La producción de uva en gran parte de los países europeos ha caído entre un 20 y un 30 por ciento. Así lo expresa un sitio de internet, especializado en vinos, una situación que abre posibilidades para el resto del espectro vitivinícola del mundo.
Sin embargo, al decir de un importante bodeguero consultado, "los que deben estar contentos son los chilenos, los sudafricanos o los australianos, porque nosotros vamos a perder la oportunidad, ya que seguimos sin ser competitivos a nivel internacional, como consecuencia de las medidas económicas".
Según el sitio de internet elmundovino.com, los bodegueros y enólogos europeos han tildado a la cosecha 2014 de "desafío" como consecuencia de los daños producidos por el frío del invierno, granizadas que provocaron la caída en la producción y lluvias en agosto y setiembre, que retrasaron la maduración de las uvas.
Se indica en ese esquema que los viñedos de Rioja, en España, han tenido una baja en la producción de entre un 20 y un 30 por ciento. Destaca que, en Francia, las peores inundaciones de los últimos 60 años anegaron muchos viñedos en Languedoc, la mayor región vitícola del país, mientras señala que la podredumbre ha afectado la calidad en la zona del Loire.
Una situación similar se da en Portugal, como consecuencia de las lluvias, mientras en Italia la cosecha fue más tardía que lo normal, en razón de que las fuertes lluvias afectaron el volumen de la cosecha.
Destaca entonces que, a finales de octubre, la OIV advirtió que probablemente la producción mundial sea inferior a la de 2013, con una caída pronunciada en Chile, aunque advierte que en California, donde se produce el 90 por ciento del vino de Estados Unidos, habrá una cosecha de "grandes dimensiones", la tercera consecutiva.
En otro informe, se señala que se estima una caída del 7 por ciento de la producción en Australia, aunque en Nueva Zelanda habrá un aumento del 29 por ciento.
"Habría que hacerle llegar esas cifras al Ministerio de Economía de la Nación", dijo un bodeguero, destacando entonces que "si nos permiten ser más competitivos podríamos llegar a recuperar los porcentajes perdidos en las exportaciones durante los últimos dos años.
Tenemos cantidad y calidad como para cubrir esas necesidades que se abren en los mercados internacionales", destacó, aunque paralelamente no abrió demasiadas expectativas, al señalar que "tenemos un problema, quizás de comunicación.
En la Nación creen que somos los empresarios los culpables de lo que está sucediendo y no se dan cuenta de que estamos trabajando al filo de las posibilidades y en algunos casos a pérdida, para mantener mercados, a la espera de que la situación se modifique".
Sin respuestas
Debemos partir de una base: no es que no se realicen gestiones ante quienes tienen a su cargo la conducción económica de la nación, sino que no hay respuestas a los planteos.
Los gobernadores de las provincias vitivinícolas lo plantearon políticamente ante quienes corresponde: el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich y el ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Casamiquela.
Fueron todos, no faltó ninguno, pero volvieron con las manos vacías en razón de que ninguno de los dos funcionarios nacionales tiene el poder de decisión sobre los temas económicos.
Es más, esa falta de respuestas generó paralelamente algunas diferencias entre las propias provincias y hubo malestar en Mendoza en razón de que un ministro sanjuanino expresó que la actual situación responde a que nuestra provincia no hizo los deberes que le correspondían en lo que a derivación de uvas a mosto se refiere.
Frente a ese panorama, la Corporación Vitivinícola Argentina, que nuclea a la casi totalidad de la industria en el país logró una audiencia con el ministro de Economía, Axel Kicillof. Pero también allí no hubo respuestas inmediatas.
Es así que la Coviar trazó como objetivo continuar insistiendo con la necesidad de la aprobación de una ley de uso de jugos naturales para la edulcoración de bebidas gaseosas, que podrían permitir "sacar" del mercado unas 50 mil toneladas de mosto.
Hubo una reunión en Coninagro, de la que participaron entidades productoras de jugos de todo el país, especialmente del norte y también de Río Negro.
"Cada una de las entidades acordó multiplicar los contactos con sus legisladores y sus gobernadores, para poder agrupar la presión en un solo punto", dijo uno de los participantes, quien destacó que "tenemos también el apoyo del Ministerio de Salud de la Nación y ya hay legisladores trabajando en cada una de las cámaras.
Por de pronto, ya hay una reunión prevista en el Senado nacional, impulsada por Pichetto y por Aníbal Fernández. Será una audiencia pública, donde vamos a exponer nuestras razones", se indicó.
Otro tanto se realizó en la Cámara de Diputados de la Nación, aunque se advierte que será una patriada bastante difícil en razón de que tanto las azucareras como las productoras de jarabes de alta fructuosa tienen un impresionante poder de lobbies.
De allí que quienes impulsan el proyecto insistan en que el objetivo final no tiene un perfil económico, sino de salud.
En otro orden, también se está trabajando con los técnicos del Ministerio de Economía de la Nación. Se han fijado líneas de acción, entre las que figuran la posibilidad de modificar el esquema de reintegros -no de agilizarlos, sino de producir algún cambio en el volumen de los mismos-, lo que permitiría hacer más competitivos a los vinos argentinos en el exterior.
Paralelamente, se busca lograr los fondos necesarios para que las provincias puedan reducir el stock de vinos blancos, utilizando la "salida" de la destilación. El tercer aspecto, en el que insiste el ministerio de Economía, se centra en la cadena de distribución, que se queda con gran parte del precio final del producto.
"¿Porqué un tetra sale a cinco pesos de la bodega y se termina vendiendo a 13 pesos al público?", le preguntó un funcionario a un representante local, pero no pudo surgir una respuesta directa en razón de lo intrincado del sistema.
Se está trabajando contra reloj y las novedades deben surgir en el corto plazo. Hay coincidencias en señalar que cuando se produce este tipo de crisis, los más afectados suelen ser los productores de uvas finas, porque son las de menor producción.
"En las crisis anteriores, la gente erradicó viñedos y siempre fueron de uvas finas", dijo un bodeguero, quien indicó que "si esto sigue, si se repite en uno o dos años, en 2016 no vamos a tener uvas finas para abastecer los mercados externos".
Pero también la preocupación llega al resto del espectro. Hay mucho nerviosismo en los productores de San Juan y la misma inquietud llega a la zona Este, donde se advirtió que podrían llegar a plantear "soluciones del pasado", como la de establecer la fecha de liberación para agosto del año que viene, la implementación de bloqueos o prorrateos y también discutir el porcentaje de uvas a mosto.