“Hasta el último hombre”: el soldado que se negó a matar

Mel Gibson regresa a la dirección con este film basado en el caso real de un soldado que, durante la Segunda Guerra Mundial, se negó a usar armas y salvó a decenas de hombres en el campo de batalla.

La película que llega desde hoy a las multisalas locales está nominada a tres Globos de Oro (se entregan el próximo domingo) y suena también como firme candidata al Oscar de febrero próximo.

Con "Hasta el último hombre" ("Hacksaw Ridge", en el original), Mel Gibson regresa a la dirección después de diez años y demuestra que sigue siendo un gran cineasta, aunque no por eso menos controversial.

La película relata una historia heroica y real, la del soldado Desmond Doss, que se alistó para ir al frente durante la Segunda Guerra Mundial pero bajo la estricta condición de no portar armas por sus convicciones religiosas (era Adventista del Séptimo Día).

Asignado al cuerpo médico, Desmond participó de una de las batallas más sangrientas de la guerra, la de Okinawa, que dejó un cuarto de millón de muertos de ambos bandos y allí terminó de dar muestras de su heroísmo salvando las vidas de 75 soldados heridos en combate.

Fue el primer objetor de conciencia distinguido con una medalla de honor por el Congreso de los Estados Unidos sin haber disparado un solo tiro.

“Hasta el último hombre” está protagonizada por Andrew Garfield como Desmond, Hugo Weaving como su padre alcohólico y Vince Vaughn como el duro sargento Howell, encabezando un elenco que completan Sam Worthington, Luke Bracey y Teresa Palmer, entre otros.

Un héroe verdadero

“Me pareció que había que reivindicar a un héroe verdadero, cuando hoy a los únicos que se reverencia es a los superhéroes de plástico”, dijo Gibson en el último Festival de Venecia, donde presentó la película en la Sección Oficial pero fuera de competencia.

Al igual que “Nacido para matar”, de Stanley Kubrick, el film se divide en dos partes fuertes: una en el campo de entrenamiento, donde Desmond es sometido a todo tipo de sospechas y violencias por su negativa terminante a matar al enemigo y donde incluso enfrenta una corte militar por su decisión de no usar armas.

La segunda es en el campo de batalla, con increíbles escenas bélicas donde, en medio del enfrentamiento en Okinawa, decide arriesgar su vida para rescatar a 75 compañeros que quedaron heridos, desprotegido, sin apoyos ni cobertura militar de su bando, a lo largo de 12 horas.

“Lo que me fascinó de la historia es que se trata de un hombre común que hace cosas extraordinarias en circunstancias extremas, un tipo que en medio del infierno sigue defendiendo sus ideas y que se mueve y se sostiene solo por su fe, eso me resultó inspirador”, aseguró Gibson en la conferencia de prensa del Palazzo del Lido.

Escenas cruentas

La película tiene excelente factura y notables escenas bélicas, aunque recurre a muchos recursos ya utilizados, como el caso de poner a hablar al final del film a los verdaderos combatientes, algo que se vio ya en infinidad de casos desde la miniserie “Band of Brothers”.

Acaso se le pudiera objetar a Gibson que, honrando la memoria de un héroe que objetó el uso de armas y la posibilidad de matar a otro ser humano, es una de las películas más sangrientas y con mayor cantidad de muertos y despedazados de la historia de Hollywood, pero el género lo exige y, en un intento por extremar el realismo, los enfrentamientos bélicos, algunos cuerpo a cuerpo, se vuelven espectaculares y también espectacularmente sanguinarios.

Protagonista nominado

El actor Andrew Garfield, por su parte, declaró que lo que más le gusta de su personaje es "interpretar a una persona que no tiene intenciones de convertirse en héroe. Todo lo que hace es seguir los dictados de su propio corazón, convencido de que es lo correcto, y se encuentra consigo mismo sin importarle la resistencia que sus actos puedan despertar en los otros".

Con 33 años y ya nominado a un Globo de Oro por este papel, lo que también podría anticipar una primera nominación a los Oscar, Garfield fue protagonista del blockbuster "El sorprendente Hombre Araña", primera y segunda parte, y fue también coprotagonista de "Red social", la película sobre los orígenes de Facebook.

“Me enganchó -aseguró Garfield- esta bella e indescriptible persona. Vi un documental que hicieron sobre él y quedaba claro que era un espíritu limpio y destacadísimo que sabía quién era desde muy joven. No es fácil encontrar en este mundo una persona que sintonice tan profundamente consigo mismo, que pueda seguir su pequeña voz interior sin importar el riesgo y vivir de acuerdo a su profunda verdad”.

Garfield contó que el papel le demandó mucha preparación: visitó la ciudad donde vivía Desmond Doss, en Virginia, la casa en que creció y la casa también donde falleció, en marzo de 2006.

Respecto de la conducta de Desmond, Garfield señaló: “El creía realmente en servir a su país, en luchar a favor de las fuerzas aliadas y en contra de la dictadura del nazismo.Tenía ese deseo ferviente y esa pasión de entregarse a esta gran causa y por eso sintió que estaba llamado a servir militarmente  como todos los otros jóvenes, o incluso más. Pero también es cierto que puso sobre la mesa este dilema porque él tenía esa fuerte decisión de no llevar armas y no matar a nadie. Pudo haber sido percibido como un lunático que entra en la batalla sin un arma que lo proteja, sin siquiera un cuchillo y ni un chaleco antibalas para protegerse, y termina planteando un dilema fascinante”.

“Porque él estaba dispuesto -sigue Garfield- a hacer lo mismo que cualquier otro soldado, excepto matar enemigos; me parece incluso que es una cuestión y una historia que trasciende las cuestiones religiosas, la idea de que ninguno de nosotros como personas estamos separados y que como seres humanos todos somos hermanos y, en definitiva, todos somos uno mismo: la humanidad. Y lo increíble de esto es que él no lo postuló discursivamente, desde las ideas o las ideas, sino que lo sostuvo desde las acciones y los hechos. A tal punto estaba convencido de que Dios lo protegía”.

Humanismo altruista

Desmond Doss vivía para ayudar a sus semejantes, según contó el propio Gisbon en la conferencia de prensa en Venecia. Su altruismo era absolutamente desinteresado y, siempre firme en sus principios religiosos, trataba de que nadie se enterara de sus grandes gestos.

“Su historia se quiso llevar al cine mucho tiempo antes -contó Gibson- pero Desmond nunca quiso ceder los derechos mientras estuvo vivo. Consideraba que no era interesante y además no quería estar él en primer plano. Recién después de su muerte, la iglesia a la que él pertenecía aceptó que se filmara la película y cedió los derechos. Esperemos que, desde donde está ahora, reciba resignadamente esta película como un homenaje a su memoria”.

El hombre tras la cámara

"Hasta el último hombre" es la quinta película de Mel Gibson como director y llega diez años después que "Apocalypto" (2006), su gran epopeya sobre la civilización maya antes del descubrimiento de América que estaba hablada en idioma nahuatl.

El debut de Gibson detrás de las cámaras fue en 1993 con la notable "El hombre sin rostro", film que también protagonizó y que narra la relación entre un solitario profesor con el rostro desfigurado y un niño con serios conflictos familiares que lo tomará como paternal tutor. Crítica y público acompañaron el considerado mejor debut de ese año.

A ella siguió, en 1995, la épica "Corazón valiente", donde el mismo Gibson interpretó a William Wallace, un rebelde escocés del siglo XIII que defendió a su país contra la ocupación inglesa. La película se llevó cinco Premios Oscar, incluido el de mejor director, y se convirtió en un fenómeno de taquilla con varios meses en cartel.

En 2004 volvió tras las cámaras con "La pasión de Cristo", otro gran éxito que, además de estar hablado en arameo, levantó grandes polémicas por la crueldad explícita de las escenas de la crucifixión.

Una personalidad controvertida

Con 61 años cumplidos el martes, Mel Gibson aúna talento y controversia por partes iguales. Su vida, sobre todo en los últimos años, parece estar signada por el escándalo ante cada paso que da.

Acusado de racista, misógino, golpeador y homofóbico, tuvo sí varios problemas con el alcohol que le provocaron detenciones por conducir borracho en más de una ocasión. Él mismo declaró que había comenzado a beber a la edad de 13 años (su primera detención fue en 1984), aunque en la actualidad dice llevar casi una década sin beber una gota.

Sus exabruptos antisemitas le costaron diez años sin poder filmar en Hollywood y la separación de su primera mujer, Robyn Moore, con la que tuvo siete hijos.

En 2010 su nueva pareja, la pianista rusa Oksana Grigorieva, lo acusó de violencia y pidió una orden de restricción para que no pudiera acercarse ni a ella ni a la hija de ambos, Lucía, nacida en 2009.

Autodefinido como católico tradicionalista y practicante, Gibson es también reconocido por sus grandes obras de caridad en las que dona enormes sumas de dinero sin darles publicidad alguna.

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