y el avión empieza a descender.

Poco después, se oye un “ruido fuerte” como si alguien tratara de entrar en la cabina, escribe Bild. Después la voz del piloto que dice: “¡Por el amor de Dios, abre la puerta!” De fondo, los pasajeros empiezan a gritar, dice el diario.

El comandante trata de abrir la puerta con ayuda de un hacha y después grita: “¡Abre la maldita puerta!”. Hacia las 10.40, el Airbus toca la montaña, y se oyen los gritos desesperados de los pasajeros. Son los últimos ruidos de la grabación, escribe el Bild. Inmediatamente después, el aparato se estrella a 700 km/hora y se desintegra con sus 150 ocupantes en los Alpes franceses.

Problemas mentales
Este domingo, el tabloide alemán afirmó que la novia del copiloto, una profesora de matemáticas e inglés que vivía con Lubitz cerca de Düsseldorf, le habría dicho a sus alumnos que está embarazada de él. El diario no cita, sin embargo, ninguna fuente.

El sábado, Bild publicó una entrevista de una azafata que había tenido una relación amorosa con Lubitz, y que refuerza la pista que apunta a que el copiloto sufría problemas mentales. La joven asegura que cuando oyó hablar de la tragedia, le vino a la memoria una frase del piloto: “un día voy a hacer algo que va a cambiar todo el sistema, y todo el mundo conocerá mi nombre y lo recordará”.

Si Lubitz “ha hecho esto”, “es porque comprendió que debido a sus problemas de salud, su gran sueño de trabajar en Lufthansa, como comandante y como piloto de largo radio, era prácticamente imposible”, añade en la entrevista.

Otro diario alemán, el Welt am Sonntag, asegura que los investigadores descubrieron en el domicilio de Lubitz “numerosos medicamentos” para “enfermedades psíquicas”. El joven, “gravemente depresivo”, habría padecido un “síndrome por el estrés” y lo habrían atendido “varios neurólogos y psiquiatras”.

La fiscalía de Düsseldorf informó el viernes que se habían encontrado rotas bajas médicas en la casa del joven piloto. Sin embargo, no se ha encontrado ninguna carta de adiós que explique lo que pensaba hacer. Según The New York Times, el joven tenía serios problemas oculares que podrían haberle impedido volar.

Y Bild aseguró ayer que Lubitz sufrió un desprendimiento de retina, una afección ocular curable que puede impedir que un piloto siga volando, si no se trata a tiempo.

El general de Gendarmería francés Jean-Pierre Michel, que estuvo en Düsseldorf con una delegación de tres personas llegadas de Francia para colaborar con los investigadores alemanes, confirmó que la “personalidad” de Andreas Lubitz es “una pista seria” en la investigación, así como que se trató de un acto voluntario.

Rezo del Papa

El papa Francisco comenzó ayer los servicios solemnes de Semana Santa con la tradicional Misa de Ramos en la plaza de San Pedro, recordó a los muertos en el accidente de Germanwings. Al final de la misa fuera de la Basílica de San Pedro, a la que asistieron unos 70.000 fieles, Francisco oró por quienes murieron en el accidente del martes en los Alpes franceses.

Aislaron el ADN de 78 pasajeros

Los investigadores franceses aislaron ya el ADN de 78 de los 150 ocupantes del A320 de Germanwings que se estrelló en los Alpes franceses, indicó ayer  el fiscal que dirige la investigación, Brice Robin.

Por el momento no se identificó a ningún pasajero, algo que se hará posteriormente en París comparando las muestras recogidas en el lugar del drama con las casi 5.000 que han aportado sus familiares, indicaron fuentes de la investigación.

Las labores de búsqueda de restos de los pasajeros en el lugar del accidente prosiguen por sexto día consecutivo, con medio centenar de vuelos de helicópteros diarios para llevar personal. La Gendarmería instaló en Seyne-les-Alpes un puesto avanzado con material procedente de su laboratorio de las afueras de París para efectuar el análisis de las muestras que llegan desde la montaña.

Posteriormente, los datos serán cruzados en París con el perfil genético “ante mortem” que poseen de las familias, lo que permitirá identificar a cada los ocupantes del aparato. El fiscal indicó también que, para acelerar la investigación, se va a construir un camino transitable para vehículos todo todoterreno que lleve hasta el lugar del drama y que se espera que esté listo antes de esta noche (por ayer), señaló.

Hasta ahora, los rescatistas, investigadores y forenses son trasladados cada día en helicóptero a la zona del accidente, de muy difícil acceso en los Alpes franceses. La recuperación de los restos mortales de las 150 víctimas del accidente de Germanwings el pasado martes en los Alpes franceses tiene absoluta prioridad, dijo por otra parte Robin a la agencia alemana.

Si se logran recuperar los cadáveres en un período de siete días, como se espera, los investigadores entrarían entonces en una segunda fase para recuperar partes del fuselaje del avión, necesarios para las investigaciones sobre las causas del siniestro.

Las partes de los cuerpos y del avión se encuentran esparcidos en una superficie inaccesible de varias hectáreas. Según las investigaciones realizadas hasta el momento el copiloto Andreas Lubitz habría estrellado el avión intencionadamente, pero aún no se sabe por qué.

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