¿Más allá del bien o del mal?

Mucha política mezclada con el fútbol. En el mundo el negocio apura las decisiones de los dirigentes. En Mendoza el Gobierno le da la espalda.

Maxi Salgado - Editor de Más Deportes msalgado@losandes.com.ar / @maxisalgado

La política se metió de lleno en el fútbol, no sólo en Mendoza sino en el mundo. Esta semana se estuvo muy cerca de que Godoy Cruz por Copa Libertadores e Independiente Rivadavia jugaran a puertas cerradas por los altos costos que impuso el Gobierno a los servicios extraordinarios de los policías.

La nueva ley sancionada por la Legislatura indica que los servicios extraordinarios se regirán ahora en porcentaje al sueldo de un comisario. Así el costo final por efectivo es de 878 y 646 pesos para los hombres de alto y bajo riesgo, respectivamente.  Esto incluido los gastos administrativos y que significa un 67% de incremento.

Lo más llamativo, quizá, es que se quintuplicó el costo del gasto administrativo. El policía se llevará ahora un 40% más a su bolsillo, mientras que el sector administrativo se dejará de manera arbitraria el ¡560%!. Para graficar mejor, antes los gastos administrativos salían 34 pesos y pasaron a 192. Estos despertó el enojo de los clubes y especialmente de la Liga Mendocina que llegó a interponer una medida judicial.

Mientras se discutía, el Gobernador, Alfredo Cornejo, aseguró: “Los mendocinos no tienen por qué pagar los costos del fútbol. Es un evento privado, por lo tanto sus gastos corresponden a los organizadores” y esto despertó el malestar de los hinchas que le hicieron todo tipo de cuestionamientos a Cornejo vía Twitter.

Incluso uno llegó a hacer una comparación con la Fiesta de la Vendimia “Puede ser. Aunque pensando así, yo soy mendocino y no tengo por qué pagar los costos de la fiesta de la Vendimia” y otros hasta le hicieron recordar que los clubes no son empresas, que el gobierno paga los operativos cuando vienen River y Boca o Los Pumas (cuyo partido fue presentado esta semana), y obvio, le pasaron factura por los aumentos para los docentes.

Es incongruente que desde el Gobierno se vea un partido de fútbol como un evento privado, más teniendo en cuenta que desde la Subsecretaría de Deportes se están dando subsidios para poder mantener a las instituciones con vida.

Historias de desamor

Las idas y vueltas de Independiente con el Ministerio de Seguridad son históricas, y ya no sorprenden. Ha pasado más de una vez que las autoridades han pretendido imponer la cantidad de efectivos para los partidos de la Lepra y los dirigentes han puesto el grito en el cielo.

Alguna vez los pagaron, otros cambiaron día y hora del cotejo para no dar el brazo a torcer.

El divorcio con Godoy Cruz es más reciente y parece haber nacido en aquella discusión de José Mansur (presidente del Tomba) con Federico Chiapetta (Subsecretario de Deportes) en la primera presentación del Expreso por Copa Libertadores en el Estadio Malvinas Argentinas. Godoy Cruz finalmente bajó los decibeles y aseguró que hacía un esfuerzo para cumplir con lo que se le pedía (cerca de 200.000 pesos).

“Hoy abrir el Estadio es totalmente gravoso para cualquier club”, aseguró. Desde el Gobierno, en tanto, recuerdan que el Tomba debería pagar 150.000 pesos de alquiler por el Malvinas y que sólo deja 75.000 en las arcas del Estado. Es decir, que ya se lo está subsidiando. Y ambos tienen razón en su postura.

El aumento de la violencia en las canchas ha caldeado el camino hasta este punto. De hecho con la muerte del hincha de Belgrano, ya son 371 las víctimas en la historia y en la última década ha habido un promedio de 9 muertes por año. Pero la realidad es que más policías no aseguran que no haya incidentes y que la seguridad privada, que parece ser hacia donde se quiere ir, no es solución de ninguna manera.

La situación llegó a buen puerto, por ahora, porque se redujo de 192 pesos a 72 el monto a pagar por gastos administrativos por cada efectivo, pero el remedio no tiene que ser un parche.

También desde las ligas del Interior hay un reclamo hacia el Estado. La crisis en la que están sumidos los clubes, pega duro.

Mientras que en China han dado al fútbol la misión de conquistar Europa; en Mendoza, donde tenemos, como nunca antes, equipos que andan bien en cada una de sus categorías (el Tomba líder en la Copa Libertadores, la Lepra peleando en la B Nacional y Gimnasia, Gutiérrez y Maipú, líderes de sus zonas en el Federal A), el Gobierno sale a enfrentarse con las instituciones.

El poder del Oriente

Hablando de China, los orientales se están frotando las manos con la puesta en marcha del Brexit por parte de Inglaterra. Como ya es sabido, la salida de los británicos de la Unión Europea hace que todos los jugadores que están jugando en la Premier League ya no pueden hacer pesar su pasaporte comunitario, lo que hará difícil su continuidad.

Los dirigentes han pedido que,  en el caso del fútbol, se haga un sistema especial pero las autoridades británicas están muy cerradas al respecto. Se terminaría así un gran negocio para los representantes de los deportistas -que durante el último semestre del año pasado- ‘recaudaron’ 203 millones de euros por las transferencias que hicieron con clubes ingleses. Un 38% más que la temporada anterior. Sólo uno de los 92 equipos de las cuatro categorías profesionales de Inglaterra, el Hartlepool United, no hizo ningún pago a los representantes.

Estos son datos oficiales brindados por la FA (Federación inglesa).

Otros que se preparan para recibir parte del derrame de la Premier, es la Bundesliga alemana. Un torneo que no es adepto a llevar demasiadas figuras (extranjeras) y que en la ley del 50+1 establece el porcentaje de futbolistas alemanes debe tener cada institución.

Hasta Adidas se involucró en el tema y previendo el crecimiento que puede tener la Bundesliga ha pedido a la federación alemana que derogue esa cláusula.

Y si hablamos de Nike, Estados Unidos (país del que es oriunda la marca) le ha recomendado “romper” su vínculo con la Selección de Brasil; el encargo se basa en las denuncias de corrupción que hubo en el gobierno brasileño durante la última década.

Esto demuestra la fuerza que ha tomado el fútbol a nivel mundial. De hecho, la FIFA es una multinacional que semanas atrás publicó que sus reservas superan los 1.000 millones de dólares y tiene en sus manos un negocio que ya no tiene fronteras. De hecho esta semana avisó que está cerrando un contrato para que los partidos puedan ser transmitidos en barcos y aviones.

Hasta tal punto se mete el juego en lo que pasa con los gobiernos, que nadie quiere sponsorizar el Mundial de Rusia 2018, primero porque ese país quedó muy manchado por el doping de sus atletas y segundo porque esperan saber que pasará con Estados Unidos, Siria y Corea del Norte. Mucha política, demasiado negocio y poco juego... Así está el fútbol, que siga caminando más allá del bien y del mal.

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